Trataba de evitar cualquier ángulo de su "cama" que le provocara dolor. El labio superior partido hubiese sanado hacia tiempo si no fuese por ese particular guardia que se empeñaba en empujarla cada vez que la llevaban al patio o se cruzaba en su camino. Ahora su mente tenia tanto espacio y dos cosas la ocupaban, el dolor y la culpa.
Después de muchas vueltas, había logrado encontrar esa posición perfecta y comenzaba a relajarse cuando la interrumpieron con un golpe en la reja, el puro susto hizo que sus costillas crujieran.
"Tienes visita" bramó ese guardia.
" ja. ja. No es hora ni día de visitas" respondió inmóvil mientras las punzadas de dolor en su pecho se disipaban." levántate ahora o te tocará una semana en aislamiento" le gritó.
El mero recuerdo de esa habitación la hizo moverse, dejando atrás los breves minutos de relativa comodidad.
Trato de moverse rápido, pero el tobillo claramente inflamado, el hematoma en un muslo y el par de costilla fracturadas no la dejaban y sí, era ese guardia otra vez. Se puso a sus espaldas y la empujó, trató de mantener el equilibrio al dar un paso largo, pero su pie no era lo suficientemente fuerte para soportar su peso y cayó, el umbral de la reja la detuvo, rozando su cara, su labio se volvió a abrir. El amargo sabor oxido de su sangre le invadía la boca, pero no intentó limpiarlo, seria como pasar sal por esa herida abierta.
Se aguantó las ganas de gritarle, de reaccionar en lo mas mínimo, pero no pudo evitar que sus ojos se aguaran y no pudo esquivar la mirada de satisfacción que tenía aquel hombre al verla sufrir, sentía sus ojos pegados en su espalda.
La llevó a empujones por un largo pasillo, las luces tenues y las ventanas cerradas.
La metió en una sala nueva para ella, pequeña, gris e impersonal, como todo en aquel lugar; una mesa en el centro y dos sillas eran Toda la decoración. La luz parpadeaba cada 30 segundos, lo que le daba cierto sentido de estabilidad y tiempo, pero lentamente le provocaban un dolor de cabeza.
Mantenían sus manos con fuertes amarras de bambú que ya comenzaban a quemarle las muñecas, las que engancharon a la mesa en una horquilla al centro de esta.
La silla debía ser incomoda, pero la suave curva del respaldo y la forma cóncava del asiento eran una gran mejora, estaba hipnotizada por cada nuevo detalle, tanto que no se percató que alguien había entrado.
"Quien te hizo esto?!"
Escuchar esa voz la llenó de alivio y terror. No sabia cuanto tiempo había pasado desde la última vez que la vio, pero estaba segura que eran años.
" mierda, casi me matas del susto"
Suyin la miraba cruzando la mesa donde sus manos permanecían amarradas. Su tradicional bata en perfecto estado, erguida frente a ella sin tomar asiento.
"Responde la pregunta" dijo en un tono serio, apoyándose en la mesa y bajando al nivel de los ojos de la prisionera.
"estoy en una prisión Su, quien crees que lo hizo..."
"No puede ser" dijo, con los labios apretados y los puños cerrados. Molesta por las condiciones en que estaba Kuvira y molesta con Kuvira por ser tan desagradable en cada momento de su existencia.
"oh disculpa, cuando tú pases cinco años encerrada en esta pocilga conversamos entonces" apenas lo dijo se arrepintió, y es que esa manera de hablar era un mal hábito que la había llevado a aislamiento mas de una vez y estaba tratando de eliminar.
Vio como un mar de dudas paso por los ojos verdes de la matriarca, que hizo una pausa meditando los motivos por los que había ido. "Sabía que esto era un error" se dijo a si misma, pero demasiado alto, alejándose de la mesa en dirección a la puerta de salida.

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Mi peor error
FanfictionEl día anterior a que korra se entregue a zaheer ella y asami duermen juntas y se declarar su respectivo amor. Asami entra en panico, abrumada por todo esto besa a mako y korra los pilla korra, la pelea las destruye y asami huye, desapareciendo del...