ʟᴇóɴ ʏ sᴇʀᴘɪᴇɴᴛᴇ | ᴴᵉᵈʳⁱᶜ

⊰01⊱

𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲

Si necesitabas buscar a Harry Potter, era simplemente fácil de encontrar. Por las pocas veces que lo había visto —está bien, lo acechaba— el chico siempre se la pasaba en la biblioteca; ya sea estudiando, leyendo o simplemente dormido.

Él ya tenía su propia mesa, solo faltaba que le pusieran «Harry Potter» a la mesa.
Yo, también tenía la mía, solo que algo alejada de la suya.

Creo que sintió mi mirada, porque se giró, observando a todo lo que estaba ahí. Me hice el que leía.

Se volteó de nuevo, así que baje mi libro. Pero lo vi tomar sus cosas.

Se paró y se giró hacia mí, venía conmigo.

—Hola —saludo con una sonrisa.

Esa hermosa sonrisa de nuevo.

—Hola —saludé regresándole la sonrisa.

—¿Puedo tomar asiento? —su voz sonaba tan tímida. Asentí, abrí la silla indicándole que se podía sentar a mi lado, lo cual hizo— Es raro verte solo, digo, no es que otras veces no te haya visto solo ya, solo que —las palabras quedaron en el aire. Lo miré, y vi como intentaba encontrar las palabras.

—Entiendo, no te preocupes.

Asintió ante lo que dije.

Ambos quedamos en un silencio, no era incómodo como otras veces me había quedado en silencio con alguno de mis amigos o con chicas que habían tomado asiento a lado mío intentando hablar conmigo. Era un silencio cómodo, uno que se sentía bien.

Tal vez la presencia de él ocasiona eso —fue el primero pensamiento que vino a mi mente.

Pasos ruidosos se oyeron.

Era el pelirrojo que venía hacia nosotros.

—Aquí estas —dice algo agitado Weasley mirando a Potter. Se detuvo un momento, dirigió su mirada a mí, examinándome.

—¿Qué sucede? —la voz de Harry hizo que reaccionara y dejara de verme. Parecía algo dudoso de hablar, tal vez era que no quería comentar nada adelante de mí; lo entendí. Al final de cuentas, soy un Slytherin.

Me pare para salir, pero la mano del azabache me detuvo.

—¿Pasa algo? —pregunta confundido el azabache.

Merlín, hasta así de confundido sigue mirándose lindo.

—Bueno... —no muy feliz, empieza a contarnos— Neville encontró un lugar donde nos podemos esconder para entrenar.

Lo dijo casi en un murmullo. El pelirrojo se removió incómodo—. Vamos, vine para que me acompañes y la veas. Neville fue por Mione.

El azabache asintió ante lo dicho por su amigo. Yo me levante, era obvio que yo había pasado a segundo plano y la invitación era solo para Harry; más no para mí.

—Suerte Gryffindor's.

Salí y escuché pasos detrás de mí, de seguro se dirigían a la dichosa sala que Weasley había dicho.

—Cedric —mi nombre sonaba bonito cuando él lo decía. Jugo con sus dedos algo tímido. Me miró y me regalo una sonrisa tímida, como la de aquel día—, ¿te gustaría venir? Si se apuntaran para esto, deberíamos ir conociéndonos mejor y así nos tengas más confianza —aclaró—. Pansy ya nos tiene confianza y sé que ella podría decirte muchas cosas de nosotros para que igual tú nos la tengas. Pero prefiero que tú nos conozcas por ti mismo bien y no por otra persona.