Capitulo XII: Detrás de tu sonrisa (II)

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El sábado temprano, Kaori terminaba de enfundarse de valor para lo que venía. De todos, Reiji era el más agradable, o al menos eso quería creer. Su cabello era cepillado lentamente en su meditación sobre las posibilidades a evaluar.

Cada miembro de la banda había dejado en ella una huella permanente y un sentimiento agridulce. ¿Los odiaba? No...pero tampoco les tenía mucho cariño, y sentía que era recíproco. Cuatro bloques de hielo cerrados con llave y un enigma que se presentaba ante ella con esa sonrisa encantadora y los ojos fieros.

-¿Interrumpo algo?

El sobresalto le hizo tirar el cepillo. Su enfermero le esperaba en la entrada con la misma sonrisa de todos los días. Amable, compasiva y dulce. Le correspondió el gesto con una sonrisa de medio lado.

-¿De nuevo de salida? - pregunto mientras ingresaba y señalaba la cama, tenía una jeringa en la mano y unos tubos de ensayo. La sonrisa de Kaori se borró y termino en un suspiro. Más exámenes

A regañadientes se sentó en la cama y dejó que el rubio trabajará tranquilamente al clavarle las agujas en el brazo.

-Si, ahora que terminamos el álbum,quiero tomarme un día libre. Le respondió, encogiéndose de hombros.

Las cejas se alzaron y la sonrisa desapareció, tornandose en un claro gesto de preocupación.

-No has descansado mucho este último mes, trata de que este día libre no tengas que esforzarte más todavía. Tu salud es lo primordial.

Kaori le sonrió antes de hacer un leve gesto de dolor por el piquete.

-Si, Señor. Tranquilo, no he tenido un ataque en mucho tiempo, hasta pareciera que me estoy curando. Además, no tengo tiempo, terminando este día hay que pensar en lo que viene, comercializar el álbum, comenzar a planificar los conciertos, elegir el ves...

-Kaori.

El tono tajante le hizo callar. Sus miradas se cruzaron nuevamente. Seguía preocupado, pero la severidad dejaba claro que había algo más, algo que solo ellos sabían. La aguja se deslizó lentamente fuera del brazo. Kaori por inercia flexiono el mismo para hacer presión.

-Lo sé, solo me quedaré al margen...

Termino murmurando la azabache, quien en un arrebato de malcriadez tomo su mochila, su bufanda y salió corriendo fuera del cuarto, lejos de los recuerdos que compartían y que ambos sabían, eran más oscuros de lo que pensaría cualquiera.

. . .

Reiji esperaba fuera del hospital con su motocicleta, su vestimenta dejaba más que claro que era un idol de primera, siendo un contraste enorme con la chica que se acercaba vestida cual civil. Eso le importó muy poco al castaño, quien la saludo efusivamente con la mano mientras ella se acercaba, avergonzandose por las miradas dirigidas a ambos y los murmullos de "que lindo es, ¿será su novio?"

Trágame, tierra. Pensaba Kaori cuando llegó a frente al castaño, quien solo le pasó el casco.

-¡Vamos a divertirnos! - exclamó Reiji.

Un silencio incomodo, al final un suspiro y la aceptación de casco. Ambos se subieron a la moto, la compositora escucho el rugir del motor seguido de un "Agárrate fuerte" y el empujón que causó que, obedientemente, se aferrara a la chaqueta del castaño con todas sus fuerzas. Sus ojos se mantuvieron cerrados, a espera de que acabará la adrenalina que le subía por el cuerpo.

De un momento a otro la moto bajo un poco la velocidad, Kaori se arriesgo a abrir un ojo y poder disfrutar del hermoso pasaje de árboles por el cual estaban transitando. Su sonrisa fue apenas perceptible, pero ese paisaje, a esa velocidad, nunca se borraría de su mente, lo atesoraria como un preciado recuerdo.

La Música De Quartet NigthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora