Don Diego (Mirabilis jalapa)

865 91 36
                                    

Para este punto he perdido la cuenta de cuántas veces aquellas flores han salido desde mi interior, eran de distintos colores y formas. Eran tan hermosas como dolorosas...

Siento como van creciendo lento y constante, aferrándose con sus espinas a mi pecho provocándome dolor todos los días y a toda hora.
Se ha vuelto soportable o ya me he acostumbrado ha fingir que no esta ahí, parece que soy bueno en eso ya que los demás no parecen notarlo o me prestan menos atención de la que creo.

Las flores que crecen en mi interior se desarrollan como si de unas normales se tratasen. Florecen cada mes o cada dos meses y medio, en ese momento es cuando salen por mi garganta o a veces algunos pétalos, mediante una tos seca que me desagarra un poco la garganta.

Sin embargo, aprendí que cuando mis sentimientos son intensos aquellas flores se alimentan de forma rápida y abrumadora de mí para florecer dejándome completamente agotado...

Eso lo aprendí cuando iba cumplir 15...

Mis padres habían preparado todo para ese día, desde la comida hasta algunas decoraciones en la casa. Me permitieron traer a varios amigos luego de la escuela por lo que las clases se me hacían eternas.

La hora de recreo llego y yo aproveche para ir con mis amigos y recordarles que iríamos a mi casa directamente cuando tocara el timbre de salida. Estuve con ellos divirtiéndome y hablando lo genial que lo pasaríamos en mi casa.

Casi acabando el recreo me aleje de mis amigos para ir con Dee, debía recordarle que tenía que venir conmigo a casa con mis amigos como lo habían dicho nuestros padres.

Gran error de mi parte no haber esperado a la hora de salida...

Llegue a la banca en la que siempre espera a sus clientes, esta vez no estaba con uno de ellos sino con Lif... en este último tiempo se habían vuelto muy cercanos.

Si Dee no estaba chateando con ella, estaba caminando junto a ella a casa o estaba planeando cosas para salir juntos. Lif era genial, en ocasiones me invitaba para ir con ellos pero veía claramente en la cara de mi hermano que decir si realmente no era una opción.

Algunas veces lo ignoraba y los acompañaba, estar ahí era menos doloroso a pasar imaginando como divierten y disfrutan como si fueran una pareja.

La verdad solo pensarlo me hace sentir espinas clavarse en mi pecho, literalmente, ya que en un par de días florecerá mi tormento. O eso pensé, hasta que los vi besándose...

Todo fue en cámara lenta para mí... los ví acercarse, ví como ella sonreía con las mejillas color ligeramente rosa, ví como aunque no quisiera él estaba nervioso... ví como disfrutaban compartir esa pequeña muestra de afecto.

Yo estaba estático no podía moverme, solo podía verlos.

Quería correr pero mis piernas no respondían. Quería gritar pero mi garganta estaba apretada que era una suerte que pudiera respirar. Incluso quería llorar pero el shock era tan grande para mí que ni siquiera eso podía hacer.

Luego de un rato, no se realmente cuanto tiempo, el timbre sonó y poco antes de que Dee notara mi presencia mis piernas reaccionaron y sin pensarlo mucho más me eche a correr.

Corrí tanto como mis piernas me lo permitieron. No me importaban las clases, ni mis amigos ni mi cumpleaños yo solo quería escapar de todo.

Pero Dios, el universo o cualquier fuerza superior que exista parecía divertirse con mis desgracias, y choque con alguien cuando estaba cerca de la salida del colegio.

-¡Oye fíjate idiota!- me grito molesta desde el suelo una chica de... ¿pelo rosa?-

-Y...yo lo sien...- me cubrí la boca-

Las nauseas me atacaron, la presión de mi pecho aumento sentía un reflujo subir por mi esófago y mi garganta seca que me picaba.

-¿Te sientes bien?- escucho decir a la chica mientras se levanta del suelo, casi me había olvidado de ella-

-Yo...- siento mi cuerpo pesado y caigo de rodillas para toser, ¡demonios! no quería que nadie me vea así-

-No estas bien- ella se acerca y golpea suavemente mi espalda- déjame que llame a alguien-

Quiero detenerla pero la tos se hace mas fuerte, me duele... me duele mucho. Mientras mi cuerpo busca botar aquellas flores que están dentro de mi, no puede evitar pensar en el beso... yo realmente jamás pensé que decir algo sobre esto... en decir lo que siento por Dee pero... el hecho de estén juntos hizo caer la aplastante realidad sobre mi y cualquier remota esperanza que tuviera estaba perdida.

Mi mente pensando esto a mil por hora dejo que notara que al fin pude parar de expulsar esas flores.

-¡Oh dios mío!- grito asustada aquella chica mirando el suelo-

Cuando mis ojos se posaron en el suelo donde ella miraba, lo vi.

Esta vez eran hermosas flores blancas no muy grandes, quizá 6 o 9, estaban cubiertas de liquido rojo y otro semi transparente, ambos pegajosos, al tomar una pude ver que se trataba de sangre mezclada con bilis.

-No... no le digas a nadie- trate de pedirle aunque mi voz apenas y salió- por favor-

Después de eso perdí todas mis energías y me deje caer al suelo. Estaba muy cansado, tanto que ya no sentía dolor... solo mi cuerpo extremadamente pesado, incluso mis parpados pesaban. No tenia fuerzas para nada por lo que no me costo dejarme llevar por la oscuridad que abraza cada parte de mí.

Cuando desperté estaba en la enfermería, mis padres los pude oír hablando con la enfermera. Debo admitir que el pánico se apodero de mi, ¿Qué le dirían a mis padres? ¿Ellos ya sabrían de "esto"? ¿Sabían de mis sentimientos también? ¿Qué debía hacer?

Así nuevamente mi cerebro estaba a mil por hora hasta que una mano suave con uñas pintadas agarro la mía y la apretó.

-Tranquilo, no dije nada-

Al girarme vi a la chica de cabello rosa, su respuesta de cierta forma me tranquilizo y le mire agradecido.

-Pero tenemos que hablar de esto- menciono seria-

Yo realmente no estaba en condiciones de negarme así que solo asentí.

Poco después entraron mis padres diciendo que debía de deja de darle mi comida a los gatos que era para mi y que el no comer a las horas me provocaba esto.

Solo me mostré avergonzado y les di la razón. Actuar se había vuelto tan fácil para mi que incluso papá no noto mi mentira. Pero sentí la mirada de la ojigris sobre mi.

Ya para ir a casa intercambie números con Diana, me entere cuando la agregue de contacto su nombre.

¿Esta demás decir que fue el peor cumpleaños de mí vida no?






🏵Inside me🏵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora