Cap. 8. La obra de teatro.

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- ¡Gané! -exclamó Regulus.Yo sentí la derrota como un peso más en mi espalda. Odiaba perder, enespecial contra Regulus, quien me ponía estúpidas consecuencias.

-Ahora tendrás que hacerde Julieta junto a Remus. Pobrecito, sufrió toda la semana, pero recibirá surecompensa -me esperaban unos días difíciles.

Las audiciones para laobra eran en dos semanas, nos harían actuar en parejas para los papelesprincipales y debíamos aprendernos la escena del balcón. La peor de todas.

Regulus le contópersonalmente a Remus que yo audicionaría por amor al teatro, y quelamentablemente nuestra relación no había funcionado y que preferíamos quedarsólo como amigos. No quise escuchar cuando me explicó la cara de alegría quehabía puesto Remus al escuchar eso.

Las dos semanas se mepasaron lentas, Marlene se había ofrecido voluntaria para elegirme el vestuarioy Dorcas me ayudaba a memorizar las líneas. Casi me daba de golpes contra lamesa porque yo no ponía ningún esfuerzo por aprendérmelas.

Lily no intentabapersuadirme para que cooperara, me dijo que si estuviera en mi lugar, haría lomismo.

Y el gran día llegó,estaba horrorizada y con nauseas a causa de los nervios, esto me iba a matar.

Había pocos chicos para elpapel de Romeo, y menos para los papeles secundarios. En cambio, paraJulieta... los vestidores estaban llenos de chicas maquillándose, prestándosebrillo labial y recitando las líneas al revés y al derecho. Ahora comenzaba aarrepentirme de no haber estudiado un poco más, no me gustaba esto, perotampoco quería quedar como una tonta en el escenario.

Como me ahogaba con tantaspersonas en un espacio tan reducido, salí a caminar por los pasillos detrás delescenario. Teníamos un teatro subterráneo en la escuela, era asombrosa la formaque tenían de malgastar el dinero en este pueblo.

En una esquina, hecho unovillo, me encontré con Peter. Ya no era amigo de Sandy porque se había dadocuenta que ella era una estúpida. Además, desde que Remus regresó, él le pidiódisculpas por haberlo molestado y ahora eran amigos.

- ¿Para qué papelaudicionas? -le pregunté. Él levantó la cabeza y lo vi bastante nervioso.

-Romeo -me senté a su ladoy le ofrecí un caramelo de menta. Él lo aceptó y se lo comió-. ¿Y tú?

-Julieta -le dije. Nosquedamos así por un momento hasta que él carraspeó y se frotó los ojos con lasmanos.

-No lo lograré -me dijo.

-No pienses así, yo nisiquiera me aprendí las líneas y no estoy nerviosa -le mentí-. Además, creo quelo harás bien.

- Remus también está parael papel, el actúa.

-No te preocupes por eseidiota, lo harás bien.

Peter me sonrió y meabrazó, si cuando teníamos nueve años él no hubiese sido amigo de Sandy, seguroque ahora bromearíamos al igual que como lo hacía con Regulus.

-Perdón por llamarte"______ descerebrada". No lo haré nunca más, y si lo hiciera, Remusse enojaría mucho conmigo - hice una mueca al oír eso. Eso no había ayudado.

-Ok. Mejor vayamos a versi es nuestro turno -le dije, para cambiar de tema. Llegamos juntos hastadetrás del telón y desde allí vi como algunas chicas se amontonaban en una filapara que les tocara junto a Remus.

Regulus nunca me dijo quepasaría si no pasaba la audición, todo dependía de que tan mal lo hiciera.

-La primerapareja...-escuché decir al maestro de teatro- Peter Pettegrew y Andrómeda Black.

CÁSATE CONMIGO II REMUS LUPINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora