𝐈𝐈

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❝Avancemos lento

Igual no podrás escapar de mi❝

El dolor de cabeza persistía a pesar de las suaves caricias que recibió en su espalda para tranquilizarse del contrario, avergonzado porque el intentar liberarse significaba que Baji lo aferrará más a sus brazos, teniendo que soportar unos bochornosos minutos mientras llegaba lo que pidió para comer.

Las emociones encontradas seguían persistiendo , lo colmaba la felicidad de que no le guardará ningún rencor, aunque era asfixiante el saber que no podría tomar su distancia, conocía a Keisuke y si ese hombre decidía que seguirían frecuentándose no podría llevarle la contra unos días.

Claro, además que el motivante de la culpa que estrujaba su corazón lo obligaba a escuchar al otro , recargándose en su hombro mientras le contaba algunas anécdotas del exterior, dándole una pequeña ensalada que masticaba con lentitud , tanta era su ansiedad que sentía que vomitaría en cualquier momento y parece que Baji se percato de la palidez de su tez, porque con cuidado lo separo de sus brazos , dándole una dulce sonrisa que provoco un sonrojo involuntario.

—¿Todavía te sientes mal?

—Hiciste el gasto , me lo comeré — era vergonzoso para una persona tan orgullosa el tartamudear por unas simples muestras de amabilidad, pero no todos los días la persona que casi matas años atrás , te recibe como si llegarás de un largo viaje , como si aquella cicatriz no le doliera y prefiere tratarte con amor

—No me quiero separar, pero tenemos que llegar a casa

Para el teñido todavía se sentía raro que hablará en plural sobre ese departamento, pero imagino que se debía a esa personalidad compartida que tenia aquel que llamaba mejor amigo en su preadolescencia , así que simplemente permitió que lo sentará en el asiento , dejando la ensalada en sus piernas, dándole una pequeña mirada que significaba debía comer.

Seguía sorprendido pudiera cargarlo con esa facilidad, aunque sabe que desde los 15 años ya era bastante delgado y recibir una precaria alimentación en la prisión no lo ayudo a ganar masa muscular, terminando con un cuerpo andrógino , que ayudo a pisotear más su autoestima si era posible y una de las razones por las que el acoso en ese maldito lugar aumento.

Si tan sólo supiera que el conductor de ese vehículo estaba fascinado por él.

Admite que Keisuke se veía demasiado bien , recordando las charlas que tenían sobre su deseo de aumentar los músculos se volvió realidad, queriéndose dar una cachetada por andar casi babeando por su acompañante, realmente era un imbécil.

Así que volcó toda su atención al plato para comer con las mejillas sonrojadas, sin fijarse en la mirada de Baji a través del espejo del coche, no captaba que esos ojos avellanas brillaban con el peligro de un depredador que deseaba saborear a su presa.

Kazutora en su ignorancia no comprendía que se metió a la boca del lobo, tan desesperado estaba de no terminar en soledad al salir en prisión que se termino aferrando a los brazos de Keisuke, olvidando que sus otros amigos en visitas anteriores le prometieron que cuidarían de él, toda su estabilidad fue tanteada por aquella presencia , nublando su lado racional.

De nuevo volvía a ser embriagado por la imponente aura de Keisuke Baji, igual que aquel niño de 11 años asustadizo que aceptaba ser utilizado como cajero automático por no recibir rechazos, al parecer su debilidad por aquella sonrisa confiada no cambiaba por más que pasarán los años.

¿Se podría permitir el dudar al ver esa expresión llena de afecto que le brindaban?

Oh pobre Kazutora que era tan débil ante un trato dulce, se acercaba con lentitud a su nueva prisión , que sería tapada por cariño.

𝐁𝐞𝐠𝐠𝐢𝐧 | [𝐁𝐚𝐣𝐢𝐓𝐨𝐫𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora