REPORTE FORENSE ─ CHRISERICK

O25 (Final)

¿Cuánto tiempo te toma enamorarte? No hay un aproximado, sólo lo sabes cuando empiezas a sentirte como drogado, flotando en el aire, hasta que, hay algo que te hace caer abruptamente a la realidad.

Y eso lo supo Christopher cuando observó como el cuerpo del, probablemente su alma gemela, se desvanecía lentamente. Sus alarmas en la cabeza empezaron a sonar e inmediatamente se puso de cuclillas en el suelo para intentar abrazar lo poco que quedaba de Erick en este mundo, y lloró desconsoladamente. Lloró por no haber llegado a tiempo a su vida; lloró por no apreciar los pequeños momentos que paso junto a él; lloró porque cumplió con su palabra por más que doliera; y finalmente, lloró por haber disfrutado de un romance tan caótico que terminó enseñándole muchas cosas.

Y terminó de derrumbarse cuando escuchó un susurro doloroso diciendo: "te amo" y entendió que quizá, nunca iba a recuperarse de esto.

En los siguientes días, el acontecimiento por la muerte de Erick se había hecho tendencia mundial, por lo que fue sacado al ojo publico quien fue el responsable de poner tras las rejas a Pimentel, lo que ocasionó revuelo internacional al enterarse de que ese trataba de un don nadie. Se hicieron un millón de pruebas de polígrafo a Christopher, quien ya comenzaba a cansarse, pero tanta tortura terminó por dictaminar la sentencia de Pimentel. Y vaya que los padres se la habían puesto difícil al utilizar su poder en su contra, pero eso solo hizo que terminaran por acabar con todo el bufete al encontrar pruebas de lavado de dinero y extorsión.

Hoy en día, Christopher se sentía aliviado con su vida. Su madre, había comprendido la situación y empezaron a convivir más abiertamente; también su hermano había presentado a su novio y él constantemente los visitaba. Pero con quién estaba totalmente agradecido, era Zabdiel. Estuvo con él en ese extenso proceso y cuando toda la ola de locura había descendido, le animó a cambiar sus estudios a Leyes y no se arrepiente de nada. A pesar de ser una carrera complicada, había logrado pasarla con los conocimientos básicos que su mejor amigo le había enseñado y finalmente culminó sus estudios con honores.

Pero aún sentía que le faltaba algo. Y sabía exactamente que era.

No podía mentirle a nadie sobre no extrañar con demasía a Erick, porque lo hacía más que nunca. Dormir a penas tocaba la cama se había convertido en insomnio por toda la noche y eso lograba agotarlo fácilmente. Los primeros días y meses fueron lo más difícil; el llanto constante y sus lamentos se volvieron su día a día y la memoria de recordar a alguien tan importante como su amado le lastimaba, hasta que empezó a desahogarse con su madre y mejor amigo, lo que lo llevó a sanar más rápido.

Actualmente se encontraba revisando alguno acontecimientos importantes para un caso, cuando su puerta fue abierta por su jefe y mejor amigo.

-Hey, ¿ya acabaste? -pronunció con cautela, esperando algún comentario violento del castaño.

-Estoy en eso, ¿qué pasa?

-Hoy. Dieciséis de agosto Christopher.

-Mierda.

El dieciséis de agosto se había convertido en una fecha pesada los últimos cuatro años. Aunque los dos primeros años le costaba no ir incluso cuando no era la fecha, los dos últimos estaban lleno de trabajo intencional para no tener que pensar en ella.

Cuando terminó de guardar todo para que no quedara a la vista, salió con calma de su monótona oficina, para regresar a ver su monótona vida así como la llamaba, ya que, después del desvanecimiento del alma de Erick, su vida se había vuelto bastante rutinaria, o al menos después de terminar la universidad.

El transporte llegó más rápido de lo que quería y los recuerdos invadieron su sistema nervioso, logrando que un nudo en el estómago empezara a formarse en él con pesadez. Estaba consiente de que ese no era su lugar favorito, porque a penas llegaba los recuerdos jugaban con la poca estabilidad mental que tenía. También tenía miedo de encontrarse con algún familiar del chico, porque aunque se mostraron bastantes comprensivos con él y lo defendieron en muchas ocasiones, seguía siendo incomoda ver a alguna persona cercana al chico, por lo que optó en ir casi por la noche.