Capítulo XI: El crimen perfecto

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Ese mismo día pero más temprano...

Cuando Childe salió por la ventana y Lumine quedó arrodillada en el piso, se escuchó a alguien tocar con delicadeza la puerta.

— ¿Viajera?— asomó la cabeza Keching debido a que no obtuvo respuesta alguna.

La aventurera al escuchar abrir la puerta se incorporó rápidamente y la miró desde el otro lado de la pieza un poco alterada, tenía que parecer tranquila para que no pareciera sospechosa, así que trató de tomar aire antes de hablar.

—No necesitas explicarme nada, lo sé todo—la tranquilizó Keching después de cerrar la puerta detrás de ella—la verdad, quería disculparme.

Lumine la observó primero de pies a cabeza antes de avanzar un poco hacia ella.

—Sé que también es mi culpa ponerte nerviosa de esta manera. No quería hacer que sintieras presión y me arrepiento de ello, principalmente porque no es mi relación de la que estoy hablando, creo que pude haber sido muy brusca al expresarte lo que pienso de ello, fue casi instantáneo. De hecho ayer estuve a punto de pedirte disculpas... pero entonces él apareció... 

La aventurera sintió que su corazón dejó de latir un momento ante aquella acusación, ambas se miraron un instante y después el Equilibrio Terrenal comenzó a caminar hacia ella, siguió hablando:

—No llamé a la Geoarmada cuando estuviste en peligro, lo lamento, pero creo que necesitas más ayuda de la que imagine. 

—¿A qué te refieres?—frunció el ceño la caballera honoraria.

—Dime la verdad, viajera ¿tienes miedo?—dijo acercandosele mientras intentaba tomar su mano.

La aventurera reaccionó casi de inmediato y no solo se alejó de ella, sino que también la empujó. Ambas mostraron una posición de defensa y cruzaron miradas sin decir nada.

—Déjame ayudarte—quebró el silencio incómodo Keching.

—No necesito tu ayuda, ¿crees que puedes venir a decirme que hacer?—comenzó a enfurecerse Lumine.

—Por favor, no quiero pelear, solo no me parece seguro...

—¿Acaso lo conoces más que yo? ¿Por qué lo juzgas?—la aventurera parecía alterarse con cada palabra que soltaba.

—Viajera, por favor escúchame, él es un fatui.

—¿Y qué hay de malo con eso? ¿Qué hay de malo con él? Childe nunca me ha demostrado nada malo que no permitiera, no estoy diciendo que sea un héroe, pero jamás he visto nada de malo en él, así que ¿Por qué...—dijo sentándose en la cama con las manos apoyadas en las rodillas y la mirada a ellas— ¿Por qué él sigue siendo el villano de ésta historia?

Lumine no soportó las lágrimas al hacer esa pregunta y comenzó a derramar algunas sobre su regazo. Keching se acercó un poco a ella para consolarla pero la aventurera la detuvo.

—Si no vas a ayudarme—decía la aventurera aún sollozando y con voz temblorosa como si hubiera sido golpeada por una ráfaga de nieve del espinadragón—de manera que no interfieras con mi relación, te pido de favor que te marches y no vuelvas a tocar el tema

El Equilibrio Terrenal se quedó congelada mientras la miraba asombrada, estuvo a punto de confesarle algo pero Lumine seguía hablando:

—No sabes nada de él... ustedes no lo conocen como yo... así que deberían ahorrarse comentarios mal hechos como esos.

Keching dió un gran suspiro y salió de la habitación sin decir nada. Cerró la puerta detrás de ella, aun atónita por las palabras de la viajera. No había duda, sabía que él estaba llevandola por mal camino y era lo que mas le preocupaba al Equilibrio Terrenal, una mujer tan poderosa, bondadosa e inteligente quebrantada por un hombre, significaba una segunda Signora en el equipo de los fatui, nunca se lo permitiría.

Viviendo el infierno contigo | CHILUMI | Tartaglia x Lumine | FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora