*15 años*
Remus estaba sentado en el sofá con un cuaderno y dos libros a su lado. En el otro sillón se encontraba Peter, recitando los deberes que tenían para esa tarde. La mesa de centro estaba cubierta de comida chatarra que seguro a mí no me dejarían comer nunca, o al menos no frente a mi madre, que hace uno meses se le pegó la idea de llevar una vida saludable y natural.
Remus sonrió y golpeó con su lápiz a Peter.
De acuerdo, lo estaba espiando. Pero no era mi culpa que después de besarnos hace más de un año él no haya hablado del tema. Volvíamos a la relación de antes, esa de los buenos días y aquí no ha sucedido nada. Ya ni siquiera sabía si tenía celos, había fingido estar interesada en otros chicos, pero Remus me ignoraba y seguía con su vida.
Incluso, tuvo una novia.
Me costó mucho admitirlo, pero al final tuve que hacerlo. La verdad estaba frente a mis ojos y yo me vendaba para quedar ciega, me gustaba Remus y no podía evitarlo.
Aún lo odiaba, a final de cuentas era un intruso en mi casa, aunque lo conozca de niño, pero por otro lado era inevitable no sentir ese hormigueo en la piel cada vez que él sonería o cuando su mirada se iluminaba y demostraba lo feliz que era.
No era bueno para mi salud mental, me desvelaba pensando en porqué me ya no me hablaba. Tampoco lo era para mí sistema nervioso y respiratorio, mi corazón se aceleraba de una manera increíble cuando estaba cerca de él y me faltaba el aire cuando él me decía todas las mañanas "Buenos días".
Algo andaba mal conmigo. Hace unos años me habría tirado del segundo piso hasta que mi cabeza sangrara y recobrara la razón, sin embargo, ahora no me importaba demasiado.
Estúpido amor que no controlaba a las personas, ¿hacer que me enamorada de Remus?
Estúpido, estúpido, estúpido.
Y Remus volvió a sonreír y dejé de pensar por unos cuantos minutos.
- ¿Espiando a tu amor? - salté del susto al oír la voz de Regulus en mi oído. Como estaba en las escaleras, rodé hasta llegar abajo y chocar con un ruido seco contra el suelo.
- ¿Qué fue eso? -escuché que preguntó Remus.
No alcancé a levantarme antes de que Peter y Remus llegaran hasta donde yo había caído. Tirada en el suelo, con el cabello sobre el rostro y con Regulus diez escalones más arriba riéndose, no era un buen momento para que Remus me viera. Sin mencionar que él ya sabía cómo lucía cada mañana, esto era peor.
Peter me ayudó a pararme, Remus se quedó mirándonos y no movió ni un dedo. A veces su actitud me molestaba. No tenía ninguna enfermedad contagiosa ni tampoco lo iba a morder si me tocaba.
-Gracias, Peter -le dije cuando me quitó el cabello del rostro.
-De nada. Aunque me gustaría saber cómo fue que te caíste.
-Porque es torpe, se tropieza con sus propios pies -dijo Remus.
Eso dolió.
Fue un comentario frío y tosco. Ni una mirada, ni una emoción.
Agarró a Peter del brazo y se lo llevó de regreso al sofá para continuar haciendo los deberes.
- Amargado -dije en voz alta para que él lo alcanzara a escuchar.
- Reprobada -golpe bajo por parte de Lupin.
- Castaño tonto -contrataqué.
Aparte de los saludos matutinos, teníamos una pequeña rutina que se daba en casos especiales como estos: pelearnos como niños de seis años por una tontería.
- Niña idiota -me contestó él. Era el momento de la artillería pesada.
Le hice una seña a Regulus para que bajara y me acompañara hasta los chicos. Regulus estaba encantado, amaba molestar a Remus a costa mía. Al igual que a mí a costa de Remus.
- Remus, nunca me canso de felicitarte por tu excelente interpretación como Romeo en la obra escolar. Fue estupendo, de verdad tienes futuro como actor -le dije, acercándome a ellos con Regulus a mis espaldas. Nos sentamos en el mismo sofá y botamos los libros al suelo para hacernos espacio. Remus nos dedicó una mirada amenazadora.
-Fue todo un éxito, lástima que Remus no haya podido conseguir el papel. Seguro la caída del balcón de los Capuleto fue dolorosa -agregó Regulus.
Yo dejaba que mis amigos me molestaran con Remus en situaciones que requerían de sus comentarios. Como ni Marlene, Dorcas y Lili no estaban aquí, me quedaba Regulus. No era la mejor opción porque a veces se le iba de las manos el asunto, pero era eso o pelear sola contra el chico castaño.
-No funcionara, Regulus. Además, no quería el papel - dijo Remus. Miré a Peter, quien escondía la risa detrás de un cojín. Todo el mundo sabía que a Remus no le gustaba perder.
-Qué lástima. Gracias a Dios te tocó audicionar conmigo, soy muy mala actriz -dije. Pude notar como Remus se tensaba, nunca antes habíamos abordado el tema de la audición y supongo que hacerlo con Peter y Regulus como público no era algo cómodo.
-No es tu culpa, ______. Lo que pasa es que Remus exageró mucho el beso- terminó por decir Regulus. Los tres reímos, mientras a Remus se le teñían las mejillas de rojo.
- ¡Bueno, perdón por querer hacer un buen trabajo, no soy un mediocre como tú! -exclamó de pronto. Se formó un extraño silencio.
-Pero tú dijiste que no querías el papel, vamos, no te alteres -atiné a decir para alivianar el ambiente. Peter y Regulus asintieron, dándome la razón.
-No me hables. Vámonos, Peter - este último se encogió de hombros y se disculpó por el comportamiento de Remus y ambos se fueron a su habitación para seguir haciendo sus deberes.
-Bueno, no fue tan divertido esta vez. Algo le pasa a Remus y es tu misión averiguar qué - me dijo Regulus. Yo lo miré incrédula, ¿acaso no había escuchado a Remus? Estaba enojado, y yo no era la persona más paciente a la hora de ayudar a los demás con sus problemas.
-Paso, no quiero que me grite.
Él enarcó una ceja y comió una de las cuantas cosas que había en la mesa. Yo hice lo mismo, mamá estaba en clases de yoga o algo así, así que nadie me podía regañar.
-Bueno, entonces deberíamos comenzar a hacer nuestro trabajo de ciencias.
-Creo que mejor iré a ver qué le pasa a Remus -le dije inmediatamente. Regulus sonrió y se levantó.
-Vamos, antes que le ponga llave a la puerta - subimos la escalera y nos quedamos frente a la puerta de Remus a oír lo que hablaban.
Era una pena no tener a mis amigas en la misma clase. Ellas iban en el mismo curso que Remus, mientras que yo con Regulus. Era divertido y pasábamos la mayor parte del día molestando a los demás o durmiendo, aunque a Regulus le iba mejor. No me quería contar su secreto para prestar atención en clases y sacar buenas calificaciones, pero estaba segura de que no copiaba, él jamás haría eso. Además, se sentaba conmigo para los exámenes, ¿Qué caso tenía copiarme a mí?
-Aún no sé por qué seguimos escuchando a hurtadillas las conversaciones de Remus - le susurré a Regulus. Él me hizo callar, tapándome la boca con su mano.
-No hagas ruido -dijo.
Supongo que esto jamás cambiaría, siempre espiaríamos a Remus. O al menos, yo. Era un impulso, algo más poderoso que yo. Era como una atracción mágica hacia su puerta que hacía pegar mi oreja a la madera.
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CÁSATE CONMIGO II REMUS LUPIN
FanfictionMi abuela sentía una debilidad por Remus, siempre le consentía y le reglaba dulces a escondidas de mi madre, ella creía que a él le faltaba cariño, pero la verdad es que no. Incluso mis padres querían más a Remus que a mí. Era un niño demasiado cons...