#08 -Final.

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Mi mirada confusa fija en su figura que permanecía melancólica. Miraba al suelo, no dejándome ver su rostro.

Me preocupaba... Desde la muerte de Emma no dejé de pensar en él, en cómo se sentiría o en si cuidaría bien de sí mismo...

Así que, tres días después, me decidí. Decidí que iría a visitarlo para saber de él, y en verdad no importaba si era el abuelo quien me hablaba de cómo estaba, si estaba comiendo bien, si salía de su habitación y esas cosas.. Sabía perfectamente que lo nuestro terminó pero eso no me importó, no en ese momento, y definitivamente no si se trataba de él...

Sin embargo, una vez abrí la puerta lo primero con lo que me encontré fue con su semblante. Estaba de pie, frente a mí, con una mirada desolada y vacía a pesar de querer mostrar con su habitual inexpresividad.

¿Por qué estaba aquí? No lo sabía... Él fue quien dijo que deberíamos terminar, cortar lazos de una vez... Así que, ¿Cuál era la razón de su presencia?

—¿Por qué estás aquí? —pregunté, y no fue mi intensión, pero aquella pregunta salió con tanta amargura que incluso yo me sorprendí.

Él guardó silencio por un tiempo, aún con la cabeza baja, sin moverse ni emitir un solo sonido. Solo permanecía ahí, y aunque no veía su rostro, de alguna manera podía estar segura de que su expresión... Era dolorosa.

—Yo... —balbuceó, su voz quebrandose un poco— Yo solo quería... —su voz no pudo más y se rompió por completo, provocando que inevitablemente mi corazón se oprimiera— Yo...

—Mikey-...

—Yo.. Lo siento tanto... —murmuró entre balbuceos, podía ver como las lágrimas caían de sus ojos sin parar a pesar de que intentara cubrir su rostro con sus manos desesperadamente— No quería... Terminar con lo nuestro así pero... Yo... —continuó entre sollozos entrecortados— Todos los que quiero se van, me dejan... Y no quería... Que tú también lo hicieras... —sus manos frotaron sus ojos con fuerza— Pero ahora.. No sé qué hacer... ¿Por qué todos me dejan..? ¿Por qué... Se van?

—Mikey-...

—Yo no... No quiero que tú también me dejes, _______... —prosiguió, en un susurro que milagrosamente logré escuchar— Pero tampoco quiero ponerte en peligro... No quiero... No podría soportar si algo te ocurriera a ti tambié-...

Antes de que dijera algo más me acerqué a él, rodeando su cuerpo con mis brazos. Estaba frío. ¿Por qué estaba frío? ¿Cuánto tiempo había estado aquí?

Lo apreté un poco más contra mi cuerpo, queriendo trasmitirle un poco de mi calor para su comodidad. Mikey apoyó su cabeza en mi hombro, aferrándose a mi cuerpo como si su vida dependiera de ello; sus sollozos se hicieron un poco más audibles y su cuerpo comenzó a temblar entre mis brazos.

—Está bien...

¿Estaba bien?

—Aunque decidas alejarme siempre estaré ahí, contigo...

¿Estaba eso bien? ¿En verdad? No lo sabía, pero no me importaba... Mikey me necesitaba en ese momento y yo iba a estar para él, para brindarme mi cariño y calidez... Porque todo lo que quiero es que sea feliz...

Él soltó un hondo suspiro, aferrándose más a mí. Su cuerpo no dejaba de temblar y su respiración era realmente forsoza, eres a casi desesperante escucharlo respirar.

—Perdí a alguien más... —farfulló— Su nombre era Izana... Shinichiro me habló de él una vez, aunque no mencionó su nombre... Aún así sabía que era él... Pero también lo perdí... —sus manos se aferraron con fuerza a mi camisa, casi como si estuviera molesto— ¡No pude hacer nada! De nuevo... Yo no... No pude hacer nada por nadie... "El invencible Mikey" es solo una etiqueta, ¿Verdad? No pude ni proteger a mi propia familia-..

—Shh. Oye. —lo silencié, acariciando su cabello ya que su cabeza seguía apoyada en mi hombro— Tú no eres "el invencible Mikey", por favor olvida esa etiqueta un momento... Eres Manjiro Sano. Un chico de tan solo quince años... Un chico que siente miedo, que es débil, que aún duerme  con su vieja manta, que ama a sus amigos y familia... Ese es el Manjiro Sano que conozco.. Mi Manjiro.

Él suelta otro sollozo, este siendo forzosamente silenciado a comparación de los anteriores. Siento su respiración menos agitada contra mi cuello, erizando un poco mi piel debido eso.

—Está bien sentirse impotente... En verdad lo está. —proseguí, hablando lenta y dulcemente mientras acariciaba su cabello en busca de consolarlo— Pero Mikey.. No tienes porqué cargar con todo ese peso solo, porque no estás solo... —me separé un poco de él, tomando sus frías mejillas para obligarlo a observarme. Sus ojos rojos, hinchados, llenos de lágrimas y su expresión de dolor, oprimieron mi corazón fuertemente— Así que comparte un poco de esa carga conmigo, Manjiro... Por favor.

Sus lágrimas se desbordaron nuevamente pero no apartó la mirada, se mantuvo ahí, mirándome a través de sus lágrimas. Habían tantas emociones mezcladas en sus ojos que no logré descifrar lo que sentía en ese momento. Pero yo estaba feliz de tenerlo nuevamente a mi lado...

—Por favor, no me dejes... No tú.. —musitó mirándome y con su voz aún ligeramente tenblorosa mientras aferraba sus brazos a mi cuerpo.

—No lo haré... —le afirmé, mirándolo a los ojos con decisión— No podría hacerlo aunque quisiera... Así que no intentes alejarme de nuevo...

No lo entendí en ese momento... Pero él era y siempre será un un caos.. Un desastre inestable que estaba dispuesta a amar con todas mis fuerzas, sin importar qué...

Y quizás... Ese era el problema...

. . .

Para él.. Quien era incapaz de sonreír en estos días difíciles...

Su reflejo se volvió hermosos ante a mis ojos, todo él era una obra de arte frente a mí. Bastante parecido a una rosa, mostrando sus espinas y su lado innacesible a todos cuando en realidad era tan frágil y vulnerable...

Lo apreté un poco más contra mi cuerpo sintiendo su, ahora, tranquila respiración. Sus ojos cerrados suavemente, provocando que sus pestañas chocaran entre sí y que las ojeras bajo sus orbes se notaran más que antes.

Esas lágrimas que había contenido y, al parecer, se negaba a dejar de salir finalmente se disolvieron en esta noche que parecía interminable ante mis ojos, quizás era porque en el fondo quería que fuera así, que el tortuoso mañana no llegara nuevamente y me dejara disfrutar de su compañía.

Estaba tarde y lo sabía, el reloj marcaba al menos las 4 y algo de la mañana pero, aún así, no podía dormir. Temía que al abrir mis ojos él ya no estuviera aquí... Junto a mí.

Su suave agarre en mi cintura se afirmó un poco seguido de un par de balbuceos innentendibles para mí. Acaricié su cabello, dejando un pequeño beso en su frente antes de recargar nuevamente mi cabeza contra la cabecera de la cama.

Está bien Manjiro... Sé que, de alguna forma, estaremos bien si estamos juntos en esta interminable noche...

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Y así es como este libro llega a su fin!

Estoy realmente satisfecha con el desarrollo y el resultado del fic, aunque bueno, aun falta el prólogo para acabar con esto. 😞

Nos leemos después.

<3

➱ 𝐻𝑎𝑐𝑖𝑎 𝑆𝑢 𝑂𝑠𝑐𝑢𝑟𝑖𝑑𝑎𝑑... | Ɱαɳʝιɾσ ʂαɳσ/Ɱιƙҽყ X ʅҽƈƚσɾα.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora