—¿Hey, que estas haciendo por aquí tan solita? —preguntó tomando asiento a su lado.
T/N despego la vista de las partituras y sonrió.— Holi, Mina. Respondiendo tu pregunta, solo estoy intentando comprender estas partituras, pero parece imposible. —suspiró agotada.
—¿Y si le pides ayuda a alguien? Quizás, no sé... ¿A Bakugo? —sonrió coqueta alzando amba cejas, movió su cabeza en dirección al escenario.
La T/C miró en la dirección e inmediatamente sus mejillas se tornaron de un fuerte color rosa. Katuski se encontraba practicando una pieza musical perteneciente a la obra de la bella durmiente.
Mantenía la glabela fruncida, mientras algunas gotas de sudor caían por su mandíbula. Ciertamente, se veía muy atractivo.
Apartó la mirada avergonzada y negó con la cabeza. —Me mataría si le pidiera ayuda... ya sabes como es.
—¿Entonces porque le das cartas?
—Ah, jeje eso... —río nerviosa.
Mina se acercó aun más, invadiendo por completo su espacio personal. Tragó grueso y miró por todos lados buscando alguna excusa para librarse de ese incómodo momento.
—¿Y bien? —canturreó.
—Y-yo...
—¡T/N aquí estas! —dió un saltito del asusto ante el repentino grito. Giró el rostro con brusquedad en busco del culpable, e inmediatamente, enfocó a cierto peliverde. Izuku corrío hacía ambas con una enorme sonrisa. — Te estaba buscando, Aizawa sensei necesita que le ayudemos con unas cajas de nueva mercancía.
—Creo que no podré ayudarles Midoriya... —sonrió apenada.— Estoy un poco ocupada, Hizashi sensei me indicó estudiar estas partituras, pero no lo he logrado...
—Oh... —Pestaño seguidamente y sonrió, ladeando su cabeza. —¿Quieres que te ayude?
—¡¿De verdad?! ¡Gracias, gracias! —de un saltó se levantó de su asiento. Abrazo a Izuku y agitó su cuerpo de un lado a otro con brusquedad. Izuku sonrió avergonzado y correspondió a la repentina muestra de afecto.
—Pero miren nada mas... —Mina que se había mantenido callada, sonrio pícara y alzó ambas cejas.— Harían linda pareja, ¿Lo sabían, no?
Al escucharle, ambos se alejaron rápidamente avergonzados. Tanto a Midoriya como T/N le apenaban este tipo situaciones. Eran un poco -mucho enrealidad- penosos.
—Mejor me voy, así los dejo solos... —canturreó.— quién sabe, quizás y terminan en algo mas entretenido que ayudar a Aizawa sensei... Una cita quizás...
—¡N-no! —contestaron casi inmediatamente ambos.
--[🎶]--
—¡Excelente! ¡Felicidades joven Bakugo, lo ha hecho de maravilla! —el profesor Toshinori alzó ambos pulgares sonriendo.
El cenizo asintió con la cabeza y tras tomar el arco se despidió con la mano. Limpio el sudor de su frente con el antebrazo y bajo de la tarima. Caminaba girando el cuello de un lado a otro en busca de cierta persona.
Los gritos de Kirishima a su espalda para que le esperara le obligaron a detener el paso. El pelirojo caminaba alegremente en compañía de Sero y Denki.
—Lo que faltaba. —rodó los ojos molesto y guardo las manos en sus bolsillos. Decidió ignorarlos y continuó con su búsqueda.
Una sonria orgullosa y fanfarrona se instaló en su rostro al imaginar la cara de asombro que tendria T/N luego de esa impecable actuación. Casi podia imaginar las palabras de la carta que le daría solo para mencionarle lo increíble que lo había hecho.
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El metro de las diez |Bakugo Katsuki x Lectora
FanfictionM10| Unas simples cartas cambiaron por completo la vida de Katsuki.