Ayy, eso duele...

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A ver veamos como vamos. Acabo da salir del hospital, con el cuerpo bastante destrozado y se me están acercando un grupo de playboys que quieren ligar con María, y a los que tengo que enfrentarme o sino aparte de quedar como un tonto delante de María, seguro que vuelven a meterse con ella.
-A ver tu. El marica español ese. ¿Quien te crees para amenazar a mi amigo? Esta en nuestra playa y aquí se cumplen nuestras reglas...-
Antes de que termine de hablar ya me he lanzado sobre él y sus amiguitos. Solo quedan dos en pie, pero de eso se encarga ya María. Vaya golpe acaba de darle a uno. El otro directamente ayuda a los que están en el suelo. Es un tío sensato.
Ahora que me fijo, para llevar tanto tiempo en el hospital no estoy tan mal como pensaba. María ya ha terminado así que nos vamos directos a casa. Fiuuu... Al fin todo vuelve a ser como antes.
Llegamos a casa y todos están haciendo cosas, los pequeñajos están jugando al fútbol en el jardín y los padres están charlando en la cocina. Se supone que tendría que aprovechar el momento. Todos ocupados y estoy solo con María.
Pero no. Yo no soy así. Al final me decido por jugar a la play con ella, no solo porque yo quiera jugar sino porque a ella también le gusta y es bastante buena.
Además se pica muy fácilmente y seguro que acabamos disfrutándolo más.
Pasan las horas y los padres deciden que se van a ir a cenar por allí, y nos empaquetan a los pequeños.
María se pone a hacer de madre y yo mientras sigo jugando. Se está muy cómodo así. Pero la cosa cambia cuando, me empieza a mirar con ese tipo de miradas que hablan sin decir nada, y al final sin saber como acabo yo durmiendo con los pequeños y ella con el móvil. Ha conseguido que cambien las tornas. Es buena.
Pero tampoco se está tan mal. No se, estar rodeado de tantos pequeñajos se siente bien. Me tienen agarrado todos de los brazos. Así que supongo que hoy duermo aquí.
Esta noche me quedo otra vez a dos velas. Supongo que esto cambiará, porque sino cambia estoy bastante jodido.
Puffff, ¿pero que hora es? Estoy empapado en sudor y me duele todo. Mmmm ¿y los niños? Se escuchan voces en el salón. Me levanto como puedo, porque siento que el cuerpo me pesa. Camino hasta el salón y veo a todos desayunando.
Tendrán morro no me han esperado. Y encima han echo tortitas. Y por si fuera poco yo tengo que tomarme una especie de bebida, porque no puedo tomar nada sólido.
Parece que hoy no es mi día.
Cuando me siento, me intento unir a la conversación como puedo...
-Jaime, que bien que te hallas despertado ya. Tu padre y yo nos vamos a ir a ver una exposición de arte a la que nos han invitado unos amigos de tu tía. Así que os quedáis con la tía.- me dice mi madre.
-Y nada de tonterías que la ultima vez nos salió caro.- me dice mi padre, pero lo suyo suena menos amable que lo de mamá.
-Vale pues Jaime y yo nos vamos a jugar al tenis a las pistas. ¿Te perece Jaime?- me dice María a la vez que me guiña un ojo.
No lo entiendo muy bien, pero estoy muy cansado como para discutir así que simplemente asiento con la cabeza y ella sonríe.
-Bueno pues yo me bajo con los niños a la playa. Y como ya sabemos que tenemos que hacer cada uno, pongámonos a ello. Jaime dúchate e iros.- termina mi tía.
Me ducho y me visto. Mis padres y mi tía ya se han ido, así que llamo a María y le digo que nos vamos, pero me grita desde su cuarto pidiendo ayuda.
Salgo corriendo. No quiero que pase nada como la ultima vez. Cuando llego veo que se le ha caído encima un cajón de ropa y no puede quitárselo. Le ayudo y entonces me doy cuenta de que está completamente desnuda, así que le ayudo a levantarse y le doy algo de ropa.
Pero me abraza. No parece que tenga muchas ganas de jugar al tenis...

¿Príncipes azules? Quien se los ha inventadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora