Lily estaba sentada conmigo en la clase de literatura, en frente estaban Marlene y Dorcas, y en el primer puesto, al lado de la mesa de la maestra se encontraba Remus.
Había pasado un año desde que él llegó y las cosas se complicaron bastante en mi vida. Resultó que Remus era un estudiante ejemplar y se llevaba de las mil maravillas con Chris, haciendo deberes y realizando proyectos. Con Maddy, las cosas eran casi iguales, lo del empujón cuando se conocieron quedó en el olvido y Remus se comportaba como el hermano mayor de mi hermana. Pero conmigo no siquiera se atrevía a mirarme directamente a los ojos, la ultima vez que lo hizo fue cuando se disculpó con Maddy, desde ese día en adelante me evitaba, me dirigía la palabra solo cuando era necesario y trataba en lo posible de no estar en la misma habitación que yo.
¿A caso olía mal?,¿Era fea? O ¿No le agradaba?
Era como vivir con un fantasma, sabía que estaba ahí, pero no lo podía ver. Era un niño despreciable. Nada comparado con su madre, la mejor niñera que haya tenido, salvo por el pequeño detalle de que aún no me dejaba comer galletas después de las ocho.
Sin embargo, desde la misteriosa aparición de esa galletas frente a mi puerta, cada vez que hacía una pataleta, a la media noche unas galletas sobre una servilleta tocaban mi puerta. Comencé a creer seriamente que el hada de las galletas con chispas de chocolate existía.
La maestra leía un aburrido poema. Puse cara de concentrada, pero en realidad estaba pensando en cómo convencer a mi mamá para que me dejara ir a casa de Lili esta tarde con Sparks. Seguramente me diría "lleva a Remus". Antes me molestaba que me dejara ir a todos lados con Maddy, pero misteriosamente se le metió en la cabeza que el niño castaño podía ser mi amigo. Error, él jamás lo sería.
No me gustaba la idea de que él fuera a la misma escuela que yo, por alguna razón que estaba fuera de mis conocimientos mis padres le pagaban la educación a Remus y a Ava. Para navidad les daban regalos, los dejaban comer en la misma mesa que nosotros y eran libres de reglas y listas de alergias y cosas que se debían hacer.
- _______, podrías decirle a la clase de qué se trataba el poema – salté en mi asiento y me aparté un mechón de cabello que caía sobre mi frente. Cuarenta pares de ojos se giraron a mirarme, recordé que la abuela siempre me decía que si no sabía algo sonriera me echara el cabello hacia atrás con delicadeza.
Lo hice como me había enseñado, pero no pareció surgir efecto. La sonrisa era más parecida a una mueca sarcástica y cuando me iba a echar el cabello hacia atrás, se me enredaron los dedos entre estos.
Escuché algunas risas y la más fuerte era de Sandy Dale, que estaba sentada junto a Remus. Ella le susurró algo en el oído y se rio más fuerte, pero a Remus no pareció hacerle gracia.
- Te estamos esperando, ______ - me dijo la maestra, caminando hasta mi puesto con la mirada que ponían las personas cuando hablaban con un enfermo mental. Eso me molestó.
Miré hacia el lado y Lily se encogió de hombros, ella tampoco había prestado atención. Dorcas y Marlene tampoco sabían, negaban con la cabeza para que nos les preguntara nada.
Sentí ganas de llorar, la maestra me estaba avergonzando.
- ¡_______ descerebrada! – gritó Sandy Dale desde el primer puesto. Toda la clase estalló a carcajadas, excepto mis amigas y Remus, que seguía tan serio como en un funeral.
En una mirada fugaz que le lancé, vi cómo él gesticulaba algo con los labios. Me estaba mirando directamente y decía algo.
"Amor", eso le entendí.
- Amor – dije en voz alta en el preciso momento en el que se hizo un silencio en la sala.
- ¿Cómo dices? – me preguntó la maestra.
- Dije que el poema es de amor – le repetí.
Ella se dio media vuelta a mirar al resto de la clase y caminó hasta el frente de la pizarra.
- Remus, ¿Por qué el poema es de amor? – le preguntó la maestra.
- Por que se compara a la amada con el verano, señalando que ella es mejor que eso – la clase seguía en silencio y vi como mis compañeros asentían. A Remus siempre le daban la razón, podía tratarse de zombis el poema, pero si él decía que era de amor y unas cuantas cosas más, todos le creían.
Pero resultó que estaba en lo correcto, por que la maestra sonrió y escribió en la pizarra el titulo del poema.
- Muy buena interpretación Remus. Es un poema complicado, ya que es de uno de los más grandes escritores de la historia.
Leí lo que estaba en la pizarra y decía: "A un día de verano compararte".
- Dorcas, dinos, ¿Quién es el autor de este poema? – al igual que conmigo todos miraron a Dorcas. Ella se puso nerviosa, comenzó a jugar con el lápiz que tenía en las manos y se mordió el labio. No tenía la menor idea.
Volví a mirar a Remus, con la esperanza de que le diera la respuesta a Dorcas. Mas no lo hizo, se quedó mirando a mi amiga al igual que Sandy, con una sonrisa burlona.
Lo estaba haciendo otra vez, se creía el mejor que el resto solo por ser más listo. Me pregunté qué pensaría Sandy si descubriera que Remus era el hijo de mi niñera y no el de un gran empresario que vivía en Londres, como todos creían.
Pudo haberme ayudado hace un momento, pero eso no afectaba en nada a la idea que me formaba sobre él si después se burlaba de mi amiga.
- No lo sé maestra – respondió Dorcas. Suspiré decepcionada y fulminé con la mirada a Remus.
- ¿Alguien lo sabe? – preguntó de forma general la maestra.
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CÁSATE CONMIGO II REMUS LUPIN
FanficMi abuela sentía una debilidad por Remus, siempre le consentía y le reglaba dulces a escondidas de mi madre, ella creía que a él le faltaba cariño, pero la verdad es que no. Incluso mis padres querían más a Remus que a mí. Era un niño demasiado cons...