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Los maullidos de bigotes lo alertaron enseguida, a menos que no fuera por comida ese gato nunca hacía sonidos

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Los maullidos de bigotes lo alertaron enseguida, a menos que no fuera por comida ese gato nunca hacía sonidos. Tenía un sueño fácil de perturbar así que sin pereza se acomodó la ropa y de debajo de la cama tomó su rifle cargado y listo para defender su hogar.

Le perturbaban la paz en todas partes y aquí no, aquí sí que no lo permitiría, estaba furioso, había pasado 3 días luchando por encontrar donde empezar de cero a pescar y nada, seguía siendo un pescador patético que ni siquiera pescaba, la gente empezó a inventar cada cosa sobre porque lo habían multado y vaya que estaba ansioso por descargar su furia.

Tomó a su gato y lo escondió en una caja de envíos, era una mascota entrenada y obediente así que con las señas entendió que debía quedarse ahí, acostumbrado a ver con dificultad no necesitó encender la luz para guiarse, su ojo blanco aún veía y le servía para estos momentos de poca luz ya que absorbía la que daba de la luna.

Algo se estaba arrastrando en medio del pequeño callejón que separaba su casa de la de los vecinos, se acercó a la puerta trasera esperando que simplemente fuera un imbecil adolescente borracho pero no sonaba a eso, las olas a esta hora hacían mucho ruido pero todo estaba callado.

Escuchó una respiración pesada detrás de su puerta trasera y por la vieja madera arrastraron algo muy filoso, con nitidez podía escuchar las astillas saliendo disparadas por la fuerza de los rasguños, parecía ser un animal salvaje, pero, ¿qué habría en medio del mar?, esperaba un ladrón o algo así, no algo inexplicable.

Junto valor y apretó la manilla de la puerta con tanta fuerza que esta rechino mucho y lo que estaba allá afuera empezó a respirar aún más rápido y fuerte, con su mano buena apuntó con el rifle y luego abrió un pequeño espacio para ver.

Levi- ¿qué carajos?...

Una mano humanoide con largas uñas negras empezó a forcejear con él, intentando entrar se le cayó el rifle y tuvo que empezar a pelear con aquella mano monstruosa. Cuando la tuvo apretada bien fuerte la mitad de un rostro aterrador se pegó al pequeño espacio que había, tenía unos dientes filosos como navajas y alcanzó a ver un ojo brillante de un fuerte verde.

Esto tenía que ser una pesadilla puesto que no se creía lo que estaba viendo, la risa macabra de ese mounstro hinundo el lugar acompañado de los maullidos preocupados de bigotes, Levi soltó aquella mano y lentamente sin quitarle la vista de encima cerró la puerta.

Aquella bestia horrible no hizo más que irse con con la misma risa diabolica dejándolo completamente anonadado, ¿qué mierda acababa de pasarle?.

Al día siguiente

El gatito viajaba en los brazos de su preocupado dueño con dirección a la comisaría de la Bahía, lo pensó mucho pero ahora sin trabajo tenía demasiado tiempo libre y la única persona a la cual no repudiaba tanto estaba sentada en un escritorio con el título de coronel, necesitaba reportar ese suceso, tenía la puerta trasera llena de rasguños y no podía dejar a Bigotes ahí por miedo a lo que podría pasarle, esos ojos brillantes fueron lo más aterrador que vio en años.

𝙼𝚘𝚗𝚜𝚝𝚎𝚛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora