𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐎𝐋𝐎𝐑𝐎𝐒𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎𝐍

TE NECESITO

La relación que alguna vez tuvimos juntos en el último año de preparatoria había marcado un antes y después de mi vida, quise a toda costa olvidarlo, pero nunca fue suficiente, ahora estaba frente a mi.

—Eramos jóvenes, eventualmente debería haberte superado.

—¿La amas?

—Wendy es una buena mujer.

—Te pregunté, ¿Si la amabas?

—La quiero.

—Diez años no es suficiente para olvidar.

Tu ya no eres el mismo, ahora eres un doctor, tienes una buena vida.

—Él que me dejó fuiste tú.

—Lo hice por que solo nos hacíamos daño.

—Te amaba.

—Lo sé.

—Solo ahora necesito tu ayuda.

—¿Qué necesitas de mí?

—Tu esperma.

—¡Qué!

—La ciencia ha avanzando a pasos gigantescos, ahora los hombres pueden procrear hijos, yo solo quiero tener un hijo

—Llevas todo a una obsesión.

—¿No es acaso el amor una obsesión?

—Yo no puedo ayudarte.

—Mírame.

Lo mire, sus ojos de súplica, aquellos ojos que suplican por no ser abandonados, aquellos que podrían morir si los apartas.

—Felix...

—Hyunjin...

                                 ...

No podía conciliar el sueño, pero al escuchar el ruido mi cama, cerré los ojos, sentí como una delgada mano quitaba la cobija de encima de mi cuerpo, luego podía sentir su cuerpo sobre mi.

—Se que estas despierto, me has ayudado, supongo que quieres tu recompensa.

Tomo mi parte con su mano, tuve que frenar todas mis emociones y lo tomo de la cintura para subirlo a la cama.

—Te equivocas, yo no quiero eso de ti, ahora duerme.

Lo mire y el a mi, sus ojos se llenaron de lagrimas que fueron derramadas frente a mi, mi corazón se encogió dentro de mi pecho.