CAPÍTULO 39

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Un mes para algunos puede pasar rápidamente, pueden pasar tantas cosas, pero para él fue mucho más que lento, para él que se quedó estancado en el tiempo, en la última sonrisa, en esa última mirada, en el último te amo sin saber que lo sería.

Caminaba por inercia, bajaba la rampa con maleta en mano mientras recorría con su mirada el puerto Le Havre, aún recordaba la última vez que vio el lugar y se preguntó ¿Cómo serían las cosas en Francia sin él? Le costaba tanto imaginárselo, ahora suponía que se creía demasiado importante, en ese tiempo creía que su casa ya no sería la misma si no estaba, pensaba que durante su ausencia la vida iba a detenerse, que se haría un alto para asimilar su partida pero el mundo no se paraba, seguía su marcha sin importarle si estaba o no, el único que se quedaba suspendido era él, ahora quería imaginarse ¿Cómo sería Chicago sin él? Anhelaba que por una vez el mundo pudiese detenerse, que se quedara igual que su alma... Que al menos esperara por tres meses, era justo el tiempo que lo necesitaba detenido.

Caminaba entre la multitud en busca de un taxi. Solo una cosa le había gustado, aunque al mismo tiempo lo hacía sentirse cada vez más triste, era escuchar a todos a su alrededor hablar francés, hablar su idioma, lo que le gritaba que estaba en Francia, quería negarse esa posibilidad, pero la realidad lo golpeaba cada vez con más fuerza.

Con un ademán mandó a detener el vehículo que lo llevaría hasta la estación de trenes, pero antes de subir vio algo que fue mucho más fuerte que su decisión de no perder tiempo, era su paladar que se moría de ganas por probar al menos un beignet, por lo que se acercó a la vitrina y pidió tres, entre ellos uno de piña, el que no pudo evitar devorar antes de subir al taxi, los demás bocadillos le siguieron sin mucho esperar.

Apenas salían del puerto, pero se moría por pedirle al chofer que regresaran para comprar si era preciso una docena, cada vez entendía menos esas ansias que lo acosaban, muchas veces se salían de sus manos y por muy mal que se encontrara, los antojos eran más fuertes y terminaba comiendo en cantidades insólitas, aunque después terminara devolviéndolo en el primer lugar apropiado.

Durante el trayecto recorría con su mirada las calles, percatándose de que era poco lo que habían cambiado, durante los casi dos años que estuvo fuera del país. Después de cuatro horas estaba en un tren rumbo París, era menos lo que faltaba para por fin llegar a su casa y buscar la solución, esperaba encontrarla en dos semanas, escribirle a Elisa e idear el plan para ir por ella, terminó por quedarse dormido pensando en la mejor solución, realmente no le extrañó que el operador del tren le anunciara que habían llegado; él ni por enterado porque últimamente cuando dormía, lo hacía profundamente.

El automóvil se detuvo en la entrada de su casa, la que Jules admiró por la ventanilla, dejó libre un suspiro y se dispuso a bajar, llevando solo con él un maletín porque todo lo demás lo había dejado en su departamento en Chicago, no quería cargar con tanta ropa, solo la necesaria.

Su casa estaba igual, no había cambiado nada, los cuatro pilares imponentes en su entrada, esa arquitectura barroca que la caracterizaba, buscó el dinero para pagarle al chofer y se armó de valor por lo que dejó libre un nuevo suspiro y bajó del vehículo.

Emprendió el camino hasta la puerta principal y sentía sus pies sumamente pesados, pero al mismo tiempo se sentía feliz porque vería a su familia después de tanto tiempo, llamó a la puerta un par de veces y el ama de llaves casi lloró de felicidad al verlo, sin poder creérselo porque él no había informado de su regreso.

—¡Joven Jules! —Fue lo único que dijo con la emoción a flor de piel, al tiempo que Jules dejaba caer el bolso a sus pies y le daba un abrazo a la mujer que prácticamente lo crió, depositándole un beso en la mejilla y no pudo evitar reír ante la felicidad de verla—. ¡Qué felicidad tenerlo en casa! No esperábamos su regreso —esbozó estrechándolo cariñosamente.

POR ELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora