Capitulo 11

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- Mhm... - Suspiró la chica castaña al sentir los dientes de Luz hincarse en su cuello - Estás muy agresiva hoy.

Arqueó su espalda ladeando la cabeza para facilitar el acceso a esa boca hambrienta que la devoraba sin miramientos. Al abordarla desde la espalda, la morena tenia a su disposición el esculpido cuerpo de su compañera. Se deleitaba observando esa pálida piel adornada con lencería negra.

Los labios de la doctora descendieron todo el camino desde el cuello hasta la clavícula, arrancándole jadeos de placer a su acompañante. Ambas manos se posaron sobre los senos de la chica para masajearlos deliciosamente, primero por encima del sujetador y luego aventurando esos hábiles dedos debajo del mismo para apoderase de sus pezones.

- A-ahh... Si ... - Gimió la chica tomando esas manos que le estaban dando placer con las suyas propias para intensificar el contacto.

- Eres una diablilla golosa - Ronroneo Luz sin desatender su cuello - Seguro ya estás empapada...

Bajo una de sus manos para acariciar su sexo por encima de la ropa interior.

- Bingo... - Sonrió la cirujana al sentir la humedad traspasar la tela.

- Aahh Luz... ¿Qué esperabas? - Murmuró la chica con dificultad al sentir esa mano ahora invadiendo su intimidad - Es que eres increíble.

Sin perder más tiempo la galeno se deshizo del restante de la ropa de su contaría y con un ágil movimiento la tomo de la muñeca obligándola a tumbarse en la cama quedando sobre ella.

- Oh... ¿Me toca abajo ahora? - Preguntó la chica con fingida inocencia mordiéndose el labio - Que intensa te ves... ¿Seremos rudas hoy?

- ¿Eso quieres? - Dijo con sonrisa ladeada y procedió a penetrarla con dos de sus dedos sin previo aviso.

- ¡Ahh!.. ¡Mierda si! - Arqueo su espalda, aferrándose a las sabanas.

Complacida con la reacción de su contraria la castaña comenzó a mover sus dedos de manera rítmica a la vez que saboreaba gustosa los pezones erectos de la chica quien no dejaba de gemir antes las embestidas que la inundaban de placer.

Bajando con una lentitud casi tortuosa la cirujana recorrió todo el camino de su abdomen con los labios sin dejar de proporcionarle deliciosas estocadas al centro de su compañera.

- Mmh... ¿Me estás torturando? - La castaña enredó sus dedos en la cabellera de Luz.

- Quizás - Dijo ésta mordiendo su muslo.

- Joder... Eres un sádica, Dra. Noceda.

Una risa burlona escapó de los labios de la cirujana ante aquel comentario y como respuesta intensificó el ritmo de sus dedos. Fue entonces cuando por fin decidió darle a la chica lo que tanto estaba deseando.

El tibio tacto de su lengua se posó sobre el centro de placer de la chica haciéndola estremecer. Usando sus labios Luz tomó prisionero el clítoris de su compañera proporcionándole lamidas intercaladas con succión como sólo ella sabía hacerlo.

Cuando sintió que las manos de la chica la presionaba para maximizar el contacto supo que su clímax estaba próximo por lo que aceleró las embestidas de sus dedos curvándolos un poco. Esto fue más de lo que su acompañante pudo soportar.

- ¡Luz s-si! - Liberó un chillido cuando el orgasmo la golpeó finalmente - Maldición... - Bufó desplomándose en la cama.

La chica se durmió poco tiempo después, ya estaba por amanecer y había quedado exhausta. Por su parte la cardióloga se vistió, salió de la habitación y tomó su motocicleta para irse a casa.

Pulse (Lumity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora