ADAPTACIÓN DE LA SERIE DE NETFLIX: 𝐎𝐮𝐭𝐞𝐫 𝐁𝐚𝐧𝐤𝐬
Continuación de JJ + Juliet.
Tras vivir toda su vida en la isla de Marta, Juliet decide buscar paz en Xcalak, Yucatán siguiendo su pasión: la pastelería. Acompañada de Joe y Federick está comp...
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— ¿Podrían no hablar? —llevé mis rodillas a mis pechos y abracé mis piernas.
No podía creer que JJ se encontrara aquí. Simplemente, me parecía imposible. Observé cómo hablaba con Eva mientras el auto arrancaba. Joe y Federick se mantuvieron en silencio en todo el camino.
En cuanto llegué a mi casa corrí a encerrarme.
— ¡Juliet! —gritó Joe al mismo tiempo en que cerré la puerta en sus rostros.
Mierda. La maldita cerradura.
—Juliet, abre, por favor. —habló Federick.
—E-Estaré bien, solo... Necesito tranquilizarme.
—Entonces déjanos estar contigo.
—No, podré hacerlo sola, no se preocupen. —apoyé mi espalda en la puerta— No me pasará nada, lo prometo.
—Juliet...
—En unos minutos hablaré con Antonia. —recibí a Langostino, quien se refregaba en mis piernas en busca de caricias— No-No se preocupen.
—Está bien. —dijo Federick.
—Puedes cruzar si quieres. —sugirió Joe.
—Lo sé, gracias. —oí cómo se alejaban de mi pequeño porche.
Me concentré en mi gato. Él era muy cariñoso. A veces pensaba que me conocía demasiado, a ver, no era como otros gatos. Era una compañía excepcional para mi bienestar, Langostino me hacía muy feliz y me distraía de todo lo que sucedía.
—Él está aquí, Langostino. —él maulló, yo decidí creer que me entendía— JJ está aquí. —musité.
Aquella noche, decidí ir a la cafetería para adelantar un poco de trabajo y, de paso, calmar mis nervios. Antonia dijo que era bueno hacer lo que me gustaba para despejarme. A mí me gustaba hornear.
Con respecto a la feria, hace días había escogido junto a Ruth los postres que llevaríamos, agradecí que fuesen sus recetas, pues no me sentía inspirada para idear algunas.
La feria era muy importante para Ruth, ya que—según lo que me contó— solía innovar y sorprender con alguna receta a todos los ciudadanos. Por mi parte, me encargaría de ayudarla con los postres y con las galletas para regalar e invitar a las personas a que asistan. Era una fiesta que se realizaba con el fin de que los turistas asistan y, además, ayudar con el mantenimiento del pueblo.
Me encontraba colocando la primera tanda de galletas, aún me quedaba mezcla para una más.
Oí el sonido de la puerta de entrada. Fruncí el ceño. Ruth no me había avisado que llegaría, por lo que comencé a oler peligro.
