Mi peor error

5. Te Odio

Miraba su reflejo en el espejo del baño, respirando fuerte mientras trataba de enfocarse en un punto, cualquier punto que la hiciera dejar de dar vueltas. Con el índice tocaba sus labios, aun sintiendo el fantasma de la boca de Korra en ellos, flashes del hombre del bar asaltaban su mente. Se sentó en el piso del baño, con la cabeza entre las piernas tratando mantener la mente clara.

"Tú no eres así. Contrólate y no cometas otro error. No es tan difícil."

No podía hacer esto, estar a merced de los caprichos de Korra por un pequeño error años atrás, no lo iba a permitir, así no era Asami Sato.

Tomó una rápida caliente para despertar y alejar los fantasmas que la acechaban, casi segura de que al salir estaría la habitación vacía, pero no fue así, salió del baño usando solo su bata de seda negra y vio a korra con los codos apoyados en la baranda del balcón, admirando la ciudad.

" te has dado cuenta de cuando cambian la ciudad de noche... es tan hermoso"

Asami sonrió triste para sí misma ante el comentario que ella misma había hecho un día antes a una extraña en su cama.

"Ha cruzado por mi mente un par de veces...korra..."

" no lo digas Asami. No quiero escuchar lo que seas que me quieres decir porque eso Arruinará todo y solo quiero... no sé lo que quiero...No sé qué hago acá, discúlpame yo no se que me pasó, debería irme, me caso en 2 días, por la mierda, qué estoy haciendo" parecía más estar hablando con ella misma que con Asami. la furia con que la había dejado se había desvanecido en la oscuridad de la noche y solo quedaba una Avatar confundida.

"N-no se que decir..."

" no digas nada por ahora por favor... déjame...déjame pensar un momento y despejar mi mente un poco."

Korra nunca volteo, dejando que el viento frío de la ciudad adormeciera su mente y se llevara la falsa valentía que le había traído el alcohol y Asami no quiso imponer su presencia así que se sentó en la cama con las manos al lado de los muslos y la cabeza gacha, esperando pacientemente a que Korra reaccionara, había esperando 5 años, que daño harían unos minutos. Dejó que su mirada se perdiera en las fibras de la alfombra bajo sus pies, aceptando su derrota en la batalla invisible de su mente, mientras una revelación se apoderaba de su mebte. "Nunca me lo dijo..."

Su voz fue un suave ruego, tan delicado que apenas lo escuchó "Dime que no lo haga... dime que es un error y que debería estar contigo, que de alguna forma lo haremos funcionar, dime... dime...." Su voz se quebró, pero no dejó que las lágrimas abandonaran sus ojos.

Como los eventos de la noche se habían desplegado, le era imposible decirle a Korra lo que le pedía.

"No puedo korra...yo... no puedo, perdón"

Sabían que esa noche no arreglaría nada, que era una ilusión de un breve momento del pasado en donde las cosas parecían ser más simples, pero ya no eran tan jóvenes e ingenuas, sus vidas ya no eran tan simples.

Asami se levantó en dirección a la puerta de su habitación, por mucho que quisiera que esa noche terminara de una forma, no quería caer en ese abismo ni podía permitirlo y espero a que Korra, quien cabizbaja avanzaba tras ella hasta llegar a su lado.

En el umbral de la puerta la miró y no pudo evitar acariciar su mejilla siguiendo el brillo del viejo camino de una lágrima y le sonrió. Por primera vez en años volvió a ver el brillo detrás de esos ojos azules, la infinita esperanza en Korra, que duró tan solo un segundo.

"Deberías irte, no podemos seguir..."

" debería..." la interrumpió

Y con esa palabra aun pesando en el aire enfrentó a la empresaria, desanudando la bata de seda, revelando la piel blanca y suave de Asami, sus ojos viajando por el escote profundo que dejó la bata al abrirse levemente, sin revelar demasiado, pero lo suficiente.