Capítulo 1

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¡Hasta luego Zaera!

Zaera era un vasto reino caracterizado por formar a importantes figuras intelectuales

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Zaera era un vasto reino caracterizado por formar a importantes figuras intelectuales. Su arquitectura constaba de grandes construcciones de mármol y pilares del mismo material, los cuales estaban distribuidos de tal forma que cualquier zaeriano podía observar las charlas importantes de sus figuras políticas en establecimientos destinados a este tipo de encuentros. Este reino tenía la peculiaridad de priorizar la educación antes que los poke-gremios o combates pokémon, estos últimos eran vistos como acciones poco honrosas ya que, según la filosofía de los zaereanos, ese tipo de actitudes demostraba que uno no era civilizado. En ese reino los niños podían jugar libremente sin riesgos a que algún pokémon salvaje ataque, después de todo unas grandes murallas que se encontraban ubicadas en alrededor de cada ciudad o pueblo protegían a todos los habitantes de los peligros exteriores. El único punto no amurallado del reino estaba en su capital, la Ciudad de Zaera, esta constaba de tres grandes murallas que protegían a la ciudad. Por el Este el inmenso mar impedía que se construyan obras de esee tipo, esto debido al respeto por la naturaleza que los habitantes tenían. En lugar de una gran muralla, un puente unía a Zaera con Restrya, el reino vecino.

Pokémon de diferentes especies se encontraban rodeando un anfiteatro destinado a discutir asuntos políticos, dentro del mismo veinte familias importantes para la nación de Zaera yacían en medio de una reunión; como cada semana estas veinte Casas discutían junto al rey, formas en las cuales podrían resolver diversas problemáticas que afectaban a su pueblo. A estas Casas se les conocía como el Consejo de Zaera. El tema que se encontraban discutiendo es el mismo que se estuvo debatiendo desde hace más de un mes atrás, el destino de una nación aliada era un tema complicado.

El rey de Zaera se encontraba parado, mientras que los miembros del consejo estaban en sus asientos observando y escuchando con suma atención al soberano.

—Consejo, entiendo sus preocupaciones. Como dijeron los concejales de la Casa Diaghtal, estamos obligados a mandar algún apoyo a Restrya. No podemos dar un paso al costado, de hacerlo, múltiples consecuencias caerán sobre nuestro reino —la voz calmada de un slowking resonó por las paredes del lugar, múltiples miradas se fijaron en el pokémon—. Como rey de Zaera tengo que velar por la protección de todo zaeriano viva o no en nuestro reino. Es por eso mismo, que no podemos incumplir el tratado que mi padre firmó con Restrya, sin ese tratado Runatus nos verá como una presa fácil. Ya habíamos aceptado esto tiempo atrás, somos el reino más débil —tras dicha afirmación se escucharon algunos murmullos, los cuales cesaron al cabo de pocos segundos, la sesión aún no había terminado—. Como decía, nuestro poder militar no es nada comparado a los Caza-Dragones de Restrya o a los... —el slowking se aclaró la garganta, los segundos que uso para ello los aprovechó en pensar un término adecuado para la descripción que estaba dando—... a las... fuerzas de Runatus... Nuestro poder se encuentra aquí, justo en este consejo —mientras el rey hablaba, unas luces entraban por el techo del lugar lo que indica que el sol se encontraba en su punto más alto—. Planeamos como nación, actuamos como una, pero eso no nos hace más fuertes que los otros reinos; con un aliado como Restrya de nuestro lado, podemos combinar nuestra estrategia con su fuerza, nuestra alianza nos vuelve imparables. Así como ellos tiempo atrás han mandado pokémon fuertes y capaces a nuestro reino, nos toca a nosotros seguir lo acordado en el "Tratado de Protección Mutua" y, por ende, mandarles a algunos de nuestros más importantes miembros del consejo, incluso no descarto la posibilidad de enviar a, por lo menos, un sabio a Restrya.

Pokémon (I): El camino de la heroínaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora