EMPEZANDO A VIVIR

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La tarde había llegado y cerca a Nemo se encontraba un grupo de chicas que esperaban salir hacia la cancha

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La tarde había llegado y cerca a Nemo se encontraba un grupo de chicas que esperaban salir hacia la cancha. Algunas de ellas se veían atractivas para Aldair quien las observaba detalladamente. Sus faldas cortas, medias largas, camisetas con sus primeros botones abiertos algunas sonrisas picaras lo mantenían concentrado a tal punto que su alrededor, no importaba mucho. 

¬Hola chicas¬. Andrew interrumpe el momento y saluda guiñando el ojo. Aldair esquivo su mirada a una de ellas para parecer desinteresado. 

¬Eso amigo no espere verte por aquí y menos deleitándote con la mirada¬ Le toca con el codo. 

¬ ¿Las chicas van para la cancha?, ¿no sabes? ¬. 

¬ ¡vaya, vaya! ¬ sonríe Andrew. ¬ Conozco algunas de ellas. Van a ver el juego siempre¬ 

Nemo voltea nuevamente hacia el grupo de chicas y sonríe. 

¬ ¿Te ha gustado alguna? ¬ La pregunta era vacilante. Se podía notar el interés de Aldair por querer interactuar con una de ellas. 

El camino hacia la cancha era corto, Aldair se sentía un poco libre, pero había momentos que se le venía en mente algún reflejo de su padre fúrico. Andrew le presento algunos compañeros del equipo con los que jugaría y noto que algunos de ellos lo habían visto antes en problemas.  

Bruce uno de lo que estaba en el equipo no se sentía a gusto con Nemo, quiso burlarse de las medias de rayas que Aldair había sacado de su mochila. Intento intimidarlo con algunos comentarios, pero este solo encontró silencio por parte de Nemo. 

 A Nemo lo desesperaban los minutos y saber que cada segundo que pasaba estaba garantizado el castigo de su vida, por eso no le daba importancia a Bruce. Bruce era el típico joven que siempre quiere llamar la atención, una actitud arrogante y con sus palabras grotescas que lo hacían ver como lo peor para muchos. 

El joven atlético, mala conducta que nunca puede faltar en las historias, pero que tiene una reputación que solo los del bajo mundo admirarían. Bruces venia del barrio más pobre y era muy popular por los negocios turbios en los que siempre estaba metidos. 

Varias veces Aldair lo vio en problemas, pero siempre encontraba la manera de salir de ellos. A diferencia de muchos Bruce solo tenía un solo familiar, esa era su abuela quien lo había criado desde que su padre y madre los asesinaron por un par de cuentas pendientes. Desde entonces y desde muy pequeño siempre se vio involucrado en casos de delincuencia. Todavía no ha cumplido la mayoría de edad, pero con tan poco año es respetado, la manera más efectiva que ha encontrado para olvidar su verdadera vida es jugar futbol en la cancha. 

No estudia ni está en el mismo instituto que Aldair, pero todas las tardes se encuentra con sus amigos para divertirse un poco. La calle era su escuela. No tenía apariencia de vándalo, aunque sus tatuajes eran un poco abstractos. El dragón en su pantorrilla derecha tenía una especie de calavera en su fuego.  Tres puntos y una llama en cada interior de ellos mantenían la intriga en lo que significaba verdaderamente. 

Para Aldair un tatuaje es algo que siempre ha querido hacerse desde hace mucho, pero el solo imaginarlo el temor le recorre su cuerpo. 

¬ ¡El balón es tuyo Chico! ¬, Grita desde la banda derecha Gill, después interceptar un pase cerca de la portería rival. 

Nemo estaba frente la oportunidad de marcar, solo empujar el balón le bastaba y eso fue lo que hizo. 

Los gritos y el festejo no esperaron y en cuestión de segundo Nemo era el más elogiado. Se sentía libre, por primera vez esta energía no era tan mala para él, aunque las caras de algunos del otro lado reflejaban recelos. 

Sonrió a las chicas que observaban y noto que una de ellas lo miraba muy detalladamente.  Ojos marrones claros se posaban fijamente sobre Aldair que mantenía la vista al pendiente de lo que pasa desde las gradas. 

La chica que lo observaba mucho se llamaba Allison, era bailarina del instituto y ya era costumbre para ella estar en la cancha con sus amigas después de sus actividades. Allison era una chica muy amigable a pesar de sus atributos físicos de que todo hombre al verla la deseaba. A veces se sentía insegura de sí misma pero el baile la hacía olvidar sus inseguridades. Muy aplicada en sus estudios, aunque sus amistades eran todo lo contrario, ella marcaba la diferencia. 

¬ ¡NEMO! ¬ Gill festejando lo menciona. ¬ ¿Vendrás con nosotros a festejar? ¬

Aldair desamarrando sus zapatos piensa por un momento lo que había hecho. Había notado un gol en el partido y aparte de eso lo estaban invitando a una fiesta clandestina solo que no pagaría por ello, o tal vez sí. Sabía que su padre lo estaba esperando o quizás estaba por algún lugar cercano para pillarlo, pero ya él había tomado la decisión de desobedecer. 

Bruce se acerca intimidante, observa de arriba abajo ¬Nemo está perdido en este mar¬ Murmura casi que balbuceando las palabras. Sonríe en burla haciendo algunas muecas hacia sus amigos Gill y Stephen. Ellos eran lo que prácticamente le cuidaban la espalda a Bruce. 

Gill era un tipo muy alegre, aunque también era mala conducta, su pasión era el futbol, no tuvo nunca oportunidades para eso ya que sus padres nunca le pusieron atención en lo que él hacía, su casa era un desastre prefería siempre no llegar a casa. Al parecer dentro de su propia casa era extraño o al menos los vecinos lo veían así. 

Stephen era algo diferente, era un chico muy cayado, según los que lo conocen prefieren no hablar de él. Se decía que su familia era de buena posición económica pero que él tomo la vida mala por las drogas. Adicto a la anfetamina desde muy temprana edad. El día que su madre lo hecho de casa tomo la decisión de vivir independiente, estudio por un tiempo, pero nadie sabe lo que paso después, se decidió en hacer negocios pequeños que le den lo suficiente como para sobrevivir. Según sus amigos es muy bueno en las matemáticas y que eso hace que sea muy ágil en contar dinero.  

 La fiesta seria en casa de Bruce, el lugar mejor conocido como "El Bajo mundo" eran contadas las personas que iban a festejar, pero para Aldair era algo totalmente nuevo. 

Andrew en su celebración toma Aldair que estaba tomando la decisión en sus pensamientos aún.

¬ ¡Vente amigo!, festejemos un poco y pongámonos en modo diversión¬.  

Desde que había empezado a jugar ya Nemo se estaba divirtiendo.  El mundo le estaba ofreciendo libertad y eso era lo que verdaderamente quería. Nadie lo detenía, sentía la adrenalina en su cuerpo, hacia amigos fácil y las personas le empezaban a dar una posición. Era lo que él esperaba desde hace mucho. Los cuatros paredes ya no existían y el mundo real era más divertido. 

La chica que lo ha mirado durante todo el juego buscaba la manera de llamar su atención. Para Aldair Podía terminar el día en noche de locura y sus pensamientos pasaban hacer de lujuria si su mirada se posaba en Allison, cuando la primera gota de alcohol empezó hacer efecto la pena paso a segundo plano. La música era un caudal de emociones que mantenían las ganas de desvivirse intactas. 

Era su momento, estaba empezando a vivir...  

La Historia de Nemo. ©️ |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora