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Mikhaila se despertó temprano al día siguiente. 

Se aseó, tomó el desayuno y decidió ir al Ice Castle a practicar. Lástima para ella, según el cartel de fuera la pista estaba reservada el día entero para que ambos Yuris entrenasen.

─Volveré mañana, supongo. ─a pesar de que si entrase le dejarían entrenar, sabía que su hermano iba a mostrarles sus programas hoy y no quería estorbar.

Regresó a Yu-topia y saludó a los Katsuki.

─Que pronto vuelves, niña. ─comentó el hombre.

─Viktor reservó la pista para entrenar con Plisetsky y Katsuki el día entero. ─se encogió de hombros y sonrió un poco─ No pasa nada, otra vez será.

─Mi niña, ¿no quieres algo de comer? ─le habló la señora Katsuki─ Desayunaste poca cosa hoy.

─No, gracias. ─declinó amablemente─ Quizás luego.

Subió a su habitación con una pequeña sonrisa. Los señores Katsuki son un amor. 

Aprovecharía ahora, que la gente estaba despierta y no molestaría a nadie, para entrenar.

Mikhaila pasó la mañana entera en su cuarto practicando ejercicios de ballet. No se había dado cuenta del momento en que había llegado la hora de comer hasta que escuchó unos golpes en la puerta.

─¡Dice el Katsudon que te avise de que bajes a comer! ─se oyó al rubio hablar molesto al otro lado de la puerta.

─¡Ya! ─apagó la música de sus auriculares para luego abrir la puerta y encontrarse al joven de ojos verdosos. Le dedicó una sonrisa leve por cortesía.─ Bajo ahora.

El rubio no dijo nada y se fue.

Tras la hora de comer, los jóvenes regresaron a la pista. Mikhaila se enteró de que los jóvenes deberían utilizar dos arreglos de Ai ni Tsuite, Eros y Ai ni tsuite, Agape. Suspiró. Le gustaría poder estar entrenando también. Tenía ganas de volver a Rusia. Hasetsu le gustaba, pero a su parecer estaba perdiendo mucho tiempo valioso de entrenar.

Fue la hora de cenar, y luego la hora de dormir. La habitación de Mikhaila era contigua a la de Plisetsky, así que se despidió de él en la puerta.

El día siguiente la de cabello gris se había centrado en entrenar. Aparentemente a medio día los tres hombres se fueron, así que ella aprovechó para ocupar la pista. Se movía al son de la melodía. 

Triple axel, perfecto. No era algo usual para una mujer.

Toe-loop, clavado.

Flip cuádruple...

"Demonios, terminó siendo un triple" 

Dispersó sus pensamientos y continuó entrenando. Finalizada la canción recobró un poco el aliento y luego siguió practicando saltos. Se sentía resentida por haber fallado el salto típico de su hermano, así que lo practicó sobremanera.

No era muy común ver saltos cuádruples en la división femenina, pero Mikhaila llevaba practicando mucho tiempo. Parecía casi imposible que una chiquilla de metro sesenta como ella fuera capaz de hacer tales giros, pero los hacía.

Al terminar la coreografía por última vez, vió la hora. Era media tarde. Una voz dentro de ella le dijo que se quedara entrenando aún más tiempo, hasta después de la hora de cenar incluso, pero su sentido de la responsabilidad la ayudó a salir de la pista. No estaba satisfecha, pero se alegraba porque había terminado oficialmente la coreografía de su programa corto. Quedaba únicamente darle unos retoques y, cómo no, practicar, pero ya había quitado algo de su lista de pendientes.

Winter Maiden | Yuri PlisetskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora