3.- Ascensión

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Liu QingGe escupió un bocado de sangre mientras se llevaba una mano al pecho. Definitivamente, este era un mal momento para tener una desviación de Qi, era un muy mal momento. Tendría que arreglárselas por sí solo para lidiar con esto, ya que sus compañeros estaba ocupados con el monstruo de tres cabezas que había aparecido en uno de los poblados del suoreste.

Habían pasado dos años desde que se había convertido en oficial celestial adjunto. Su cultivo había aumento de nivel, y por un momento pensó que se había librado de su problema así que no tuvo ningún cuidado posterior. Ahora estaba sufriendo las consecuencias de ese descuido.

Voy a morir, pensó. Se preguntó si los oficiales celestiales podían morir, y sus pensamientos se congelaron cuando sintió una mano apoyarse en su espalda.

— ¡Jiang Cheng!— gritó Mu Qing mientras le pasaba energía espiritual—. ¡Ven a ayudar!

— ¡Un momento!— gritó Jiang Cheng.

El látigo ZiDian restalló contra la criatura de tres cabezas, paralizando su cuerpo el tiempo suficiente para que se acercara a sus amigos situándose frente a Liu QingGe.

— ¿Qué hago?— preguntó.

Liu QingGe extendió un brazo, el cual fue sujetado por Mu Qing.

— Presiona los puntos de acupuntura del torso. Inicia por el medio y alterna arriba y abajo inyectando un poco de tu poder espiritual. Hazlo dos veces, una rápidamente y la otra con calma.

Jiang Cheng hizo lo que le indicó Mu Qing, mirando a Liu QingGe en cada movimiento. Éste, extrañamente, comenzó a sentir como su energía se nivelaba hasta estar completamente bajo su control.

— Qué…— dijo, siendo interrumpido por Jiang Cheng.

— ¿Cómo te sientes?

Liu QingGe se tomó un momento para responder, revisando sus meridianos, y frunció el ceño.

— Bien. ¿Pero cómo…?

— Hablaremos de eso luego— dijo Mu Qing soltándolo—. Ahora tenemos algo que hacer.

Con un rugido, el monstruo de tres cabezas se lanzó contra ellos y los oficiales celestiales retrocedieron de un salto desenvainando sus espadas, luchando contra la criatura hasta que finalmente pudieron apresarla luego de un arduo trabajo.

— Llevaré esto al Tribunal Superior. Ustedes pueden…

Un trueno doble se escuchó a la distancia. Los ojos de Mu Qing se ampliaron al darse cuenta de lo que eso significaba: el cielo había enviado una doble calamidad celestial. ¡Había dos personas con el potencial de ascender al mismo tiempo! Era algo sin precedentes. ¿Quiénes…? El dios del suroeste desestimó la cuestión, si la doble calamidad iba a su dirección era obvio quienes eran los que estaban por enfrentarla.

— ¿Qué sucede ahora?— preguntó Liu QingGe?

— Recuerdan que les hablé de las calamidades celestiales, ¿verdad?— dijo Mu Qing.

— Sí.

— Pues ahora van a enfrentar la suya.

— ¿¡Qué!?

Mu Qing se apartó, desapareciendo del lugar, mientras los rayos celestiales se acercaban cada vez más. Liu QingGe y Jiang Cheng se miraron uno al otro antes de que fueran alcanzados por los primeros rayos que cayeron cerca de dónde se encontraban.

— Tal parece que tendremos que enfrentar esto juntos— dijo Liu QingGe, haciendo girar a Cheng Luan en su mano. 

— Sí, trata de no morir— dijo Jiang Cheng convocando nuevamente a ZiDian.

Liu QingGe soltó una carcajada al tiempo que se enfrentaba a otro rayo mientras Jiang Cheng evitaba un rayo más. La calamidad doble duró siete días y siete noches, y cuando llegó a su final la capital celestial había recibido a dos dioses más.

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