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Pequeños golpes a la mesa de caoba, divagando en sus pensamientos mientras escucha la reunión liderada por Hajime. El punto de interés se centró en la administración de los centros nocturnos, el atractivo de los estupefacientes combinados con preciosas mujeres volvían locos a sus clientes y negociantes. Aturdiendo sus sentidos y buscando el momento adecuado de encadenarnos a la depravación moral que los humanos siempre guardan en su interior.

Los caramelos favoritos de sus compradores fueron interceptados por los policías. Buscando algún rastro que los dirija a algunos de los hombres que lideran la reunión. La voz monótona de Hajime transmite los informes de sus vigilantes en las oficinas donde proclaman la justicia de Japón.

Solo un minuto de distracción es suficiente para que se encuentre cruzando miradas con el fiel seguidor de un líder ausente. Conoce esa expresión soberbia, demeritando cualquier esfuerzo de los peones porque nunca es suficiente. Siendo el yo absoluto que puede entender a un Manjiro que se ha perdido a sí mismo. Ambos saben que ese lugar vacío en la esquina superior de la mesa, representa los retazos de una amistad que los unió. Un antiguo compañero de juegos donde ambos marcaron un muro después de conocer que los límites Mikey eran tan delgados como una cuerda.

Claro que recuerda el incidente, la sangre de Haruchiyo regando el jardín de los Sano. Los repentinos escalofríos al ver que en los ojos de Mikey no existía una pizca de compasión. Que su garganta retuviera una risa nerviosa, porque hasta él, un simple infante adicto a la adrenalina de una pelea; no comprendió la reacción de su amigo.

Reconoce que no trató el tema con la seriedad necesaria, su mente infantil razonó que simplemente fue una confrontación que escaló a un daño mayor. No vio necesario ser un intermediario entre Sanzu y Mikey, ya que el otro lo perdonó con una fascinación ciega. Dejo pasar el asunto, esquivando el tema al distanciarse cada segundo, olvidando que eran un grupo de tres.

Manjiro era su amigo en la infancia, se divertía por horas jugando con él o jactándose que algún día le ganaría en una pelea puño a puño antes de perder de forma humillante. Aunque a veces pensaba en cómo se sentiría un mejor amigo, la persona que sigue tus planes incondicionalmente y pasar horas viendo su programa favorito.

Aquel deseo se intensificó cuando Mikey conoció a Draken, notando que eran el complemento del otro, no quedaba en un simple compañero de aventuras. Existe un cambio en sus actitudes , apreciando que Manjiro encontrará a alguien dispuesto a apoyarlo y mostrarle otra perspectiva. A veces en contra de su personalidad desinteresada llegaba a sentir envidia por esos "mejores amigos". También quería su otra mitad o como lo dijeran en esos cuentos infantiles; ¿Cuándo sería su turno?, ¿quién sería?, ¿una persona cercana en su escuela?

Quien diría que perdiendo su preciado puntaje en el arcade encontró aquellos ámbar expresivos que viajaban desde incertidumbre hasta valentía. Aunque la verdadera razón por la que le atrajeron sus ojos fue que le recordaron a un gato, pero si lo llega a admitir en voz alta seguro recibe una patada mínimo. Lo único malo fue que su corazón noble atesoraba personas que no valían ni siquiera un poco de su atención. Desde ese día supo que Kazutora no era alguien que todos merecían.

Ese día quedó maravillado de encontrar a quien lo acompañaría en todas las actividades que tanto le divertían. La satisfacción por una pelea ganada, junto con una promesa donde la luna de su único testigo, con el mejor paisaje que eran las llamas que avivaba su euforia. Ya que por fin su búsqueda de un alma gemela había finalizado.

Kazutora seguía todos sus pasos con una brillante sonrisa, tomando su mano con inocencia mientras escuchaba su amplio conocimiento sobre pandillas. Le causaba un grato cosquilleo recibir ese tipo de atención, aumentando la necesidad de alardear por impresionar a ese chico. Sintiendo que alguien lo escuchaba, y a la vez crecía un sentimiento de protección, al ver su torpeza inicial en los enfrentamientos con otros, el temor de que saliera lastimado.

Presentarlos a los demás fue el primer paso para mejorar la confianza de Hanemiya, demostrar que significaba un grupo de amigos incondicionales. El camino era difícil por el carácter voluble del tigre herido, demostrando una paciencia que no tuvo con otros compañeros. Esperando el porqué de sus actos, y asegurando que pronto estarían como un grupo.

Ese momento llegó cuando Mikey lo salvó de los Black Dragons, arrepentido de que no pudo golpear a algunos de esos hijos de puta. No estaba satisfecho hasta verlos sufriendo el doble que su mejor amigo.

Aunque en esos días no le preocupaba algún ataque de terceros, ya que serían el escuadrón de ataque de la Tokyo Manji, protegiendo la espalda del otro y disfrutando al máximo cada día de su juventud. Hasta que toparon con pared cuando la sangre de Shinichiro Sano se regaba en esa noche de verano. Lo cual atrajo un sentimiento que continuaría presente en todos los sucesos de su vida.

Impotencia

Comenzando un infierno personal cuando esa soledad de niño regresó a azotarlo durante esos largos dos años. Aferrado a mantener ese precioso pasado y sintiendo la exclusión aunque las sonrisas continuarán en los rostros de sus amigos. Deteriorando la amistad con Manjiro porque el perdón otorgado era agridulce, ya que en el fondo de su corazón deseaba que aquella bondad fuera otorgada para el chico que se encontraba en el reformatorio.

Mientras contaba los días para la liberación de Kazutora es que reconoció sus verdaderos sentimientos.

Amaba a Kazutora Hanemiya.

Esos sentimientos que continuaron hasta su adultez, que lo llevan a escuchar el cierre de la reunión. Esperando que cada ejecutivo saliera, escuchando quejas o planes en un centro nocturno. Listo para salir, fue detenido por una mano en su hombro, hundiendo el mismo en señal de advertencia.

Ni siquiera se dignó a voltear, porque el tono de voz fue suficiente para retener el aire. Haruchiyo quería soltar su veneno, con esa hostilidad dirigida a cada uno de los fundadores. A veces se pensaba si era los propios celos por no ser incluido en el grupo inicial.

–¿Qué?

–Se que tienes una puta problemática en tu departamento

–Creo que estas confundiendo con la de los Haitani, yo no dejo entrar a ninguna perra

–Sabes de quien habló, Baji

Claro que lo sabía, no podía ni siquiera darse unas vacaciones sin que lo jodiera Hajime o idiota de Sanzu. Esperaron a propósito que instalará a Kazutora para darle una advertencia. Lo único que le provocó la ironía de sus amenazas implícitas fue una sonora carcajada, como si tuviera miedo alguno a la muerte.

–¿Te da miedo que un ex-convicto te venga a matar o qué? – a propósito daba en sus fibras sensibles, sabía que el odio de Sanzu a Kazutora era palpable, pero sobre su cadáver iba tocarle un solo cabello.

–Si el policía obtiene una pista por culpa de tu berrinche hormonal, yo mismo voy a despedazarte

–¿No lo dijiste?, es mi puta, así que yo se como tratarla

–Hazte cargo de la orden de búsqueda de Hanemiya – fue lo único que escucho de Kokonoi, tal vez ambos compartían ese mismo sentimiento de querer aprisionar a su lado a alguien. Sin embargo Baji si actuaba y no lo dejaba en un simple deseo.

–Lo haré

Debe darle puntos a Draken, no esperaba que se preocupará un poco por su Kazutora; ya que era el único que todavía mandaba una que otra carta al chico.

Lastima que no iba a dejar que ese reencuentro tuviera lugar.

Lastima que no iba a dejar que ese reencuentro tuviera lugar

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No estoy muy convencida del capítulo, pero si no publicaba nada sentía iba a explotar 🥹


𝐁𝐞𝐠𝐠𝐢𝐧 | [𝐁𝐚𝐣𝐢𝐓𝐨𝐫𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora