𝐈𝐈𝐈

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Que dulce es el confinamiento

Cuando se oculta tras una amable sonrisa

Desde que empezó a vivir con Keisuke todo se sentía tan extraños , en prisión siempre estaba desconectado de la realidad, apenas escuchaba noticias del exterior por las pláticas de los guardias cuando era la hora del almuerzo o algún prisionero nuevo que contaba las actualizaciones .

Nunca se consideró alguien sociable, por lo que entraba en un rotundo no el ir a preguntar a cualquier desconocido si podía platicarle las noticias , continuaba en un estado de desconexión en ese departamento , de nuevo esa sensación de encierro porque con la excusa que debía adaptarse Baji no lo dejaba salir sin su supervisión.

Al principio le restó importancia porque ya sentía se aprovechaba de la bondad del contrario de dejarlo vivir sin pagar renta , hasta le prestaba la misma ropa que tenía en su closet, algo avergonzado ya que la diferencia de cuerpos era más notoria, todavía seguía un poco celoso que el otro desarrollo musculatura.

Podía buscar fuentes de entretenimiento en la televisión que por más que pasaba canal tras canal lo único que encontraba eran los dedicados a películas o hasta caricaturas , menos un noticiero , aunque imagino sólo sería la programación que contrato.

Los días continuaban con el de ojos ámbar intentando encontrar un porque a esa sensación de incomodidad , no sabía porque se llegaba a sofocar cuando Keisuke tardaba largos periodos de tiempo en regresar , preocupado si su trabajo sería muy demandante y él viviendo ahí sería una carga para el otro.

Su rutina se volvió tan monótona que le recordaba a la cárcel , se levantaba con Keisuke esperándolo con el desayuno , platicaban de algunos temas , el de ojos marrones esquivando a propósito cualquier mención a los demás , se despedían porque iban a trabajar y debía buscar algún entretenimiento , esperar que regresará o terminar durmiéndose antes.

Claro que no pasaba de alto esos horarios inconscientes, las ansias de preguntarle a Keisuke sobre lo que se dedicaba eran mayores, mirándolo preocupado cuando llegaba a altas horas de la noche , y siendo recibido con una pequeña sonrisa mientras le daba pequeñas caricias a su cabello , provocando un suave sonrojo y un incómodo revoloteo en su estómago que lo hacía sentir un adolescente hormonal enamorado.

Confinado en ese departamento es que recordaba las palabras de su terapeuta de recuperar los lazos pasados , a la única que le mencionaba emocionada cuando alguno de sus conocidos aparte de Baji le mandaba una carta , sus ojos brillaban de la ilusión de saber que sus amigos cumplían sus sueños , dándole la esperanza de volver a pertenecer a ese grupo .

Así que este día se propuso resistir el sueño repentino que le daba por esas horas, cabeceando apoyado en la mesa con tal de hablar con Baji , estaba hasta mareado mientras luchaba con cerrar los ojos , pensando que toda esa tranquilidad que le daba el de colmillos le permitió mantenerse tranquilo , el cariño del otro era tan dulce y sin malas intenciones que terminaba causando dolor en su corazón , tratando de comprender porque lo seguía apoyando.

Apoyado en la mesa se terminó recostando en ella , tarareando alguna melodía que escucho de una película para obligar a su cerebro a mantenerse activo , todavía no comprendía a qué se debía ese agotamiento .

—¿Tora?

No escucho cuando abrió la puerta, sin embargo, el sonido de la puerta abriéndose lo alerto un poco , consiguiendo se levantará de golpe en un intento de recibirlo , dándole una sonrisa cansada con sus ojos entrecerrados, en otra situación parecería un esposo esperando la llegada de su pareja y ofrecerle una cena después de un arduo día de trabajo.

𝐁𝐞𝐠𝐠𝐢𝐧 | [𝐁𝐚𝐣𝐢𝐓𝐨𝐫𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora