Cap. 2

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Un nuevo día comenzó para su mala suerte. El mundo no había acabado como en las canciones que escuchaba últimamente, pero deseaba que así fuera.

Hizo la misma rutina de la mañana anterior y partió para ir a su escuela.
Cerca del río por el que pasaba, un sujeto sacó su arma de su cristal, la cual era un hacha y comenzó a cortar el tronco de un árbol que estaba a su lado.
Aline deseo aprender a como sacar su arma y usarla apropiadamente, quizá en la nueva escuela le enseñarían a como hacerlo.

Llegó a su salón y unos cuantos compañeros ya estaban ahí, tomó su lugar de ayer, acomodó su mochila y estaba dispuesta a sentarse cuando escucho una voz.

-¡Oye! -el tono de voz era sumamente agudo e irritante.

Aline volteó en dirección de la voz y una chica con el cabello amarrado y la cara llena de maquillaje alzó la mano, la chica estaba rodeada de mas pubertas iguales a ella.
La de lentes redondos se acercó al lugar de la chica.

-Eres Aline, ¿cierto? -la chica la miró de abajo hacia arriba y sonrió maliciosamente.

-Um, si... -respondió insegura al notar el gesto.

-Aline, la niña nerd de la primaria, ¿seguirás manteniendo tu titulo también aquí? Ojala desaparezcas pronto -y el grupo de chicas soltó las risas sumamente sonoras y molestas.

La de amarillo solo agachó la cabeza y regresó a su lugar, a la larga, se había acostumbrado a esos comentarios.

Esta vez tomó asiento y tan solo miró afuera de la ventana.
El cielo aun estaba oscuro, pero podía mirar las lejanas luces que se percibían desde la montaña. Por alguna razón estaba fascinada con aquella vista, de hecho, le encantaba la idea de estar ahí, pues parecía ser un pueblo muy tranquilo.

El profesor de la clase llegó y el resto de compañeros entró al salón de clases.
Un compañero llegó después y el profesor no quiso dejarlo entrar debido a su impuntualidad, pero debido a que el chico era sumamente insistente y molesto, el profesor lo dejó entrar.

Ya que todos los lugares ya habían sido ocupados, no le quedó otra opción que sentarse justo al lado de Aline.
La chica se puso algo nerviosa, no le era muy de su agrado tener a alguien a su lado, mucho menos en el asiento a la izquierda.

La niña lo examinó cuidadosamente, era un chico de estatura promedio, de tez morena, vestía una sudadera azul marino y estaba un poco despeinado, así como también tenia una ojeras un poco marcadas.
Prefirió seguir mirando la ventana en lugar de siquiera tratar de socializar un poco, lástima que el chico no pensaba lo mismo.

-Oye, oye -dijo el chico una vez que acabó la clase.

-Ehh, ¿me hablas a mi? -dijo Aline con nervios mientras guardaba su libreta.

-Pues si, no veo que haya alguien mas por aquí -sonrió divertido -¿como te llamas?

A Aline se le vino el mundo encima.
De verdad que no estaba lista para entablar una conversación con alguien nuevo. Esperaba no hablarle a nadie por los siguientes días, y si se podía, por los siguientes dos años escolares.
Su mente se puso en blanco, su respiración se agito poco a poco y comenzó a tartamudear.

-M-Me... Me llamo... A-Aline... -el chico la miró un poco confundido.

-Aline, es un lindo nombre -sonrió nuevamente -mi nombre es Albar y es un placer conocerte -le extendió la mano en forma de saludo.

¿Esto es lo que la gente llama amabilidad y gentileza? Es la primera vez que experimentaba algo como eso, y le agradaba bastante.
Correspondió al saludo y por primera vez sonrió de manera sincera y alegre.

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