𝐈

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Soy un veneno en tu vida

déjame ir por favor

Nunca ha tenido un momento de paz en toda su vida, teniendo que sobrellevar una turbulenta situación familiar que le consumió parte de su inocencia , recordando las duras palabras de su progenitor contra un simple niño que deseaba recibir esa felicidad y halagos dulces para motivarse, aunque el sólo conseguía golpes pintados con la excusa de ser disciplina, cuando realmente fue un abuso a una pequeño indefenso.

La cárcel es un lugar donde aprendes que significa convivir con las escorias de la sociedad, marginados que no les importa asesinar con tal de seguir ese régimen cruel de la cárcel , aprender la ley del más fuerte , usar técnicas sucias contra los rivales que deseaban aprovecharse del bonito recluso con rasgos femeninos, consiguiendo que Kazutora odiará más su cara, tentado a lastimarse con cualquier objeto afilado , deformar sus "lindas" facciones que casi le valen que algún depravado quisiera acercarse a tocarlo.

Aunque siempre que parecía decidido a lastimar su rostro , un imprevisto siempre llegaba , que la persona que trato de lastimarlo amanecía torturada en los baños públicos , aquel hombre que le chiflaba con morbo o soltaba cumplidos vulgares , de repente en los comedores empezaba a convulsionar por consumir la comida con algún tipo de veneno que siempre justificaban con que era alergias , pero a la tercera víctima dejo de creerse ese cuento.

Sintiendo que alguien siempre vigilaba sus movimientos en esa prisión , culpando a su paranoia , que debía ser atendida por la psicóloga a la que accedió llevar un tratamiento , mujer a la cual le agradece que tuviera la paciencia de aguantar al huraño adolescente que sentía todos estaban en su contra, abriéndose con timidez y recelo , hasta que consiguió un verdadero desahogo de todos sus temores.

Ha conseguido a sus 24 años un frágil equilibrio en sus emociones , cumpliendo su condena que fue extendida por la necesidad de terapia , donde finalizo los últimos años en un centro de ayuda, alejándose de ese estresante y caótico ambiente que terminaba de destrozar su cordura , permitiendo que su corazón se perdonará un poco, aunque esas punzadas de culpa lo persiguieran en las noches al recordar a la persona que ataco.

Keisuke Baji fue su primer amigo sincero , su primer amor , en resumen, era el dueño de todas sus primeras veces y su mayor peso de culpa.

El único junto con Manjiro Sano que aceptaría si quisieran matarlo, sabiendo todo el daño que les causo en el pasado , no le importaría se lo devolvieran con la misma violencia, él sabe el nivel de sus pecados , así que afrontará las consecuencias, tirando todo su orgullo de lado para aceptar hasta patadas cargadas de odio , esperando que esto pueda ser un desahogo , porque no busca el perdón , porque no lo merece.

Por lo que la sorpresa fue notable al ver al culpable de todas esas noches que lloraba disculpándose en la soledad de su celda, que fantaseaba por abrazar mientras acariciaba su cabello diciendo que todo era un mal sueño , que insultaba porque seguía mandándole cartas preguntando por su salud.

Juraba que podía escuchar los latidos de su corazón en su oído por lo rápido que iban, que olvido lo que significaba respirar cuando lo vio sonreír con todos sus colmillos , sus ojos nublados del pavor de enfrentarlo, olvidando todas las herramientas que le proporcionaron para evitar un ataque de ansiedad, tartamudeando en un intento de formar una frase coherente , pero de su garganta sólo salían ruidos inaudibles y el otro...

Estaba tan cambiando , ya no poseía ninguno de esos rasgos de un adolescente en formación , ahora fácil le sacaba unos diez centímetros de altura, sus hombros eran anchos al igual que su espalda, su cabello era corto como lo llego a tener de niño , y poseía un porte varonil que consiguió intimidarlo, junto con un aura tan distinta al impulsivo y espontaneo Baji que recordaba.

𝐁𝐞𝐠𝐠𝐢𝐧 | [𝐁𝐚𝐣𝐢𝐓𝐨𝐫𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora