Capítulo 3. Dolor de cabeza en el 14 de marzo

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Dulces, chocolates, paletas, ropa, peluches... ¿Qué sería bueno para regalar? Sunoo deslizaba su pulgar por la pantalla del móvil, yendo hasta abajo de la página de resultados para regresar al principio y releer una y otra vez las mismas entradas de la infinidad de sitios web que aparecieron como resultados de la búsqueda, sin que ningún encabezado ni descripción lograra convencerlo por completo.

  No estaba conforme con nada de lo que aparecía en los resultados: de alguna manera los veía como clichés, pero no por el hecho de haber visto muchas cosas de ese tipo cada año cuando se acerca la fecha, porque ni siquiera eso recordaba, sino porque todos los resultados decían lo mismo y empezaba a fastidiarle no encontrar nada que fuese un poco más "original", a tal punto de incrementar su dolor de cabeza.

  Sunoo no sabía concretamente a qué se debía. El dolor se había instalado en su cabeza antier por la noche, poco después de la cena que día con día tiene lugar en el gran comedor de la planta baja del edificio en el que están los dormitorios del Instituto. Si se esforzaba, podía concluir que sucedió después de haber visto a Sunghoon y recordar, consecuentemente, la salida al parque de diversiones del mes pasado. El ya conocido hormigueo se extendió por todo su cuerpo, como si algo se hubiese activado dentro de él; su estómago cosquilleó y a la hora de acostarse, justo cuando su cabeza tocó la almohada, sintió un leve dolor en las sienes. No fue nada grave, pues lo dejó dormir.

  Lo molesto fue ayer, pues se sintió realmente inquieto durante todo el día. Despertó y lo primero que recordó fue el día con Sunghoon, otra vez; eso no hizo más que despertar a su dolor de cabeza también. Si había algo que Sunoo en verdad detestara era que el dolor de cabeza que tuvo antes de dormir siguiese al día siguiente, cuando despertara, molestando desde muy temprano.

  El pequeño albino tuvo que soportar el dolor de cabeza durante clases, y tener que concentrarse en estudiar teniendo uno resultaba complicado además de latoso.

  Además, por alguna razón sentía que ese dolor era consecuencia de una preocupación subconsciente y desconocida que tenía que ver con una fecha cercana; y para que fuese aún más extraño para su lógica y le provocase mayor conflicto, presentía que esa fecha estaba relacionada con Sunghoon. Al recabar en esa suerte de conclusión, Sunoo negó rotundamente. No podía tratarse del cumpleaños de su amigo, era imposible debido a que aún tenía nueve meses por delante para que este tuviese lugar.

  Tal pensamiento y preocupación invadió poco a poco su cabeza, sin dejarlo tranquilo en ningún instante del día, pues a pesar de encontrar la manera de concentrarse para hacer sus tareas, si se distraía un poco, su mente aprovechaba e inmediatamente se desviaba a ellos. Incluso cuando se fue a acostar ayer por la noche su mente no descansó, pues seguía pensando en Sunghoon. Esto provocó que el dolor se situara en la parte posterior de su cabeza, justo a la mitad de ella.

  No fue hasta que escribió la fecha del día de hoy en su agenda cuando creyó descubrir la que él pensó durante todo el día de ayer: hoy era 14 de marzo, más conocido en Corea y otros países asiáticos como el Día Blanco.

  Se quedó mirando los trazos de aquellos números que representaban la fecha, justo en la parte superior derecha de la hoja, al lado contrario del encabezado "Por hacer". Frunció ligeramente el ceño, apoyando el mentón sobre el puño que formó su zurda mientras que con la diestra tamborileaba el lápiz encima del cuaderno, tratando de rebuscar en sus memorias si había algo que debía celebrar y se le habría olvidado. Pero no había nada en ellas, nada que relacionara directamente a Sunghoon con aquella fecha.

  Al finalizar los primeros cuatro periodos del día y llegar la hora del almuerzo, Sunoo se quedó pensativo, regresando la vista hacia la hoja a un lado de sus libros sobre el pupitre, como si los números fuesen un imán para sus ojos. No salió cuando Jungwon y Niki le dijeron que irían a la cafetería, ni cuando el salón quedó vacío y sólo se encontraba él con sus pensamientos. No supo cuánto tiempo habría pasado cuando regresó en sí.

𝓗.⠀𔘓⠀𝓥𝒐𝒎𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐  𝓐𝒎𝒐𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora