#05

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Algunas veces, habían cosas que quería creer pero, por alguna razón, no podía.

Él me quiere...

“No es cierto”

Él... ¿Me quiere?

“No lo hace”

Él...

¿Qué era yo para él..? ¿Alguna vez signifiqué algo?

Quizá sólo era una tonta que seguía tras él porque no quería apartarse... Porque no podía apartarse.

En cualquier momento, él podría aburrirse de mí... ¿Qué pasará entonces? ¿Me dejará? ¿Se alejará aún más?

“Sí, es probable”

—Ya cállate. —solté un chasquido y cubrí mis oídos con mis manos temblorosas, queriendo dejar de escuchar aquella fastidiosa y estruendosa voz. La conciencia, quizás.

Lágrimas comenzaron a formularse en mis párpados.

No quiero... Que se aleje de mí.

Pero, sin importar lo que hiciera, este tipo de pensamientos volvía a mi cabeza cada vez que me enojaba o lloraba.

¿Por qué? ¿Por qué está tan distante? ¿Por qué siento que cada vez se aleja más y más de mí...?

Era tan agobiante. El simple hecho de no saber cómo se sentía él, en qué pensaba él... Era exhaustivo.

Quería ayudarlo, en verdad lo quería... ¿Pero y él? ¿Alguna vez él pidió o si quiera quiso mi ayuda?

“Nunca la necesitó”

“Tú sólo eres una entrometida”

Tal vez... Esa ruidosa voz en mi cabeza... Tenía razón.

Mordí mi labio inferior con fuerza y no mucho tiempo después, sentí el sabor metálico de la sangre colarse en mi boca. Las lágrimas comenzaron a salir de mis orbes sin intenciones de detenerse, simplemente bajaban una tras otra, en silencio, dejando un rastro húmedo en mis mejillas.

¿Qué debía hacer? ¿Había alguna forma de que él.. Dejara de alejarse de mí?

“Ya deja de intentarlo, es inútil”

¿En verdad lo era?

“Él nunca pidió algo de ti, ¿Por qué sigues cerca?”

Es cierto... Él nunca necesitó algo de mí...

“Sólo le estás estorbando”

“Ya rindete, es imposible que puedas ayudarlo”

Quizá... Realmente era imposible..

Pero en ese momento, en el que parecía hundirme más y más en mis pensamientos, el sonido de mi teléfono se hizo presente. Golpeé suavemente mi mejilla con la palma de mi mano para regresar un poco a la realidad y negué con la cabeza, apretando mis labios con fuerza.

Estiré mi mano hacia el teléfono para ver de que se trataba el mensaje, y una vez ví la pantalla de mi móvil, su nombre fue lo primero que vieron mis ojos.

"¿_______?"

"¿Dónde estás?"

Fueron sus mensajes.
Solté un suspiro, queriendo tranquilizar mi respiración. Limpié mis lágrimas con mis manos y me dispuse a responder.

"Estoy en casa"

"¿Sucede algo? ¿Dónde estás tú?"

"Quiero hablar contigo, ¿Podrías venir?"

"Está bien, iré a verte"

"

Gracias.."

Dejé el teléfono a un lado, sintiendo mi respiración volverse más tranquila. Limpié el último rastro de lágrimas en mi rostro y me levanté de mi cama, dispuesta a ir al baño a limpiar mi rostro antes de salir de mi habitación.

Una vez estuve en el baño abrí la canilla del lavabo y observé el agua cristalina salir de la llave. Tomé un poco de agua con mis manos y la eché en mi rostro, sintiendo mi cara enfriarse un poco. Apoyé mis manos a los costado de aquel lavabo y suspiré, sintiendo las gotas de agua caer de mi rostro.

Cerré la llave del lavabo y limpié mi rostro con una pequeña toalla, cuando estuve lista volví a mi habitación y tomé mi teléfono antes de salir del cuarto en dirección a la puerta principal.

—¡Iré a casa de los Sano! —le avisé a mamá, poniéndome mis zapatos.

—¡Ve con cuidado! —ella respondió, afirmé a sus palabras y finalmente salí de la casa.

Comencé a caminar por las calles, sintiendo el frío viento rozar contra mi piel mientras me aferraba al abrigo que traía encima en ese momento.

Aún si él no pidió mi ayuda... Creo que el día en el que podamos entendernos el uno al otro... Llegará..

➱ 𝐻𝑎𝑐𝑖𝑎 𝑆𝑢 𝑂𝑠𝑐𝑢𝑟𝑖𝑑𝑎𝑑... | Ɱαɳʝιɾσ ʂαɳσ/Ɱιƙҽყ X ʅҽƈƚσɾα.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora