AYUDA

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Estaba seguro que había susurrando algo en mi oído, ahora solo lo negaba, ¿quién iba a creerme?, si él era el chico perfecto.

Era fin de semana.

Me reuní con mis amigos para ver películas e ir al karaoke, quería distraerme de mis pensamientos.

Ya eran pasadas las 10 de la noche, recibiera un gran castigo de mi padre por la demora, pero al menos había podido distraerme un poco.

Camine tomando un atajo para cortar la distancia hacia mi casa, pero en un callejón oscuro, un ruido me puso en alerta, pensé que sería asaltado, pero solo pude ver a un hombre correr mientras abrochaba su pantalón, cuando avance mire a un lado y en el suelo estaba él, de todas las personas del mundo, estaba él, con la ropa desgarrada, sangre en la boca, hematomas en su cuerpo y con semen en si rostro, todo aquella escena era shoqueante.

—¡Demonios!, ¿estás bien? —me acerqué para ayudarle pero mi mano fue golpeada.

—¡No me toques!.

Apenas podía pararse, su cuerpo era demasiado delgado, sabía bien que era delgado, pero no a ese grado.

—Dejame ayudarte.

—¡No!

—¿Por que demonios no me dejas ayudarte?

—¿Por que quieres hacerlo?, ¿te gustó lo que viste la otra vez?, ¿ahora quiere más?

—Es por eso, ¿Vendes tu cuerpo?

—¡Bingo! No eres tan bruto como pensaba

—...

—Ahora me voy.

Camino aún lado mío pero se desvaneció, lo tomé en mis brazos y lo lleve a mi casa, por suerte mi padre no estaba, estaba inconsciente, se veía muy débil y delgado, le quité la ropa para ver todas las marcas, era hermoso, más que cualquier chica, me controle a mi mismo y limpie su cuerpo con un trapo húmedo de agua tibia, cambie su ropa, y lo cubre con la cobija, lo mire y me dormí en el suelo aquella noche.

𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐎𝐋𝐎𝐑𝐎𝐒𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora