Capítulo Dos

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El timbre sonó mientras yo observaba a Imra precipitarse hacía las escaleras del recibidor. Parecía especialmente irritable en las últimas semanas. No es que yo no estuviera acostumbrada a que dijera lo que pensaba; era mí mejor y más vieja amiga... compartíamos el lápiz de labios en secundaria. Pero parecía que todo lo que yo hacía o decía iba más allá de la irritación superficial, y escarbaba más profundo en su molestometro.

―Son Ava y Sara ―nos informó Nia desde el recibidor.

―Oh, bien ―dije, siguiendo a todo el mundo (excepto a Lexa, que estaba tejiendo) fuera de la cocina―. La reunión divertida primero.

―Tonterías ―dijo Lena ―. Todas las reuniones son divertidas. - Resoplé, pero no dije nada.

A decir verdad, estaba demasiado ocupada mirando su trasero enfundado en el pantalón negro, que estaba muy bien. Llevaba un traje oscuro como de costumbre, el complemento perfecto a su personalidad. Consideré el hecho de cómo me había resistido a sus malvados encantos durante tanto tiempo. Aunque actualmente me sentía como si ella se estuviera resistiendo a los míos. Había esquivado cada reunión sobre la boda que habíamos tenido. Por lo menos habíamos convenido en la fecha: 31 de julio. A veces parecía una eternidad, y otras parecía como si la fecha se me echara encima. Y virtualmente era yo la que planeaba toda la celebración (bueno, con la ayuda ocasional de Imra). Lena no tenía ninguna opinión sobre las flores, la comida, bebidas, trajes, vestidos, ceremonia o la canción de la boda. Si no supiera con seguridad que me amaba, pensaría que no lo hacía.

―Sus majestades ―dijo Ava, haciéndonos una reverencia a las dos. Nia había abierto nuestras enormes puertas delanteras de madera de cerezo, y ahí estaban Ava y Sara.

Ava vestía un traje azul marino con una linda falda corta, un jersey de cuello alto a juego, pantis negros y (¡ugh!) zapatos de correr negros. Sé que es práctico para las mujeres de carrera pero, ¿zapatillas de deporte con traje? Jesús no podría haber llorado más de lo que lo hice. Como todos los vampiros, Ava era ridículamente hermosa, con el cabello rubio (recogido en un moño pasado de moda) y una piel pálida y aterciopelada. Sara llevaba blue jeans, chaqueta de cuero y mocasines. Lo que me recordó otra vez que ya estaba lista para la primavera y las sandalias.

Nia nos condujo a todas a una sala (había por lo menos cuatro; no me hagas empezar) y la primera cosa que hizo Ava cuando estuvimos todas sentadas fue ponerme en las manos una copia del Star Tribune de ese día.

―¿Me firmarías tu artículo, por favor? ―pidió amablemente con el encantador acento francés que nunca había perdido, incluso después de todos estos años aquí en Minnesota. Lena murmuró algo por lo bajo que, por suerte para ella, no escuché.

Yo tenía una columna semanal de "Querida Kara" para vampiros. Se suponía que se publicaba en un boletín solo para no-muertos, pero alguien la había filtrado al Tribune. El editor había creído que era divertidísima y la había publicado. La mayoría de la gente que la había leído había pensado que era una buena broma. Eso fue lo único que me libró de la ira de Lena y Nia.

―Me encantaría ―dije―. Uh... ―Nia me ofreció una pluma. Nunca tenía un pluma, una correa o un cronómetro cuando los necesitaba―. Gracias ―Garabateé mi firma en el último artículo publicado: "Querida Kara, mis amigos siguen insistiendo en celebrar la reunión del club del libro durante el día. ¿Debo contarles cuál es mi problema o mentir?"; y lo devolví.

―Ejem ―dijo Sara―. Apuesto que a la bibliotecaria no le gustó mucho esto. - Estaba hablando de Rhea que se encargaba de la biblioteca de vampiros en el distrito industrial y de la columna, que estaba en un papel que cualquiera podía leer cuando quisiera. Y tenía razón. Se había puesto furiosa. Todavía estaba intentando averiguar quién había filtrado mis columnas al editor del Tribune. Yo no creía que se tratara de un gran y oscuro complot ni nada de eso; los accidentes ocurren. Estaba sola en esa teoría. Por lo que seguía escribiendo las columnas sin importar lo mucho que irritara a todos.

Vampira & No PopularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora