Capítulo XI: Volviste hacía mí

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"No he vuelto a ver a Childe desde aquel entonces... su sonrisa cada vez se vuelve más borrosa en cuanto pasan los días, pero no importa, realmente no me hace falta..."

—¿Estás bien, viajera?—le preguntó Paimon al ver una lágrima resbalar por la mejilla de Lumine.

—Estoy bien, sólo que recordé un poco a mi hermano—mintió para no volver a sentir presión de Paimon una vez más.

Nada estaba bien desde que Childe ya no estaba a su lado, aunque bueno, de cualquier modo él nunca estuvo para ella, no de manera física. Había noches en las que Lumine se quedaba despierta preguntándose "¿por qué si toda esta historia había sido tan corta, las noches se le hacían tan largas?" y porqué tenía que ser específicamente él quien le llamara la atención.

Reconoció que ni siquiera su hermano estaría de acuerdo con esa relación. Pensaba contárselo la vez que lo vio, antes de que se auto proclamara como "príncipe del abismo".

De cierta forma era verdad que su hermano pasaba por su mente, y no de la manera más bonita o como le hubiera gustado tener un encuentro con él, pero Childe era punto y a parte; combinar ambas situaciones le dolía aún peor que sólo pensar en él.

—Oww, Paimon sabe que te puede animar, y eso es ¡un Pez Tigre a la Parrilla! ¡Vamos directo a Liyue!

Lumine dio un gran suspiro y asintió para darle gusto a su amiga, lo que no duraría mucho, ya que la Geoarmada las paró en el camino.

—¡Oigan, no pueden pasar!—dijo un soldado afirmando su autoridad plantando su lanza en el piso de manera recta—Hay un Guardián de las Ruinas dentro del perímetro, es demasiado peligroso que estén paseando por aquí.

—¡Que va! Paimon y Lumine hemos aplastado a cientos en nuestro camino—dijo Paimon mientras cruzaba los brazos y hacia un gesto presumido—uno no es rival para nosotras. Nos encargaremos de eso.

Sin más opción el guerrero las dejó pasar a la zona y con mucho cuidado, ambas aventureras se adentraron a las ruinas que había en el lugar. Inmediatamente identificaron un par de Guardianes y en menos de que dieran un paso ya estaban derrotados, la aventurera se había hecho más fuerte desde aquel entonces en el que casi vio caer a Liyue.

Pronto, la caballera notó la presencia de otra maquina y corrió rápidamente antes de que pudiera levantarse, pero lo que escondía detrás de todo ese hierro fue más que sorprendente; un niño estaba parado delante del Guardián y no parecía afectarle para nada tenerlo enfrente de él, más que eso parecía emocionado por verlo enfrente de él.

"¿Me estoy imaginando cosas o se parece a...?"

Cabello rojizo, ojos azules, algunas pecas en sus mejillas y con una ropa bastante similar a la época de invierno; estaba claro que este niño no era de la ciudad Geo.

"No, sólo me estoy imaginando cosas"

Se convenció Lumine mientras pensaba.

—¿Pero qué pas-?—Paimon no había terminado de preguntarle a la aventurera por qué se había quedado perpleja cuando ella también se había quedado paralizada al ver al niño—¿Eh? ¿Qué hace un niño aquí?

Ambas se acercaron rápidamente al pequeño y este les extendió una gran sonrisa.

—¡Mira! ¿Habías visto uno así de grande? ¡Se ve genial!—le dijo a la viajera.

Ella volteó a ver a su compañera y levanto una ceja con una cara interrogatoria.

—No puedes estar aquí, amiguito. Es muy peligroso—Paimon se apresuraba por sacar al niño del riesgo en el que estaba.

Viviendo el infierno contigo | CHILUMI | Tartaglia x Lumine | FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora