A diferencia de los demás, este no tiene nada que ver con la cronología original de este fic, es más como un universo alterno.
Mei Nian Qing admiraba la belleza de las estrellas desde una de las colinas del inicio de Tonglu.
Todo a su alrededor irradiaba paz, tranquilidad. Justo lo que necesitaba.
Las últimas semanas había estado tan agotado física y mentalmente a niveles terroríficos. Ni siquiera se le había permitido levantarse sin la ayuda de su esposo. Fue solo hasta esa misma mañana que él y Dianxia se permitieron relajar y dar un paseo para respirar aire fresco.
Y ahí, acostado sobre una manta de tela gruesa, en medio de esa amplia colina, con lo que quedó de la comida asegurado ordenadamente en la pequeña bolsa que trajeron, se dedico a observar el cielo nocturno delante de él.
A veces, solo a veces, una leve nostalgia se encontraba en su pecho.
Pues su Alteza y él solían ver las estrellas de esta manera. Mucho antes de ascender y mucho antes de que el reino cayera en desgracia.
Ambos manos tenían sus dedos rozándose. Lado a lado, ambos amantes secretos compartían miradas tímidas, como muy cobardes para dar el primer paso y muy renuentes a que la tensión agradable desvanezca.
El momento era perfecto.
Como el par de adolescentes que eran, se habían escapado del gran salón real, donde otro de los banquetes de la Realeza se llevaban a cabo. . .
Sus recuerdos fueron interrumpidos por una nueva presencia.
Un dolor agudo se formó en su vientre e inmediatamente llevó sus manos a el, acariciándolo hasta que poco a poco esa molestia desapareció.
Debajo de las capaz de ropa, sobresalía una adorable pancita de seis meses de embarazo. Moviendo una de sus manos, frotando en círculos la zona donde había sentido aquella patada, dijo con voz suave: -No te muevas, por favor pequeño. - No era amante de los niños, pero SU niño era la excepción.
Por más que no quisiera que eso le afectara, su estado de salud seguía siendo delicado mientras más se acercaban al séptimo mes. Y las cosas solo empeorarían si más adelante fuera a necesitar energía espiritual para seguir con el proceso de gestación hasta que se cumplieran los nueve meses.
Pero antes de que otra vez las preocupaciones inundarán su mente, pasos impactando contra la hierva se escucharon cada vez más cerca de el.
Tan cerca que pudo oír el gemido lastimero de Guoshi. A eso, preguntó con voz suave -¿Te está molestando?.
Siguiendo con el proceso de acaricias su vientre abultado, su Alteza sólo pudo reír levemente.
Mei Nian Qing dijo en forma de regaño: -Ya deja de reírte y ayúdame a controlar a tu hijo.
Pero como si sintiera la presencia de su otro padre, otra patada fue lastimosamente recibida por su estómago.
[...]
Las manos mágicas de su esposo hacían maravillas con sus músculos adoloridos.
Manos expertas y ligeras con sus movimientos acariciaban sus muslos, su pecho y su vientre. Las zonas más adoloridas de toda su persona sin contar sus pies y su columna.
Ahí, cómodamente recostado sobre el pecho cálido y húmedo de su esposo, se permitió disfrutar de las caricias que a veces adquirían fuerza para aliviar la tensión de sus músculos.
Y mientras eso pasaba, un pensamiento algo inapropiado pasó por su mente.
Tal vez, y solo tal vez, si no tuviera un vientre de seis (casi siete) meses de embarazo, probablemente ya la pasión se hubiera elevado en el ambiente. Y estaría compartiendo caricias y besos húmedos con su esposo, cuyos cuerpos desnudos compartían un como baño de agua tibia.
Y sus pensamientos fueron interrumpidos por dos manos, que antes estaban masajeando sus muslos con facilidad por sus piernas abiertas y rodillas elevadas, pasaron a ser más atrevidas como para sentir dos dedos acaricias el espacio entre sus piernas.
Pego un respingón.
Dijo con voz de advertencia: -Alteza. - cerró las piernas y aquellas manos se retiraron.
Solo recibió una risita inocente mientras aquellas manos pasaban a masajear sus adoloridos pechos, hinchados por la leche que tenían acumulada.
A modo de disculpa, obtuvo un beso detrás de su oreja y uno en su hombro. -Perdóname, te amo.
Si podía enojarse, pero no veía caso de hacerlo en ese momento.
De ahi en adelante solo se dejó mimar por su Alteza quien atendía laboriosamente todas sus incomodidades. Acariciándolo y queriéndolo al máximo.
[...]
Cuando ya ambos se encontraban cómodamente vestidos y acurrucados bajo las sábanas, con el refrescante clima del otoño, no encontraba una buena posición para dormir.
Aquello pasaba muy seguido, cuando las semanas pasaban y su vientre crecía más, se volvía más pesado y traía más dificultad a sus movimientos.
Lo único que lo relajaba en ese momento fueron los leves masajes que su Alteza daba a su vientre. Ahí, con la espalda recostada contra el pecho de su esposo (le encantaba esa posición), una sensación cálida y relajante surgió de sus recuerdos.
Gracias a esto, detuvo los movimientos que su marido proporcionaba a su vientre. Tomó sus manos y las posiciono estrategicamente en la parte de abajo de su vientre. -¿Puedes hacer lo de la otra vez, porfavor?.
Su Alteza río, pero se negó suavemente: -No será bueno para XiaoLizi si te acostumbras a eso.
Lo sabía, pero sólo era por esa vez para relajarse un poco la tensión en su abdomen.
Y sabiendo que seguía con la idea en mente y porque su Alteza siempre fue débil ante los pedidos de su compañero, igual lo hizo.
Con las manos debajo del abultado vientre, lo elevo un poco, progresivamente y con suavidad. Al momento en el que el peso de su vientre paso a los brazos de su Alteza, Mei Nian Qing no pudo evitar gemir con alivio y soltar un suspiro prolongado.
Se acurrucó más en el pecho del contrario y dijo gustoso: -Estoy en el cielo.
Aunque sea por un segundo, la sensación de sentirse liviano lo embriago. Y su Alteza, tomando algo de atrevimiento, respondió con un susurro junto a su oído: -Me encanta llevarte al cielo de distintas maneras.
Solo recibió un codazo en las costillas como respuesta.
XiaXianYue
29/Marzo/2022
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Mi Alma Cautiva Disfruta tu Compañía
FantasyCon el corazón hecho pedazos me despedí internamente, Mi alma gritaba tu nombre más no podía hacer nada, Éramos almas gemelas que no debían estar juntas, Mismo rompecabezas diferente lugar. Mi mente te vislumbraba regresando y viviendo nuestros sue...