365 Días Juntos

|Día 15|

Incomodidad.

Según el diccionario la incomodidad es la falta de comodidad, lo sé, gran ayuda, pero para entenderlo mejor te puedo colocar de ejemplo a Harry y Draco quienes no habían hablado desde el día del jardín

Y cuando decía que no se han hablado lo digo en serio, no se dirigían ni la mirada era como si fuesen invisibles el uno para el otro. Si uno estaba arriba entonces el otro estaría abajo. Ante todo el distanciamiento social

— ¿Sabes por qué actúan así? — preguntó Luna

— ¡No se nada, lo juro! — Cedric exclamó para después salir huyendo

— Por supuesto que lo sabes — susurro con molestia

Bueno. Si nadie hacía nada entonces ella lo haría como dice aquel dicho "Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo"

Se dirigió al cuarto de Harry sigilosamente para su suerte la puerta no estaba del todo cerrada así que se podía observar desde adentro de la habitación. Asomo su cabeza y su vista se dirigió a Harry quien al parecer estaba estudiando ya que se encontraba con varios libros en el escritorio

— Interesante — se tomó el mentón — El nunca se concentra al estudiar

Y no mentía. Cada vez que el Gryffindor decidía estudiar habría algo que se lo impedía ya fuera un pequeño insecto o el hambre que invadía su estómago o simplemente se perdía en sus pensamientos así que verlo estudiando tan dedicado era algo extraño y hasta un punto difícil de creer

— ¿Que haces? — se escuchó una voz al a par suya y contuvo el grito que pedía salir de su garganta

— ¡Cedric! — regaño al mayor en voz baja — No hagas eso, casi me das un infarto

— Lo dice la persona que espía a otra sin su consentimiento — la contraatacó

— En mi defensa — musitó — No me quisiste decir lo que pasaba entre esos dos así que decidí investigarlo por mi cuenta

— Si como no — rodó los ojos

— ¿Luna? ¿Cedric?

— Esa no es mi voz — dijo Cedric

— Tampoco la mía — se vieron entre ellos — Si no es la mía ni la tuya entonces es de...

— ¿Que se suponen que hacen ahí? — los encaró Harry en frente de los dos — ¿Acaso me estaban espiando?

— ¿Espiando? ¿Nosotros? — Luna río nerviosa — Por supuesto que no, ¿verdad Cedric? — le dio un codazo y una mirada de advertencia

— No — negó rápidamente — Lo qué pasa es que estábamos viendo que a la puerta le hace falta un poco de aceite

— ¿Ah? — Harry los vio confundido

— Te explicaré — tomó la perilla y comenzó a cerrar y abrir la puerta y un rechinado se oía desde ella — ¿Escuchaste eso?

— Si

— Es porque a las bisagras les falta un poco de aceite — explicó

— Entiendo — los otros dos suspiraron más calmados — ¿Y la arreglarán?

— ¡Oh! — exclamó — Me acabo de acordar que no tenemos aceite — se golpeo levemente la frente — Es una lástima, bueno, es hora de irnos Luna

— Regresaremos cuando tengamos el aceite — aseguró la chica — Nos vemos, Harry

El Gryffindor no pudo despedirse porque el par había salido huyendo del lugar como si tuvieran prisa dejándolo un poco aturdido