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𝐒𝐡𝐞𝐫𝐥𝐨𝐜𝐤 𝐇𝐨𝐥𝐦𝐞𝐬 𝐞 𝐖𝐚𝐭𝐬𝐨𝐧


Corría a paso ligero a mitad de los campos sintiendo el aire fresco junto con el leve roció de la mañana empapando su rostro. Estaba tan a gusto en medio de su campiña, respirando el aire puro y tranquilo mientras escuchaba el suave susurro que formaba el viento en los árboles. Siempre le gustaba encontrar cosas que le hicieran sentir diferente a todos sus días, un poco de adrenalina o quizás un silencio total que le provocara paz. Continuamente buscaba s un aire de vida lúcida antes de caer en la completa locura. Sabía que tarde o temprano tocaría fondo, pero aun podía fingir ser fuerte.

Escuchó el pitido de notificación en sus audífonos ignorándolo totalmente para seguir corriendo hacia el río. Al llegar debajo de un sauce, apoyo sus manos en sus rodillas y bajo su cabeza intentando regular su respiración; miró desde su posición el viejo columpio que colgaba de una de las fuertes ramas dentro del árbol. Sonrió para sí mismo recordando los días de su infancia cuando fingía ser un gran investigador y su abuelo su fiel ayudante; nunca le fue permitido jugar con otros niños, pero no le había hecho falta...teniendo al mejor acompañante de juegos.

Seré el gran Sherlock Holmes, abuelo y tú serás mi fiel compañero Watson—anunció un pequeño Louis de seis años, poniéndose de pie arriba de su silla con rostro serio y mirada en alto. Alexander soltó una risa suave aceptando la obsesión de su nieto desde que había empezado a leer y descubierto el viejo libro que amaba su difunta esposa en el librero. — ¿Cuál será nuestro primer caso, Watson?

—¿E se indagamo su chi ruba i cookie dai controsoffitti? (¿Qué tal si investigamos quien roba las galletas de las encimeras?)—preguntó el viejo fingiendo concentración. El pequeño Louis abrió sus pequeños ojos cielo al punto de lucir totalmente sorprendido, y limpió su boca de las pequeñas migas rápidamente.

—¡Oh! No creo que ese sea un crimen importante nonno, digo... Watson—masculló recuperando rápidamente la compostura mientras arreglaba la basta de su sudadera fingiendo inocencia. —Mejor investiguemos...—rebuscó a su alrededor intentando encontrar algo rápido— ¡de que animal son las huellas cerca de la orilla del río! ¡Sí! ¡Eso! Puede ser uno peligroso que ataque a nuestros tla-tlab-tlabajadores.

—Trabajadores, piccolo. (pequeño)

—Eso dije Watson, no me interrumpas— y avanzó a pasos apresurados hacia el río mientras su abuelo reía.

Luego de varios minutos de "investigación" y preguntas a "los testigos" que claramente eran insectos y uno que otro árbol. Su abuelo se recostó al viejo sauce y suspiro.

—¿No sería bueno tomar un descanso unos minutos, señor Sherlock?

—Sherlock Holmes nunca descansa nonno—cantó con su pequeña voz chillonadescansa tú, mientras yo investigo.

Su abuelo miro el columpio y suspiro de forma dramática, llamando la atención del regordete niño.

—Bueno, si así lo quieres...Yo me sentaré en este cómodo columpio y descansaré bajo esta fresca sombra—se sentó en la silla dando una exhalación exagerada, mientras se recostaba contra el respaldar de madera—¿Hai già detto quanto sia comodo? (¿Ya mencioné lo cómoda que es?).

El pequeño Louis tenía la boca abierta mientras pasaba el dorso de su mano por su frente para quitar el sudor. Pensó para sí mismo que no sería una mala idea descansar.

—Bueno...hasta los mejores investigadores deben descansar ¿un certo nonno? (¿Cierto, abuelo?).

hasta los mejores investigadores deben descansar ¿un certo nonno? (¿Cierto, abuelo?)

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𝐑𝐞𝐯𝐞𝐥𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐨𝐟 𝐝𝐚𝐲.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora