Capitulo 4

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"Touma, ¿deberíamos dormir un poco más?"

"No. Tengo que ir a ver a papá tigre. Vamos. Mamá va con Touma".

"¿Qué es papá tigre? ¿Qué es eso?"

"Touma tiene que ir. Arriba".

Touma se subió de repente al cuerpo de Minjoon, saltando a la cama tan grande como un parque infantil. Touma, con un pijama en forma de vaca, se veía tan lindo que verlo a esta hora no me dolía.

'Sí, me gusta mucho, pero, ¿por qué no puede despertarse a una hora más razonable?'

Pensando ligeramente, Minjoon agarró la mano de Touma mientras recogía su yukata abierto. Se dirigió hacia una gran puerta de madera dentro de la habitación de Touma que parecía sacada directamente de un estudio. La puerta no tenía picaportes ni cerraduras, casi como si ésta y la habitación de Daiki estuvieran directamente conectadas.

Cuando se paró frente a la puerta con su yukata recogido, Touma empujó la puerta con un sonido "pa pa" y entró. Minjoon no tuvo tiempo de averiguar qué estaba pasando, y en ese momento, se apretó el corazón ante la impactante escena que le recibió.

Daiki, que acababa de ducharse, estaba de pie completamente desnudo mientras se secaba el pelo. Minjoon sabía que cualquier persona en su sano juicio apartaría la cabeza, pero cuando vio con sus propios ojos al papá tigre del que hablaba Touma, no pudo apartar la mirada.

"¡Es papá tigre!"

gritó Touma mientras corría como un conejo hacia Daiki, aferrándose a su pierna como un koala.

Minjoon pensaba que los yakuza y los tatuajes eran como líneas inseparables, todos tenían un tatuaje. Sin embargo, Minjoon nunca había visto un tatuaje así. Siempre pensó que un tatuaje de yakuza sería un tigre o un dragón en la espalda, pintado de un color azulado.

El tatuaje de Daiki era diferente. El tatuaje estaba grabado como si la piel del leopardo hubiera rodeado toda su cadera, sobre su pierna hasta llegar a una poderosa pantorrilla que no podía ser penetrada ni siquiera con un cuchillo. Cuando se movía, la piel del leopardo parecía retorcerse.

Daiki le saludó mientras acariciaba la cabeza de Touma, que aún colgaba de su muslo.

"¿Has dormido bien?"

"¡Mn! He venido con mamá. Tigre, papá tigre no ha comido todavía".

"Touma, ¿puedes bajar para que papá se ponga algo de ropa?"

Minjoon, que nunca había escuchado una voz tan dulce de Daiki, se quedó con la boca abierta.

"¡No quiero! Touma vete rawr. Rawr!"

Cuando Touma negó con la cabeza, Daiki se dirigió hacia Minjoon con el niño aun colgando de su cadera. Minjoon miró a Daiki que se acercaba con los ojos tan abiertos que parecía que sus globos oculares iban a salirse de sus órbitas en cualquier momento.

Daiki miró fijamente a Minjoon. Un gran yukata envolvía su cuerpo, como una manta. Su pelo, fino y ligeramente largo, parecido al de un gato, se le pegaba a la cara. Pero Minjoon no tuvo tiempo de avergonzarse. Parecía que había pasado más de un minuto desde que dejó de respirar.

Daiki se quedó mirando sin comprender a Minjoon, que estaba quieto como una estatua en la entrada de la puerta, recogiendo su bata que colgaba de una silla. Cuando Daiki se puso la bata, Minjoon decidió salir en silencio del dormitorio. Sin embargo, Touma le agarró de repente de la mano y tiró de él hacia un lugar desconocido.

yakuza enamorado Vol 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora