𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑐𝑎𝑟𝑡𝑎; 𝐿𝑜𝑠 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜 𝑖𝑑𝑖𝑜𝑡𝑎𝑠.

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Cerró sus ojos respirando tranquilamente para evitar desconcentrarse. El arco que yacía sobre sus dedos danzaba en un delicado vaivén sobre las cuerdas del instrumento. Creando un sonido armonioso.

Suspiro con pesadez alejando el trozo de madera de las cuerdas. Había cumplido a la perfección su papel en aquella práctica.

Un leve silbido le obligó a subir el rostro. Al comprobar que el profesor estaba distraído la muchacha le lanzó una bola de papel. Puso los ojos en blanco. Esto estaba comenzando a ser un dolor en el culo.

Shoto me comentó lo sucedido con el morral. Fue muy amable de su parte disculparse por ambos, pero ten en cuenta que no te he perdonado del todo por ese golpe.”

—Ja, que lastima que el porrazo no te quito lo idiota... —murmuro "para sí".

—¿A quien le hablas, Bakugo? —arrugo la nariz al escuchar esa molesta y chillona voz.

—¿Porque mejor no te metes en tus propios asuntos, pikachu barato?

Ignorando por completo sus insultos, inspeccionó su mano.—¿Es una carta? ¡A ver! —Denki le arrancó la carta y comenzó a leerla. Un gesto de asombro inundó rostro.— ¡No te lo creo! ¡¿La belleza de T/N te dió una carta?!

—¡¿Que T/N qué?! —gritó Mina, quitándole el papel de las manos. Lentamente su rostro se iluminó por la emoción, se inclinó hacía el asiento de Kirishima susurrándole algo en el oído.

El pelirrojo entre abrió los labios sorprendido. Giró su rostro para verle. Con una enorme sonrisa levantó sus pulgares.

—¡Que éxito, bro!

—¿De qué hablan? —preguntó en un susurró Serio, totalmente confundido.

Justo cuando Kirishima estaba por contestar, Mina se adelantó. —¡T/A y bakugo intercambian cartas! ¡¿No te parece romántico?!

Al finalizar de leer el papel asintió rápidamente—¡Es increíble!

—¿Verdad? Y todo es gracias a mí descubrimiento. —el rubio sonrió orgulloso, tomando nuevamente el papel.

Harto, Bakugo golpeo con fuerza la cabeza del contrario, tomando bruscamente el pedazo de página.

—¡Cállate mierda! —gritó avergonzado.

Un carraspeó llamó la atención del cenizo. Levantó el rostro, enfocando la molesta mirada del mayor.

—Señor Bakugo, si no va a prestar atención guardé silencio. —El profesor lo observo con seriedad.— En comparación a usted que solo le interesa compartir recados con Kaminari, hay personas a las que si les interesa la lección.

Las carcajadas resonaron por todo el salón, lo cual terminó por cabrearlo aún más.

—¡Son unos malditos idiotas! —sus amigos se hicieron los desentendidos, mirando en otras direcciones aparentando demencia.

Una sutil risita captó su atención.

T/N sonreía divertida, mordiendo su labio inferior con fuerza evitando a toda costa burlarse de él. Al verla Katsuki frunció las cejas molesto. Sujeto la página y comenzó a rasgarla, dejando caer los trozos al suelo.

—Un fastidio menos. —al momento en que tomo su lápiz para arreglar algunos detalles en su partitura, un bola impacto de lleno contra su frente.

De mala gana tomo el papel para leer su contenido.

“¡No rompas las cartas!”

Observo a la muchacha y con una sonrisa burlona, rompió el papel en su cara, tirando nuevamente los trozos al suelo. T/N apretó los labios molesta.

Retomó la compostura, dispuesto a continuar con su labor. No pasaron ni siquiera dos minutos cuando nuevamente, una bola lo golpeó.

“¡Te estoy hablando enserio, Katsuki!

—¡Ahg! —Soltó un chillido de estrés, jalando descuidadamente los mechones que sobresalían de frente. Dejó caer bruscamente su cabeza contra la mesa, creando un sonoro eco.

El metro de las diez |Bakugo Katsuki x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora