Ella soñaba con ellos desde pequeña, deseaba formar una familia junto a ellos y vivir feliz por el resto de sus vidas.
Ellos? Coroneles de elite, rodeados de sangre, ordenes y con la carga de toda una Fracción sobre ellos como para sumarle mas a su...
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No me gustaba para nada, todo lo que estaba pasando me tenia mas que preocupado, ese imbécil comenzaba a pasarse de listo y eso me tenía completamente molesto.
- No la dejara en paz - digo mientras subimos al elevador
- Haremos que lo haga - dice Max molesto
- Quieren dejar de hablar como si yo no estuviera aquí - dice ella cerrando los ojos mientras se sostiene rápidamente del brazo de Seth dejándonos confundidos
- Amor estas bien - digo con preocupación
- Si solo dame un segundo - dice ella entrecortadamente haciendo que la mire con una sonrisa
- Al parecer mi pequeña aun no se quita su castigo - digo sonriendo haciendo que todos la miren rápidamente
- Que - dice ella cuando se recupera respirando agitadamente
- Nos encargaremos del asunto de ese imbécil pero primero quiero hacerme cargo de otro asunto - digo sosteniéndola por las mejillas para estampar mis labios contra los suyos
Besarla era como irte al maldito paraíso, sus labios podrían hacerse mi adicción y no dudaba que lo serían muy pronto.
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No sabía en que momento el elevador había parado ni como fue que subí a la camioneta hasta llegar a casa, todo paso tan rápido que cuando me di cuanta ya me encontraba tirada en la gran cama de la habitación de uno de ellos mientras era desvestida lentamente.
- Amor - digo en un jadeo entrecortado cuando Elijah besa lentamente mi cuello dejando besos húmedos
- Amo cuando me dices así - dice en un susurro en mi oído haciéndome sentir mucho mas excitada
- Estas lista amor, crees estar lista para ser nuestra completamente - la voz ronca de Vladimir hace que abra mis ojos mire a Elijah alejarse lentamente de mi hasta quedar al frente de la cama junto a mis nueve chicos mirándome como si fuera lo mas hermoso que hayan visto en años haciéndome sentir amada, protegida, nerviosa y segura de mi misma
- Quiero intentarlo - digo bajamente pero se que me escuchan cuando los diez me regalan una sonrisa de lado haciéndolos ver mucho mas atractivos de lo que ya eran
- Eres tan inocente y tierna amor - dice Bastián acercándose hasta quedar a mi lado derecho inclinándose hasta dejar su rostro a centímetros del mío
- Eso es malo - digo mirándolo a los ojos haciéndolo sonreír abiertamente
- Es todo lo contrario amor - la voz y las delicadas caricias que Leonardo me da desde mis pies hasta mi concluir su recorrido en mi pecho hace que mi respiración sea mucho mas pesada de lo que ya era
- Eres completamente maravillosa - dice Max subiéndose a la cama hasta quedar sobre mi y unir nuestros labios en un beso que por primera vez no esta lleno de lujuria o desespero si no con ternura y amor
