|Día 95|

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Durante toda tu vida estudiantil te la pasas estudiando, y te preguntarás ¿para que?, fácil, para ser alguien en la vida, aunque ya eres alguien solo que si tienes los conocimientos necesarios tu futuro será ¿mejor?

¿Como saben que realmente los estudiantes están aprendiendo? Con exámenes, los cuales te hacen pasar días estudiando para obtener una buena nota y sentirte bien contigo mismo.

— ¿Estudiaron? — interrogó Luna mordiendo su lápiz

— ¿Para qué? — interrogó Harry con una ceja alzada

O simplemente, otros vivían muy en el presente olvidándose de un futuro por el cual deben trabajar.

— Pero, no podemos ayudar entre los tres ¿verdad? — Draco trato de sonar lo más tranquilo posible

Y aquellos que se copian en los exámenes porque les importa más una nota que aprender realmente los temas ya que encajar en la sociedad es una necesidad o en otro punto de vista podría es una obligación.

¿Qué se valora más? Unas buenas calificaciones o el esfuerzo de la persona por querer aprender

— Hagamos un código entre nosotros — ofreció Harry — Así nada más entenderá, ¿a que suena genial?

— Lovegood, ¿como es el examen?

— Con respuesta múltiple

— Excelente. Un toque significa A, dos toques B, tres toques C y cuatro toques D

— Lovegood, Malfoy y Potter, pasen y tomen sus asientos — hablo la profesora — Tienen una hora para resolverlo la hoja, al terminar el tiempo lo entregarán tal y cómo está, sin trampas — advirtió, pasándoles una hoja a cada uno

Alzaron sus vistas disimuladamente viendo como la profesora se sentaba detrás del escritorio leyendo un periódico.

— ¡Ay, no puede ser!

— Pasa algo joven Potter — la profesora alzó su vista entre la páginas del periódico

— Puse mi nombre en donde debía ir mi apellido

— Eso te pasa por no leer correctamente — se burló Malfoy dejando escapar una risa

— Malfoy — la mujer lo desafió con la mirada esperando a que el contrario se disculpara

— No te preocupes, después de esto te compraré unos lentes nuevos así podrás ver mejor tus errores — lo que recibió a cambio fue un golpe en la cabeza con el periódico previamente enrollado

— Tome otra hoja, esta es la última — le ofreció una nueva

— Gracias, prometo no defraudarla

— No si, defraudada ya está — susurró el rubio y esta vez recibió un codazo por parte el gryffindor — Que lindas muestras de amor tienen algunas personas

— ¡Termine! — Luna alzó su examen que ya estaba contestando, eso se podía ver por los círculos ya pintados

— ¿Qué? Se supone que teníamos un plan, no nos dejes — se quejó Draco fingiendo llorar — La decepción, la traición

— Deshonra, desgracia, en su mirada se ve la maldad — susurro Harry con voz dolida

Mientras los chicos seguían alegando en susurros, la chica simplemente rodó los ojos y volvió a sentarse

— Olvídelo, me falto contestar unas cuantas

Luna tomó el lado contrario del lápiz y comenzó a dar unos cuantos toques sobre la mesa

— Deja de hacer ruido, me desconcentras — pidió Draco mientras leía las instrucciones por octava vez

— Son las respuestas, tonto — le dijo Harry por detrás

— Sabes, sigue haciendo todo el ruido que quieras porque para mi es como una hermosa melodía — sonrió — De hecho, ¿podrías repetirlo? No escuche muy bien esa melodiosa armonía

— ¿Podrían guardar silencio, jóvenes? — la profesora tomó un lápiz para empezar a rayar el periódico — Les quedan diez minutos

— ¿Diez? ¿Como que diez? Pero si comenzamos a penas hace cinco minutos

— Ustedes se distraen mientras el tiempo siguen avanzando

Estaban contra reloj. Los toques del lápiz de la mesa, los lápices moviéndose sobre la hoja, el reloj moviendo sus flechas sin detenerse para descasar, el sudor que bajaba por sus frentes, sus piernas moviéndose en desesperación y la profesora lista para gritar que el tiempo se había terminado.

El colegio causaba demasiado estrés.

— ¡Tiempo! Entreguen sus exámenes

— ¡Lo logre! ¡En tu cara, tiempo! — Harry salto del asiento con emoción y se acercó con orgullo a dejar su examen

— Ni el tiempo puede contra el grandioso Draco Malfoy

— Si, ajá, solo entréguenlo y lárguense

[•••]

— Luna, eres un angelito, jamás desconfié de ti — el gryffindor la abrazo como un koala

— Gracias por salvarnos

— ¿Cuál gracias? Son cincuenta galeones cada uno

— ¿Tengo cara de ser un banco? — alegó el rubio

— Pueda ser, pero deben saber que mi trabajo no es gratis

— ¿Hay descuento por ser tus amigos? — el de ojos verdes intentó hacerla cambiar de opinión

— Sí, en ese caso, serían cuarenta y nueve galeones cada uno

— ¡Solo le bajaste un galeón! — los chicos alzaron la voz al mismo tiempo

— ¿Que les dire? Soy una mujer de negocios

— ¿Que les dire? Soy una mujer de negocios

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