Novio de alquiler (Viktuuri)

Capitulo 12

Viktor salió de la clase bostezando, sintiéndose más cansado de lo normal, cuando alguien lo tomó del brazo para detenerlo. Se giró, encontrándose con un chico de piel morena, y miró a Pichit frente a él, que lo miraba con él ceño ligeramente fruncido.

—¿Qué pasa? —preguntó confundido.

—Necesito que me ayudes —dijo Pichit soltándolo.

Viktor se quedó un momento en silencio.

–No tengo condones, Pichit.

El rostro del chico enrojeció.

—¡No es eso! —lloriqueó como un niño pequeño— ¡Por favor, Viktor, si me ayudas yo te ayudaré!

—¿Y en qué necesito tu ayuda?, mocoso calenturiento —replicó Viktor.

—¡Con Yuuri! —chilló Pichit tomándolo del brazo—. ¿Crees que no lo notó? ¡Están peleados!

Viktor soltó un bufido, incrédulo, haciendo una expresión irritante.

Sin embargo, no negó lo que estaba pasando. No era como si hubiera peleado con Yuuri, simplemente era que bueno, Yuuri parecía escapársele de las manos por momentos. Como si en un instante todo estuviera bien, como si no hubiera problema alguno, para luego mirar hacia otro lado y hacer como si no fuera nada.

Y eso dolía, aunque nunca lo admitiera.

—¿Cómo quieres que te ayude? —preguntó Viktor entre dientes.

—¡Quiero sacarle celos a Chris! —los ojos de Pichit se aguaron—. ¡Desde que conoció al tonto hiperactivo, no me presta atención! Y Chris te odia, así que...

—¿Quieres que engañe a Yuuri? —Viktor lo observó.

—¡No! ¡Jamás le haría eso a Yuuri! —la expresión de Pichit cambió a una ofendida—. Sólo quiero que coqueteemos, nada más —Luego, puso una sonrisa pequeña—. ¿Nunca has visto a Yuuri celoso, Viktor?

Hubo un pequeño momento de silencio.

—Cuéntame más, mocoso.

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A la hora de almuerzo en tanto qué Otabek y Yura se daban un revolcón en el baño, Viktor y Georgi almorzaban juntos cuando Pichit llegó sonriendo.

Se sentó al lado de Viktor, ignorando a Georgi, para mirar al de cabellos plateados.

—¿Te había dicho que me encanta tu cabello plateado?, Viktor —Dijo Pichit sin borrar un poco su sonrisa, pasando sus dedos por el cabello del aludido.

Georgi los miró, enarcando una ceja.

—Gracias, Pichit —Viktor observó su almuerzo—pero me gusta más tu cabello, combina muy bien con el color de tu piel —lentamente, Viktor cruzó su mano por su nuca—. Te ves realmente precioso.

Las mejillas de Pichit se ruborizaron.

—¡Pichit! —la voz de Georgi los interrumpió.

Chris se apareció con el ceño fruncido, viendo primero a Pichit y luego a Viktor que apenas lo saludaron, todavía mirándose.

—Pichit, siéntate conmigo —dijo Chris fulminando con la mirada a Viktor.

Pichit lo miró con desagrado.

—Estoy bien aquí —Pichit se puso de pie para dejarse caer sobre las rodillas de Viktor, sorprendiendo a todos—. Viktor realmente me presta atención.

—¿Cómo no te prestaría atención? —Viktor enarcó una ceja—¡Eres tan encantador, de ver!

—¿Estoy interrumpiendo?

Todos giraron lentamente para ver a Yuuri de pie ante ellos, mirando la escena sin expresión alguna en su rostro.

Luego, sus ojos se posaron en Pichit, y de forma escalofriante, sonrió dulcemente.

Sin embargo, su sonrisa asustó a todo el mundo. No había calidez en ella, ni ternura sólo algo parecido a odio.

—Disculpa, Pichit, pero ¿Puedo saber por qué estás sentado sobre mi novio?

Viktor sintió que había firmado su muerte.