¡Nos vamos!

0 0 0
                                    

Mi padre quería volver con mi madre. No podía ser cierto. Mi padre. Mi madre. Yo. Y... ¿María? Espera, espera, espera... María iba a ser mi hermana. Entonces lo que pasó en el cine solo ocurriría esa vez. María y yo seríamos hermanos. Este fin de semana había sido el más complicado y extraño por el que había pasado.
Bueno pues habrá que aceptarlo. Íbamos a ser una familia. Mi madre bajó y estuvo hablando con mi padre toda la noche, mientras María y yo bajamos al sótano a jugar a la play. No dijimos nada ni hablamos sobre nada. Solo hablábamos para pedirnos patatas o para preguntar la hora. Al final me quede dormido y supongo que María también, porque por la mañana estaba dormida en el sofá, abrazada a mi. Era bonito, pero no iba a ser mas. Igualmente decidí subir a la cocina. Mis padres no estaban en el salón. Supuse que se abrían subido a su cuarto a hacer sus cosas.
En la cocina estaba Javi. Ostras. Se me había olvidado Javi. El no sabia lo de mama y papa, ni conocía a María.
-Javi. Podemos hablar.-
-Claro. Pero dime ¿sobre qué trata?-
-Ayer papa volvió a casa para que volvamos a ser una familia-
Se lo dije directamente, porque no quería andarme con rodeos. Pero se quedó un rato quieto. Luego volvió en si y se rió. Y luego me abrazó. Esa fue la primera vez que me abrazaba, sin que nadie le obligase.
Y entonces llegó el problema. María subió las escaleras y entró en la cocina. Se paró y Javi hizo lo mismo. Mierda. Javi no sabia quien era y María tampoco conocía a Javi. Que podía hacer.
Decidí usar la técnica de antes, y decírselo sin rodeos.
-Javi esta es nuestra hermana, y mi novia-
María me pegó, porque cuando dije eso a Javi casi se le cae el colacao del susto. Vale, lo admito. Quizás fui demasiado tonto. Una noticia como esa había que hablarla. Al final volvió en si y se pasó media hora hablando con María. Ella solo hablaba con el para darle conversación y que no lo gritase. Así que me uní y se lo explicamos, pero tardamos un ratito, porque Javi es un poco cortito.
Bueno. Al final había pasado. María y yo lo hablamos y decidimos hacerlo. Les diríamos a mis padres que éramos pareja. Y el resto ya no era decisión nuestra. Pero antes disfrutamos un poco, por si acaso. Fuimos al parque de atracciones (muy romántico), dimos un paseo (súper romántico), hicimos un picnic (seria romántico sino fuera porque Javi se acopló) y nos fuimos al mirador (super hiper romántico).
Y llegó el día. Había que decirlo. Así que fuimos y se lo dijimos directamente.
-Papá... mamá. Tenemos que deciros algo. María y yo somos pareja-
-Bueno... Y que importa. No es hija mía, pero la quiero y no hay nadie mejor que tú para estar con ella. Así que ale, ale... A disfrutarlo.-
Toma ya. Lo habían aceptado, así que podíamos seguir saliendo. Pero esa no fue la única noticia del día.
Como quedaban solo una semana para el verano, y habíamos aprobado todo con nota, mis padres decidieron que en vacaciones iríamos a Bahamas a ver a nuestra tía, a la que no veíamos desde hacía tres años. Ósea que íbamos a ir a un país fuera de España y que tenía las mejores playas del mundo, y encima iba a ir con María. No se lo que pensaron los demás, pero yo solo pensaba en: Bahamas + María y yo = ❤️
Durante los siguientes días, fuimos preparando todo. Decidíamos que me íbamos a llevarnos y que no, y luego empezábamos de nuevo porque no nos gustaban. María y yo tuvimos nuestro momento de fama, cuando con la ropa que no queríamos hicimos una pasarela. No quiero que penséis que soy un salido, pero en ese momento María me puso a 100. Y luego me tocó a mí, aunque no fue tan parecido, porque María se estaba riendo todo el rato de como lo hacia. Todo iba a ser genial y no habría problemas.
Pero como toda relación, siempre hay algún roce.

¿Príncipes azules? Quien se los ha inventadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora