Capitulo IV

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𝐄𝐥 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨 𝐲 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐚𝐬

El tren se detuvo, ya habían llegado a la estación para tomar el camino para ir al colegio, los cinco amigos, antes cuatro, bajaron del tren escarlata topándose con otros alumnos, alumnos desde primer año hasta alumnos de ultimo año, Lilith, iba caminando junto a Rolf buscando a sus tres mejores amigos, ya que en un momento de descuido debido a la población estudiantil se separo de ellos.

--Creo que están por aquí— comento Rolf señalando a un grupo de primer año que se estaban reuniendo alrededor de un hombre enorme, literalmente, Lilith podría apostar todas sus ranas de chocolate a que el hombre media unos dos metros y medio.

Los dos niños iban caminando cuando una castaña de cabello alborotado se les acerco.

--Hola, disculpen, quería saber si han visto a una rana por aquí—dijo la niña intercalando su mirada entre Rolf y Lilith, deteniéndose en Lilith para admirar el color de ojos de la castaña.

--No—respondió Lilith en tono amable—Pero si vemos una rana, te lo diremos—La castaña de cabello alborotado sonrió haciendo que la sonrisa se contagiara a los dos amigos.

--Hermione Granger—estiro su mano en forma de saludo.

--Lilith Grindelwald—la de ojos de colores tomo la mano de la castaña y dio un leve apretón—Y, él es Rolf Scamander—el chico solo sonrió sin mostrar los dientes.

La niña no pudo ocultar su sorpresa por el apellido de sus nuevos amigos, Grindelwald, un mago tenebroso que fue derrotado por Newt Scamander, una voz gruesa la saco de sus pensamientos.

—¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! —dijo aquel semi gigante.

Los tres niños se encaminaron a donde estaba parado el semi gigante, separándose en el camino, Hermione fue en otra dirección mientras que Lilith y Rolf habían divisado la rubia cabellera de Draco, cuando Lilith llego con Rolf al compartimento, temió que su amigo no lo aceptara, aunque de igual manera, iba a seguir siendo amigo del rubio castaño, pero que sus amigos no lo aceptaran le iba a complicar las cosas, pero para la sorpresa de la castaña, Rolf resulto ser sangre limpia y Draco lo acepto de inmediato.

--Aquí están—exclamo Draco, dándole un codazo a Nott y Zabini para que prestaran atención—Los estuvimos buscando.

--Lo lamentamos, Dragon—se disculpó la chica—La multitud de personas hizo que se nos complicara seguirles el paso—la castaña le dio una pequeña sonrisa para que el rubio se calmara, y lo logro, no solo el rubio se calmó, también sus otros dos amigos.

Resbalando y a tientas, siguieron a Hagrid por lo que parecía un estrecho sendero. Nadie hablaba mucho. Neville, el chico que había perdido su sapo, lloriqueaba de vez en cuando, mientras Lilith lo consolaba diciendo que encontraría a su sapo.

—En un segundo, tendréis la primera visión de Hogwarts —exclamó Hagrid por encima del hombro—, justo al doblar esta curva.

El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro. En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.

El semi gigante les había dado unas indicaciones para entrar en los botes, Rolf se separo del grupo sabiendo que los cuatro amigos de toda la vida iban a subirse en los botes juntos, con la emoción, felicidad y nervios a flor de piel, Lilith, Draco, Theo y Blaise subieron a los botes, al subir todos, los botes tomaron su flota por el Lago que era tan liso como el cristal.

υn aмoυr, υne gυerreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora