Se termino el estudiar... Llegó el verano

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Sonó la alarma del móvil 8:00 h de la mañana, Ona se dio media vuelta y dejo que sonara durante unos minutos.

-¡Ona despierta es la hora! Tienes que ir a finalizar la inscripción al instituto. -dijo la madre de Ona para despertar a su hija. Ona se dio media vuelta en la cama, solo pensar en septiembre, nuevo instituto, nuevos compañeros la podía nerviosa. Era una chica muy extrovertida, pero le costaba los cambios y aquello iba a ser una tortura para ella, ninguna de sus amigas iba a ir a su mismo instituto, cada una iba a uno diferente. Sus padres decidieron que estudiara Bachillerato en un colegio privado, cosa que a ella le molesta, ya que su hermano iba a un público.

-¡Ya voy, estoy despierta! -respondió Ona con un tono burlón.

Nadie me entiende... ir a eses instituto va a ser mi pesadilla, rodeada de niños pijos... ¡puff! A ver que me encuentro hoy cuando vaya allí...

Ona se vistió de mala gana, recién duchada con el pelo mojado, se fue hacia el instituto, siempre iba vestida de forma muy casual, tejanos camiseta de tirantes y deportivas, era finales de junio así que fue en pantalón corto, hacía una calor horrible en Barcelona.

Nada más entrar vio una enorme cola de gente de su edad, con papeles en mano, era obvio, todos están allí para lo mismo, formalizar la inscripción. El último día, Ona intentó hasta en el último momento convencer a sus padres de asistir a un público, pero aquello no era negociable.

-¿Estás en la cola? -pregunto un chico, Ona se giró le pareció absurda la pregunta... Lo miro era un chico guapísimo.

-Si obviamente. -contesto Ona, dándose media vuelta de nuevo mirando al frente.

ONA

Bueno, al menos hay chicos guapos en el instituto nuevo, vaya tela tener que estar pensando en esto, que asignaturas escojo biología mejor.... ¡Historia o filosofía!, ¡que agobio!😒

Una larga hora de cola y de espera, cuando le llegó su turno la recepcionista le iba preguntando a las asignaturas optativas que iba a elegir, a su lado el chico de la cola iba contestando a las mismas preguntas con otra recepcionista, Ona de reojo lo miro, era guapo tendría su edad y escucho su nombre Oriol.

-¿Qué no hay plaza en biología? -pregunto Ona asombrada. -¡Pues empezamos bien!

-No, ¿Qué tal idiomas? Francés, alemán -Ona puso cara de asombro, ella era de ciencias cómo  iba a hacer idiomas.

-¡Estas cómo yo! -dijo Oriol mirándola a la cara. Ona ni reacciono, soltó un bufido, bastante grotesco.

-Uy disculpar, si hay plazas se acaba de actualizar el programa, quedan dos. -dijo una de las recepcionistas.

-Genial, pues Biología, ¡menos mal! -dijo Ona aliviada. Formalizo toda la matriculación y de camino a casa iba pensando es que estaba de vacaciones. Por fin, estaba deseando irse al pueblo a pasar los meses estivales, fin de controles de a donde vas y de donde vienes.

Esta misma semana su padre los llevaría en coche 1100 kilómetros que se le hacían eternos, el verano para ella empezaba con esa acción hacer ese viaje, aquellos dos meses siempre se le hacían cortos, iban de pueblo en pueblo paseándose por todas las fiestas populares. Las acciones eran siempre las mismas, botellón y a la discoteca de turno. Su padre los llevaba y se volvía a Barcelona, debía trabajar todo el mes de julio, siempre hacia las vacaciones en agosto.

En el pueblo todo el mundo sabía quién era quién, a pesar de que se triplicaba la población en los meses de verano, su "pandilla" eran mayores que ella y nunca la cambio, esto fue cosa del destino, al ser la pequeña su primo se la llevaba con él y Ona se juntaba con gente tres o cuatro años mayor de media que ella, nunca le importó. Todas las pandillas, que no eran pocas, estaban formadas por residentes del pueblo y los forasteros que iban en verano, cada pandilla podía estar formada por una media de entre 30 hasta 70 personas o más. Pero como es habitual en los pueblos, entre primos hermanos, segundos y terceros, todos se conocían.

EL CHICO DEL POLO ROJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora