yakuza enamorado Vol 1

Prólogo Parte 1. Mamá

Shinpei, que solía ser el legendario jefe de Ueyama, era ahora un anciano canoso, pero su mirada seguía llena de vida. Sus ojos eran tan fieros que nadie se atrevía a mirarlos directamente, ni siquiera los jefes que llevaban años en su grupo. Sólo Daiki, el actual jefe de Ueyama, podía enfrentarse a su abuelo Shinpei. Y sólo había una persona capaz de convertir a Shinpei en un buen abuelo de pueblo...

Daiki miró a su joven hijo Touma, que jugaba sin miedo con el Tokonoma, que sostenía un jarrón de más de cien años. Shinpei, que estaba sentado a su derecha, devolvió la mirada a Daiki y se levantó a toda prisa mientras se acercaba a Touma.

-Aigoo, este chico. Es peligroso jugar en un lugar como éste.

-Abuelo, Touma va a casa.

-¿Quieres ir a casa?

-¡Mn! Va a dormir.

-Entonces, ¿vendrás a dormir con tu abuelo mañana?

Ante las palabras de Shinpei, Touma miró a Daiki y sonrió ampliamente.

-¿Papá también?

Estaba diciendo que, si su papá se quedaba, él también se quedaría. Shinpei sonrió y abrazó a su joven bisnieto. Y como siempre, Touma frotó la cara arrugada de Shinpei con ambas manos.

-Dejemos de hablar por ahora. El niño parece cansado.

-Entonces, nos vemos el mes que viene".

-Por favor, pásate para poder tomar una taza de té con tu abuelo, aunque no sea el mes que viene.

-Lo haré.

Daiki estiró los brazos hacia Touma, que se volvía más pesado con el paso de los días.

-Vamos. No le quites este placer a un anciano. Estos días sólo vivo por la alegría de ver a Touma.

-No digas eso.

-Ya me he hecho demasiado viejo.

-El abuelo sigue siendo la única persona de la que puedo depender.

-Si alguien escucha al jefe de Ueyama decir palabras tan débiles, pueden ser usadas en tu contra.

-No hablo como el jefe de Ueyama, hablo como un nieto.

El rostro de Shinpei se estiró en una sonrisa como si disfrutara escuchando las sinceras palabras de su nieto.

-Jaja, idiota por qué le tocas las narices a tu abuelo?

"¡Es blanco!" Touma se asombró de los pelos blancos que salían de la nariz de su abuelo.

 ¿Quién se atrevería a tocar los pelos de la nariz del legendario Ueyama Shinpei, que controlaba Tokio él solo? Nadie excepto Touma, que era como un ángel a los ojos de todos.

Cuando las tres personas salieron al exterior, muchos de los subordinados de la organización se inclinaban a ambos lados del jardín, que se extendía más de 50 metros de largo hacia su coche. Hoy marcaba la fecha de su reunión mensual. La reunión comenzó a primera hora de la mañana y terminó por la tarde para el joven Touma.

Touma, el próximo jefe de Ueyama, sólo tenía tres años, pero fue tratado tan bien como su padre Daiki.

El resto de los líderes de la organización se quedaron para un banquete tardío, pero Daiki se aseguró de volver a casa a toda prisa con Touma.

-Abuelo, ¿pueden Touma y papá ir juntos en vroom vroom?

Ante las palabras de Touma, las expresiones de Shinpei y Daiki se ensombrecieron. Desde que Touma nació, nunca había estado en el mismo coche que Daiki. Siempre iban en coches diferentes por si alguna vez se enfrentaban a una situación de peligro. Touma lo odiaba. Sus grandes ojos brillaban mientras miraba a su abuelo, pensando que podría viajar con Daiki si se lo pedía a Shinpei, que siempre decía que sí a todo lo que decía.

Shinpei, turbado, no pudo decir una palabra y sólo sonrió mientras observaba a su joven bisnieto. Daiki miró a Kenta, que les había seguido. Kenta se acercó con cuidado a Shinpei y tomó a Touma de sus brazos.

-Entra en el coche con Kenta, mi cachorro. La próxima vez podrás ir con tu abuelo.

-Eung, otay. Adiós abuelo".

El joven pero inteligente Touma entró con Kenta en el mismo coche, como si pudiera ver el corazón atribulado de su abuelo.

-Entonces nos veremos la próxima vez.

-Sí, tengan cuidado en el camino de vuelta.

Cuando Daiki hizo una profunda inclinación de cabeza hacia Shinpei, el resto de los miembros de la organización inclinaron inmediatamente la cabeza hacia los actuales y antiguos líderes de Ueyama.