Capitulo 6

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" En la arrogancia las lágrimas se suicidan al notar que las impiden salir".


08 de agosto

Ocala, Florida, Estados Unidos

18:45

Maximus estaba en el rancho de Dante "visitando" a Mónica, ya se había puesto al tanto de la situación, aunque su amante estaba algo retraída sabía que está sufriendo por lo que estaba pasando, pero en la tenía clara, esto no fue culpa mía. Mónica estaba sentada en su cama, Maximus estaba parado frente al gran ventanal con las manos en sus bolsillos

- Debo dormir en otra habitación para no generar sospechas

- Jamás me acostaría contigo en la misma cama que comparto con mi esposo

- Te reitero que ya no...

- Si no he firmado ese estúpido papel es porque aún lo sigue siendo

- ¿Qué te hace pensar que él no está compartiendo con otra mujer? Y tú aquí llorando por ese idiota, porque si lo es

- Quiero pensar que no

- Por Dios, ¿Cuántas veces te ha levantado la mano?

- Aun no lo ha...

- En cualquier momento lo hará. Es mejor que estéis así que estar discutiendo o pueden que golpeándose

- ¿Estas feliz que él no esté aquí?

- ¿Yo? Jamás estaría feliz por tu pena, no soy como el

- Espero que tengas claro que él es mi esposo y el padre de mis hijos

- Lastimosamente

- será mejor que te vayas a tu habitación

- Aun no me sigue gustando la idea

- Maximus, por favor

- Toda la sangre que derramó ese tipo por tener el auge que tiene... - Susurro Maximus

- ¿Qué?

- Nada – Maximus entro al Vestier

- Este hombre tiene trajes para todo un mes

- Dante es algo... Elegante y vanidoso, detesta la ropa informal, fin acabo es un ruso – Maximus miro con desprecio a Mónica por su comentario

- Creo que debería irme de aquí. En la mañana te veo – Maximus salió de la habitación antes que Mónica le pudiera decir algo

- Todos son unos idiotas – Susurro Mónica para sí misma. Apago las luces de la habitación y volvió al Vestier a ponerse ropa cómoda para descansar

Al terminar de cambiarse antes que apagara la luz del Vestier vio una foto escondida entre los "Pocos" sacos de vestir de Dante que estaban colgados, en la foto estaba Dante sentado, ella estaba detrás de el con las manos en sus hombros y Thomas estaba abrazándolos a ambos, Mónica se sonrió al recordar que ese día Dante estaba apenado ya que llevaba demasiado tiempo fuera del público y que le vieran con el cabello blanco le daba pavor, "Tú te Ries porque no eres tú, estoy muy joven para tener el cabello de alguien de 70 años" se vio obligado a hablar con los periodistas y cada vez que le preguntaban por su cabello los ignoraba

- Como extraño la odisea para teñirte el cabello a tu color natural – Dijo Mónica en tono burlesco antes de salir del pequeño cuarto, camino por la habitación hasta sentarse en el diván que había cerca del ventanal, no había día que no se culpara por lo sucedido a sus espaldas Dante estaba recostado en la puerta en medio de la oscuridad había meditado el "error" que estaba cometiendo, él no sabía con exactitud si su esposa le amaba como el a ella o era un amor costumbrista decidido a comprobarlo camino lentamente hacia ella. Mónica reconoció el perfume, era el, no quería levantarse del sillón y darle un abrazo en cambio se quedó en el diván paralizada, sus manos cálidas y fuertes acariciaban sus brazos desnudos ella respiro profundamente, Dante empezó a besar el cuello de su esposa, Mónica se apartó un poco y giro para encontrarse con él, su cabello estaba de cenizo, recién afeitado y con una mueca de alegría

La Atrocidad De Sus  Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora