BODAS DE ODIO

DE VUELTA A CASA

¡Holaaaa! Tenemos nuevo capítulo y con él se van agotando los que faltan para el final de esta pareja. Pero recordemos que todo final es el principio de algo más.

Espero disfruten la lectura de hoy💜🦄.

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Capítulo 28:

DE VUELTA A CASA

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Siempre dicen que el nacimiento de un hijo trae consigo buenos augurios, lo que comúnmente escuchamos "trae una torta bajo el brazo" y Lucía trajo la suya.

Lucía fue dada de alta a las 24 horas de haber despertado su madre, Raquel. La noticia llegó hasta "La indomable", hacienda de los Marquina Murillo; y todos los esperan con ansias.

Andrés se regresó a la hacienda para atender los nuevos pedidos de ganados y trabajar en las propuestas para los próximos convenios.

Marsella se quedó en la ciudad para lo que sus patrones necesiten. Aunque este fiel trabajador mantenía su perfil bajo y muy serio, ha cambiado mucho con la llegada de la heredera Marquina. Siente el papel protector que tuvo con Sergio.

El día del alta de Raquel llegó y su esposo e hija estaban más que felices de por fin tenerla en casa.

Sergio

Ingreso, sin hacer mucho ruido, a la habitación de mi mujer y la escena de alimentar a nuestra hija me enternece. La conexión madre-hija a través de la alimentación de pecho es asombrosa. Raquel se ve tan bonita al natural, tan llena de vida al tener a Lucía entre sus brazos.

Raquel levanta su mirada hacia mí y en tono muy bajo, para no despertar a Lucía, me saluda.

—Hola cariño, ¿todo bien con los pagos de la clínica?

—Hola cielo. — Deposito un beso en sus labios y otro en la frente de mi Lucía. —Pues, solo necesitamos que Zulema te haga una última revisión y te firme el alta y ya nos vamos a casa.

Raquel me entrega a Lucía para sacarle los gases. La acomodo en mi hombro y le doy palmaditas delicadas. Mi mujer me mira y dice.

—El destino te eligió para mí, pero yo te elegí para papá de Lucía. Y, sí que ha sido de mis mejores decisiones. Verte con ella, me da tanta ternura y paz en la misma proporción.

Lucía se duerme completamente y la deposito en su cuna móvil, luego me acerco a la camilla de Raquel.

—Sabía que lo nuestro duraría. — Enmarco su rostro con mis dos manos y la beso.

—Así que eres súper seguro de ti mismo

—Bueno, teniendo en cuenta lo guapo que soy. Sabía que terminarías por enamorarte de mí.

—Pero, ¡qué tonto eres! — Se ríe.

—Un tonto completamente enamorado de ti. — Le respondo.

Preparo la maleta de Raquel para regresarnos a casa. Ya que aún no puede hacerlo sola, le ayudo a desvestirse para tomar una ducha. Cojo la pastilla de jabón y la llevo, primero, por su cabellos. Introduzco mis dedos entre las hebras de sus cabellos y lo lavo incluyendo unos masajes en esa zona. Avanzo por su cuello y extremidades. Sigo por su pecho, que están sensibles. Voy a su bajo vientre y con mucho cuidado limpio esa zona, ya que allí está el corte de su cirugía. La enjuago en la ducha. Finalmente, seco todo su cuerpo para ayudarla a vestir.

La ayudo a vestirse y peino su cabello. Una vez acabada mi tarea, deposito un pequeño y casto beso en su corona. Ella se sonríe. En eso hace su ingreso Zulema.

—Bueno, esta mami se va para su casa con su familia.

—Hola Zulema. Sí, por favor. ¡Fírmame el acta pero ya!

—Bien, eso es solo burocracia. Vamos a chequearte antes de que dejes la clínica.

Zulema realiza el chequeo correspondiente a Raquel. Ella ya no tiene muchos rastros de dolor elevado.

Sus funciones vitales están en perfectas condiciones. Así como todos los exámenes que le hicieron.

—Sergio, tu mujer aún necesita guardar reposo. Nada de movimientos bruscos. El corte ha quedado perfecto. Los puntos te lo sacamos cuando aún estabas en el coma. — Dice la doctora dirigiéndose hacia Raquel.— Nada de viajes por ahora. Eso lo decidiremos en el próximo mes de consulta. En caso de tener que viajar lo tendrán que hacer solo por vía aérea hasta una próxima evaluación.

—Lo que tú digas, doctora.

—Los papeles lo terminará de llenar la interna de turno y en cuanto se los entregue ya podrán irse a casa. Cualquier cosa, estoy al teléfono. Cuídense. — Diciendo ello, Zulema continuó con sus visitas médicas.

No pasa más de una hora que tenemos todo listo para que Lucía y yo nos llevemos a la mujer más importante de nuestras vidas a casa.

***

Raquel

Cómo he podido pasar tanto tiempo perdída en la nada cuando mis razones para vivir estaban aquí, en el exterior, lejos de la nada y del silencio. Lejos del limbo entre la vida y la muerte.

Lucía... Sergio, los motores de mi vida. Mis grandes amores. Los mejores regalos que la vida pudo darme: mi familia.

Agradezco haber salido de la clínica. Ya estaba harta de esa camilla y de las limitaciones de tener cerca a mi hija y a mi marido.

Vamos a casa. Marsella conduce con más cautela, por órdenes de Sergio. Que desde que desperté trae al pobre hombre de arriba a abajo. Asumo que Marsella debe quererlo tanto, para aguantarlo en ese estado controlador-obsesivo.

Nosotros bamos atrás. Lucía en mis brazos y nosotras cubiertas por los brazos fuertes de Sergio. Apoyo mi cabeza en su pecho, y es que estoy aún algo cansada; pero también, quiero sentirlo cerca.

Llegamos a casa, en la ciudad. Aunque no lo hemos hablado aún, quisiera volver pronto a la hacienda.

Lucía está dormida y la llevamos a su cuarto. La depositamos en su cunita. La observamos dormir, enternecidos de verla. Ella tan dulce, inocente, pura, maravillosa. Lo mejor de nosotros.

—Será una excelente Amazona. Será fuerte y valerosa. —Dice Sergio mirándola, embobado de amor.

—No lo dudo, cariño. Tiene tu sangre y mi sangre en sus ventas.

Salimos de la habitación y nos dirijimos a la nuestra. Voy directo hacia la cama. Él me ayuda con las almohadas y a ubicarme bien dentro de la cama. Aún estoy algo débil y quiero recostarse un poco hasta que Lucía se levante para su próxima mamila.

Sergio se acuesta conmigo, me acomodo con él. Me recuesto en su pecho, Cierro los ojos y escucho el latir de su corazón. Ese sonido que calma mis miedos e inquietudes. Y es cuando mi marido me da otro regalo inesperado.

—Es hora de volver a "La indomable", cariño. Esta es nuestra casa, pero la hacienda es nuestro hogar.

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Aquí el vigésimo-octavo capítulo de esta historia espero les guste.

Déjenme sus estrellitas 🌟 y comentarios

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Gracias por llegar hasta aquí no

💜Zte💜