Luz jamás se habría imaginado en una situación tan difícil como aquella. Su madre estaba muerta y no podía evitar pensar que de algún modo era culpa suya. La habían secuestrado y vendido como esclavo a una misteriosa mujer. Ahora debía lavar la loza de la mansión de alguien a quien que desconocía totalmente. Se sentía sola e impotente ante todo aquello.Suspiró decaída, su vida era un desastre total, ¿qué debería esperar? Miró de reojo al enorme sillón que se hallaba a pocos metros de ella. Dejó el cepillo en el suelo con desgano y se sentó un poco en el sofá, este era por mucho, más cómodo que su antigua cama rellena de paja. Quien sea que fuera aquella enigmática mujer debía tener bastante dinero, suficiente para costear una mansión como aquella.
Estaba agotada después de tanto ajetreo, ni siquiera había probado bocado alguno desde que la capturaron. Como mínimo no tuvo que acompañar a la dichosa dama a pie, pues los recogió una imponente carroza negra que conducía una especie de pequeño demonio con grandes cuernos.
Cansada, estiró los brazos y volteó su cabeza hacia el techo, fue entonces cuando sintió como un pequeño animal se subía en su regazo. Era el que había visto como chófer en la carroza antes.
–Eres un chico adorable, ¿a que sí? – dijo la humana acariciándole la cabeza suavemente. Le parecía un poco extraño ya que no tenía pelo en ésa parte, de hecho parecía un cráneo expuesto ahora que lo veía de cerca.
Suspiró –tu vida debe ser fácil– se quejó desanimada y soltó otro lastimero suspiro –Yo realmente, no sé cómo procesar todo esto– Dijo con tristeza y la leve sonrisa que tenía se desvaneció, entonces las cuencas de sus desanimados ojos empezaron a emanar lágrimas. Todo era tan incierto y ella estaba tan desolada por todo lo que había sucedido.
–Meh, seguro que no es tan malo– Respondió indiferente el pequeño ser peludo que yacía en sus piernas. Luz sobresaltada por esto lo hizo a un lado y se levantó en un brinco, aún sorprendida.
–¿puedes hablar?– tartamudeó incrédula la chica.
– ¡claro que puedo hablar!– se levantó en lo que sería sus patas traseras y airoso continuó –¡Sería patético que yo, el rey de los demonios no pudiera hablar!– Puntuó orgulloso mientras la señalaba con su pequeña pata de tres garras.
Así que los demonios tenían un rey. Curioso sin duda. Sólo había escuchado hablar de reyes y nobles en los libros que leía. Pero no tenía idea de que un demonio tan adorable como ése fuera el monarca.
Observó con gracia cómo el pequeño demonio proclamaba ser un noble, alternando ademanes y brincos sobre el mueble. Era demasiado tierno para afirmar ser un gran tirano. La hizo olvidar por un momento su incierta situación. Sonrió distraída recargando su mano en su mejilla, limpiándose las lágrimas.
Entonces unos tacones resonaron por las escaleras, pasos lentos y seguros, debía ser la misma dama que la había comprado cual objeto hace rato.
–King, voy a robar cadáveres, no te comas todo en la alacena– Ordenó mientras se acomodaba el cabello en la capucha, de manera que no sobresaliera, llevaba puesta una máscara de búho color dorado y un atuendo que contrastaba con el que traía cuando Luz la vió por primera vez, color rojo intenso, oscuro y elegante.
Los tacones siguieron resonando y aquella mujer finalmente se dejó ver en la orilla de la escalera. Cualquiera bien podría haber pensado que era un bandido diferente con aquella indumentaria oscura. La capa roja resaltaba el brillante color de su máscara.
– hey niña, ¿ya lavaste el piso? – Cuestionó dirigiéndose a Luz, mirándola de reojo.
– Sí señora – Contestó ella nerviosa, escondiendo las manos por detrás de sí, sin saber bien qué esperar de la pelirroja. Todo lo que podía hacer era someterse ante la extraña.
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Luz De Luna
Fanfiction¿Y si brujos y humanos convivieran en el mismo mundo? Luz Noceda es hija humana de una campesina pobre con un gran sueño: ser maga de la corte. Su vida da un vuelco cuando por azares del destino termina siendo acogida por una peligrosa criminal, La...