𝐏𝐫𝐞𝐟𝐚𝐜𝐢𝐨

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Se necesita un detonante para que alguien

muestre su retorcido ser 

Keisuke Baji es un apasionado desde niño , sabe seguir sus propios ideales que con terquedad sigue al pie de la letra, siendo alguien de carácter rígido , esperando impasible a quienes podría inspirar con sus creencias extremistas, usando la delincuencia como desahogo , volviendo una rutina diaria el desquitarse con desconocidos que no pasarán sus filtros, incendiando autos .

La adrenalina siempre ha sido su libertad de expresión y se la ha inculcado a todos sus seres queridos.

Aunque esa vida guiada por simples impulsos le trae las consecuencias , ya que Baji que está acostumbrado a amar lo impredecible y odia las rutinas se ha acostumbrado tanto a la existencia de su cómplice de travesuras Kazutora , que ni siquiera se le ha pasado por la cabeza lo que significa perderlo.

Entendió la importancia de amar a alguien cuando vio a esos policías llevándolo de su lado , sintiendo un nudo en la garganta por el dolor del fallecimiento de Shinichiro , sus ojos ardiendo al mirar la expresión asustada , los nervios en esos ojos miel que suplicaban ayuda, la última sonrisa resignada que consiguió de su precioso Kazutora antes de entrar a ese infierno.

Kazutora era su único

Una revelación cruel que obtuvo cuando empezaron los días de arresto domiciliario , quitando el dolor en su pecho al escuchar a su madre llorar, en la soledad de su cuarto no podía evitar el culparse por no detenerlo a tiempo , desesperarse porque no pudiera cuidarlo en aquel lugar , su mente empezando a formar escenarios catastróficos donde terminaba perdiendo a Tora.

Reteniendo las ganas de destrozar su cuarto por no poder abrazarlo , el no cumplir su promesa que estarían juntos hasta el final , esperando que, si veía fijo el calendario los días avanzarán más rápidos , en el interior de su pecho creciendo una necesidad de tenerlo de vuelta que lo consumía por dentro.

El egoísmo reclamando todos sus sentidos, rogando que después de esos dos años la muerte de alguien tan preciado como Shinichiro Sano se volviera un amargo recuerdo, permitiendo a Kazutora volver con ellos, maldiciéndose por ser un hipócrita con el hermano mayor de Mikey, ya que en su mente ocupaba lugar el rostro asustado de su mejor amigo, no existía espacio para los muertos.

Las cartas siempre fueron un alma de doble filo , ya que no saciaba esa hambre de querer contacto con Kazutora , añoraba abrazarlo , reírse a su lado , tomar su mano mientras corrían después de incendiar un carro.

Un simple pedazo de papel no ayudaba a calmar la ansiedad de no saber nada acerca de su querido chico , queriendo arrancarse el cabello de la desesperación por su perdida , rogando que las cartas lo ayudarán a esforzarse a seguir soportando, ya que un desesperado Baji lo esperaba afuera.

No comprende cuando esa preocupación sincera por su mejor amigo empezó a retorcerse a que su mente pasará horas pensando en todo lo que debía hacer para que su chico tuviera una bienvenida cálida , ni siquiera le importo las constantes discusiones con Mikey sobre Kazutora, no le incumbía lo que pasaba con ajenos a su pandilla, no resintió el ser vetado de las reuniones por agresivo , que buscaba cualquier excusa para arremeter contra los miembros de la ToMan.

Su cuerpo y mente suplicaban la vuelta de Kazutora , lo necesitaba como su propio oxígeno.

No le interesa clasificar sus sentimientos por esos ojos ámbar , él ya ha decidido entregarle todo su amor a aquel bello joven , no hay otro que acepte adorar con la misma fuerza.

Baji ha perdido su cordura día a día en esa tortura de dos años , volcando al extremo su personalidad agresiva contra desconocidos y cercanos , olvidando las consecuencias de atacar a pandillas rivales, llegando a un punto donde es temido y respetado por sus subordinados , donde sus órdenes se rigen o terminarán recibiendo un castigo por él o su vicecapitán.

No es sorpresa que alguien tan extremista apenas volviera a tener a su frágil amado , desarrollará una necesidad de sobreprotección por ese chico , tomando entre sus brazos mientras lo protege del mundo , permitiéndole descansar en su pecho , fingiendo tranquilidad cuando su corazón latía desesperado de la felicidad y angustia de tener a ese lindo joven a su lado.

Dando un juramento silencioso que años después se volvería la sentencia de Kazutora, pero al punto de vista de Keisuke era la mayor expresión de amor.

—No voy a permitir que nos vuelvan a separar Tora.

—No voy a permitir que nos vuelvan a separar Tora

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𝐁𝐞𝐠𝐠𝐢𝐧 | [𝐁𝐚𝐣𝐢𝐓𝐨𝐫𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora