Cap. 4

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—Mas personas raras y enfermas como yo —decía Aline mientras miraba el techo de su cuarto fijamente —Bueno, no padezco lo mismo, pero la gente me ve como monstruo igual que a ellos —giró por su cama y se quedó viendo las grietas de la pared —¿Seria bueno decirles que soy similar? Tal vez podríamos volvernos mas unidos y cuidarnos unos a los otros.

Aline padecía de Trastorno Limite de la Personalidad, no solo complicaba sus relaciones sociales con gente de su edad, se lo habían diagnosticado hace apenas once meses y había sido un gran cambio en su vida, también afectaba muy gravemente la relación con su familia y a pesar de que ya conocían su situación, continuaban tachándola de loca y que tenia la culpa de cualquier discusión, no quería que sus nuevos, y tal vez, próximos amigos la vieran de esa forma.

Ella no los veía de esa forma, ella los veía como personas que la comprenderían mas que nadie y juntos compartirían los sufrimientos que han tenido que pasar y, que claramente, no eran culpa suya.

En el camino antes de encontrarse a Albar, Aline iba ideando de que manera poder decirle, era mejor iniciando con él, ya que le tenia mayor confianza hasta ahora.
Sin saber que sus planes serian totalmente cambiados por un examen sorpresa de la clase de biología.

—Demonios, no recuerdo casi nada, no creo sacar una calificación pasable - le decía Albar a la chica mientras ella solo se mantenía nerviosa.

—Ahhh, yo no entendí varias cosas... —se quedó pensando un momento -—Tengo una idea, si llego a saber algunas respuestas te hare señas y te las diré, no te aseguro saber todas las respuestas pero hare todo lo posible para que no tengas una mala calificación, créeme —la chica se veía tan decidida que Albar no se pudo negar, además de que era la primera vez que la veía así y no quería arruinar esos ánimos.

Y así fue avanzando poco a poco su plan, Aline hacia un leve sonido, Albar, con su aparente oído desarrollado, volteaba un poco y la de lentes escribía la respuesta en el aire. Todo parecía ir a la perfección, hasta que Aline hizo demasiada presión en su lápiz mientras lo tenia apoyado en su cabeza que inevitablemente la punta de este se rompió.

Estaba desesperada.

Buscó por todos lados por un nuevo lápiz o un afilador, pero no lograba hallar nada, le hizo señas a Albar pero el tampoco tenia ninguno de los dos. Comenzó a sudar frio y temblaba del nerviosismo.

—Maldita sea, esto no puede estar pasando ¡Solo quiero un afilador! —susurraba para ella misma mirando directamente su examen, conteniendo lagrimas de desesperación.

De pronto, atendiendo a sus llamados, un afilador le llegó de sorpresa, deslizándose por la hoja hasta sus ojos. Lo miró por unos segundos comprendiendo que venia del chico que se sentaba frente a ella, así que lo tomó y lo usó lo mas rápido que pudo. Tocó levemente el hombro del chico y susurró un gracias, solo alcanzó a ver el perfil del chico sonriéndole.

Y finalmente, el tiempo del examen acabó.

—Hiciste todo exactamente como te dije, ¿verdad? —la chica tomaba de los hombros a su amigo, se notaba que estaba preocupada de verdad.

—Ay claro que si. Además de que puse mi máxima concentración en lo que me decías, el resto del tiempo me la pase haciendo dibujos en mi silla —le mostró. —En fin, muchísimas gracias Aline, no se que seria de mi sin ti —se abalanzó para abrazarla y la chica solo se quedó inmóvil, sentía una enorme calidez y sus manos temblaban, con todas sus fuerzas correspondió al abrazo.

—Disculpen, ¿interrumpo algo? —habló una voz que la chica no reconocía aún, se soltó del abrazo y miró, era el chico que la salvó en el examen.

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2022 ⏰

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