Capítulo 3

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Wei Ying se encontraba avergonzado.

"Eres mi discípulo y un gran muchacho así que tienes que ser prudente, digno y no dejarte humillar, muchacho testarudo"

Te he fallado maestra.

Ya lo habían visto arriba de árbol, huyendo de un perro, sucio, herido y casi llorando, y cómo si eso no fuera poco, ahora también lo estaban cargado como una novia recién casada.

—Mira, son cultivadores.

—Parecen de una secta reconocida. —los susurros de la gente eran audibles para personas como ellos

¿Esta gente no sabe que los cultivadores tienen sentidos más desarrollados?

—Que suerte tiene la jóvenes en sus brazos. Lo que yo daría por estar en su lugar.

—Mira como la ve el joven guapo. Que suerte tienen algunos.

Esos últimos comentarios solo lograron que se avergonzara más y pegará su rostro en el pecho del Lan más grande, aún cuando sabía que no le podía ver el rostro por la túnica.

Se maldijo por ser tan débil porque mientras caminaba a un lado del hermano de Lan XiChen en el bosque, cojeaba por una mordida que había obtenido del alfa en su pierna.

Después de unos cuantos pasos se había cansado y se estaba congelando con el frío aire de la noche pero había sido mala idea abrir la boca.

—¿Podemos para un poco?

—Te duele —le resultó curioso como el Lan parecía estar seguro de todo.

—No importa, mejor solo camina un poco más lento por favor.

No se había dado cuenta que el hermano XiChen estaba cerca de ellos y que, era casi seguro, lo escucho porque pocos segundos después dejo de sentir el piso bajo sus pies.

Pidió que lo bajarán, que le dejará caminar porque estaba lo suficientemente bien como para hacerlo pero se rindió cuando el mayor le apretó con poca fuerza por encima de la rodilla dónde lo sujetaba y él soltó un quejido de dolor.

—Bueno, si me van a consentir de esta forma sería mejor que de todas mis quejas y peticiones ¿No? —siguió hablando porque a pesar de todo seguía siendo un joven juguetón y desvergonzado.

—Adelante, Señor Wei. —el Lan se rió levanté y lo incito a seguir.

—Esta bien. Tengo frío y hambre. ¿Qué hará el hermano XiChen al respecto?

Wei Ying no espero que lo bajara un momento, se quitará su túnica exterior, lo cubriera y lo volviera a cargar. La túnica le quedaba tan grande que no fue difícil cubrirse hasta la cara sin destaparse el cuerpo.

El rey de la desvergüenza fue avergonzado

Desde que entraron al pueblo, el cual no sabía cuál era, la gente comenzó a murmurar hacerca de los jóvenes Lan y "la joven dama" que uno llevaba en sus brazos y su mascota que el otro cargaba.

Quiero volver a casa.

"Ninguno de mis discípulos se rinde. ¡Nunca!

Sinceramente el pensamiento de ese último grito le erizo la piel. Era extraño como casi podía sentir el agua helada siendo arrojada a su espalda, castigo que su maestra aplicaba cuando estaba muy molesta con su comportamiento.

—¿Aún tienes frío? Ya casi llegamos a la posada. —Wei Ying solo asintió a la dulce y melodiosa voz.

Cómo había prometido el Lan, no tardaron en llegar a la cálida posada, escucho como el hermano de Lan XiChen pedía otra habitación y como caminaron por unas escaleras hasta una habitación. Se sintió en la gloria cuando fue acomodado en una suave cama. De verdad extrañaba dormir entre mantas y almohadas en lugar del duro y frío suelo o lo áspero y viscoso de una rama.

No Es Suficiente Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora